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“A mí me divierte encontrar un punto de conexión, de encuentro con la gente”

Comenzó como el Payaso Patatón, animando fiestas infantiles y eventos sociales. En 2019 popularizó su trabajo presentándose en el anfiteatro Las Lavanderas y de ahí vino una sucesión de salas teatrales. La dinámica de los shows y la presencia familiar lo llevaron a ser solo Patatón y a realizar un humor integral. Mañana presenta, en el teatro Mitre, “Un día de mierda”, un espectáculo que mira a la tragedia cotidiana con humor.
Viernes, 06 de octubre de 2023 00:58

Pablo Pereira, conocido en el mundo artístico como Patatón, presenta mañana, desde las 21, el espectáculo llamado "Un día de mierda" en el teatro Mitre. Allí aborda esas situaciones complicadas que parecen que nos arruinan un día, pero que, a la larga y contadas con humor, se convierten en anécdotas divertidas.

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Pablo Pereira, conocido en el mundo artístico como Patatón, presenta mañana, desde las 21, el espectáculo llamado "Un día de mierda" en el teatro Mitre. Allí aborda esas situaciones complicadas que parecen que nos arruinan un día, pero que, a la larga y contadas con humor, se convierten en anécdotas divertidas.

¿Cómo será el espectáculo "Un día de mierda" en el teatro Mitre? ¿Por qué se llama así?

El humor es la tragedia hecha comedia. A la gente le encanta reírse de la tragedia ajena y en realidad, nosotros tratamos de resumir en el título, algo que le puede pasar a cualquiera. Buscamos empatizar con la gente. Si uno ve el logo del espectáculo, tiene boletas de luz, urnas, la mochila del colegio de los chicos, un montón de cosas. Un día de mierda, no necesariamente es completo. Hay cosas que te arruinan instantes, pero si encontrás la forma para contarlo bien, lo podés transformar en un hermoso recuerdo. Esa es la clave del espectáculo, rescatar esas cosas que nos arruinaron el día y que hoy somos capaces de contarlo en clave de humor. Es muy autorreferencial, se basa en anécdotas mías y vamos a invitar a la gente que cuente sus experiencias, para que ellos se rían de sus tragedias.

No te definís como payaso infantil, tampoco hacés humor para adultos netamente. ¿Cómo lográs un espectáculo para toda la familia?

Es más fácil de lo que uno cree. En realidad hacemos un humor que es bastante accesible. No apelo a la grosería. Por ahí hay un exabrupto o un chiste de doble sentido, pero nada que no haga un tío en una cena de fin de año. Es un humor popular lo que hacemos, sin caer en lo ordinario; no quiero ser peyorativo con ningún comediante, pero es así. Aparte, el público nos fue llevando hacia ese lugar; cuando comenzamos a hacer eventos en el Xibi Xibi y teníamos como público familias completas y había que ocuparse de todos.

¿Trabajas desde la espontaneidad o está libretado?

Es fundamental libretarlo, sí o sí laburamos en el espectáculo antes de hacerlo. Vamos a las presentaciones con un espectáculo armado; al ser comedia y al ser humor, queda abierta la puerta para improvisar e interactuar con la gente. Es un espectáculo súper dinámico, tratamos de que la gente se sienta parte. Como es monólogo, con el humor que hacemos, la gente se siente identificada y te abren la puerta para que los hagas participar, dicen "a mí me pasó lo mismo". Laburamos un montón lo que hacemos.

¿Cuáles son las temáticas que más te divierten, arriba y abajo del escenario?

Yo tengo la risa fácil. A mí me divierte encontrar un punto de conexión, de encuentro con la gente; pero me divierte mucho encontrarles sentido a algunas cosas que nos pasan todos los días y las cuales la gente no repara. El humor es eso, la salida de algo inesperado; me gusta encontrar esos pequeños detalles, que hacen que la gente se sorprenda. La risa es el resultado de una sorpresa.

Comenzaste particular, pasaste al anfiteatro Las Lavanderas, Teatro Estación Perico, teatro El Pasillo, cine Select, teatro Martín Fierro, ¿el camino marcó tu llegada al Mitre?

Fuimos haciendo el camino. Cuando empezamos a laburar, a principio de año, nos planteamos un objetivo. Trabajamos para llegar a esa sala. En algún momento dividí mi carrera en dos partes; en la primera hice todo privado, casa de familia, casamientos, quince años, cumpleaños infantiles. La segunda sucede después de 2019 y hacemos público nuestro trabajo. El primer teatro fue el Estación Perico, después en Las Lavanderas, que fue una vitrina importante, que nos abrió un abanico grande de posibilidades y a partir de ahí nos animamos a los teatros. Fuimos haciendo el camino. El Mitre es un desafío porque es emblemático, hay gente que piensa que es una sala inalcanzable; incluso hay prejuicios de si el público irá o no. Quiero ampliar el público, que los del camino estén allí. Avanzamos mucho en el plano cultural y hay que derribar ciertos mitos, como el de la sala del teatro Mitre, que no es inalcanzable, ni para el público ni para artistas.

A tus shows, ¿el grande lleva al chico o viceversa?

El grande va al teatro, me contrata. Los padres contratan al payaso que les gusta a ellos, no al niño. Yo voy a trabajar a un cumpleaños y los grandes me piden el teléfono. El espectáculo nuestro no es infantil. Trabajamos para que la gente sepa que no lo es. Usamos lenguaje adulto, pueden ir niños, pero deben explicarle los chistes. Y fui mutando, tratando de humanizar el personaje. Dejé de llamarme payaso Patatón para ser solo Patatón. Quiero mostrar que atrás de todo esto hay un trabajo, una persona igual que todos.

¿A qué le atribuís que la gente te siga?

Nos ven muy naturales. Durante mucho tiempo hice animaciones infantiles y quizás caía en el vicio de fórmulas que funcionan, pero que a la larga se tornan aburridas, los tiempos cambiaron y los niños ya no son lo mismo. Nos ven muy auténticos. Hablo a chicos y grandes de una forma cotidiana, actual. El espectáculo nuestro es súper fresco. Aunque lo veas diez veces, va a parecer que lo estamos cocinando en ese momento. A mí me parece que nuestro mérito pasa por ahí, en hacer que nuestro espectáculo parezca que se está cocinando en ese momento, que sea espontáneo.

¿En qué se basa el humor de Patatón?

En uno de los espectáculos yo hablo de eso. Estamos atravesando un montón de cambios, hay temas que son muy complicados de tratar, súper delicados, hay que tener cuidado con el público. Tengo una ventaja, aparte de ser humorista, sigo conservando algunos elementos del personaje que la gente conoció como payaso, y uno, en ese rol, tiene licencia para decir ciertas cosas.

Me parece que la gente entiende cuando es humor. Si tenés sutileza, podés decir prácticamente lo que sea. Hay temas sensibles, como la política y el fútbol y prefiero no jugar en ese terreno. Hay gente que no entiende que un chiste no te define. Nuestra manera de hacer humor es particular, la fuimos armando con el tiempo y siempre atentos a la gente. Además, soy muy malo contando chistes, no sé hacerlo. Hago monólogos, me voy nutriendo de cosas para elaborarlos.