Sin lugar a dudas, el padre Tarcisio fue un regalo divino que caminó entre nosotros y permanece con el pueblo jujeño. Con su presencia, aprendimos sobre el amor misericordioso de Dios para con los humildes y para con el migrante, ser acogida cordial, ser casa, ser servicio incondicional para con el que tuvo que dejar el lugar que lo vio nacer y volverse peregrino por trabajo, con familia o en soledad. Los valores que el recordado misionero mostró y demostró nos enseñaron y nos enseñan, con simpleza, la más alta presencia del mismo Dios. Es por ello, que habiendo transcurrido tantos años, el pueblo lo recuerda, lo ama y lo siente en su corazón y dejó reflejado ese amor, marcando su presencia en la sentida celebración.
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Sin lugar a dudas, el padre Tarcisio fue un regalo divino que caminó entre nosotros y permanece con el pueblo jujeño. Con su presencia, aprendimos sobre el amor misericordioso de Dios para con los humildes y para con el migrante, ser acogida cordial, ser casa, ser servicio incondicional para con el que tuvo que dejar el lugar que lo vio nacer y volverse peregrino por trabajo, con familia o en soledad. Los valores que el recordado misionero mostró y demostró nos enseñaron y nos enseñan, con simpleza, la más alta presencia del mismo Dios. Es por ello, que habiendo transcurrido tantos años, el pueblo lo recuerda, lo ama y lo siente en su corazón y dejó reflejado ese amor, marcando su presencia en la sentida celebración.
"Tarcisio es un sacerdote de quien tenemos tantos recuerdos hermosos, él ha despertado tanto cariño en el pueblo de Dios y es modelo y ejemplo para nosotros, de la vida de un cristiano que dio su vida por la misión. Fue un sacerdote entregado al servicio del Evangelio hasta el final de su vida. Murió agotando su vida a los pies del Señor, allí en el Alto Calilegua, en la capilla donde lo encontraron tendido, porque había pasado la noche rezando y a la mañana siguiente, lo encontraron examine. Es modelo también de compromiso con los migrantes, con aquellos hermanos nuestros que, por razones económicas, políticas o de otro tipo, necesitan buscar otro horizonte. Como seres humanos, mucho más creyentes, una inmensa mayoría de ellos necesita encontrar en nosotros, los cristianos, un corazón abierto que los acoja, los acompañé, que los haga sentir como en casa, estando lejos de la suya". Fueron los conceptos de monseñor César Daniel Fernández, en la homilía pronunciada en ocasión de la misa concelebrada con sacerdotes del departamento recordando los 40 años del fallecimiento del misionero padre Tarcisio Rubín, que se ofició en el cementerio Cristo Rey de esta ciudad.
En otro tramo de su prédica, el obispo se refirió a una lectura del Evangelio, que nos recuerda cuáles van a ser las materias que vamos a rendir en el juicio final para entrar en el cielo -tuve hambre y ustedes me dieron de comer, tuve sed y me dieron de beber, estuve preso y enfermo y me visitaron, era migrante y me acogieron- y acotó que esa bienaventuranza hemos de cumplirla con todos los demás preceptos de la vida cristiana. Haciendo una semejanza de la vida del padre Tarcisio con la de Teresita de Jesús, y recordando que ambos murieron a temprana edad, apuntó: "Cuánto tendrían más por hacer en la vida. Teresita decía, quiero pasar mi cielo haciendo el bien sobre la tierra y para el padre Tarcisio, se abrió una misión diferente que cumplió en la tierra, la misión de la intercesión. La misión que, desde el cielo, pueda ser luz para nosotros, pueda ser guía, pueda ser maestro, pueda recordarnos permanentemente su vida misionera y entregada que nos anime a todos nosotros a cumplir nuestra vocación bautismal y llevar la palabra y la vida de Jesús, allí donde Dios nos puso, entre los que nos rodean".
Luego, monseñor Fernández invitó a seguir las recomendaciones de quienes llevan adelante el proceso para la causa de la beatificación del padre Tarcisio, para que las compartan con los demás: "En primer lugar, conocer cada vez más su vida, aprender sus enseñanzas, su camino y transmitirlo a otros. Luego, invito a todos los que conocieron al padre Tarcisio, hagan saber su testimonio a los padres de la parroquia Santa Teresita. Hace más de cincuenta años atrás, impresionados por su vida y su prédica, lo han tratado. Toda persona que puede dar fe que Tarcisio era un hombre santo, que era un verdadero misionero, que resplandecía por su amor a Dios, que brinde su testimonio ayuda para su beatificación. Es un regalo que le podemos hacer al padre Tarcisio, en tercer lugar, tenemos que rezarle, pedirle a Dios, su intercesión por nuestras necesidades", refirió el obispo.
Cerrando su mensaje expresó que, para la causa de los santos, se necesita también que desde el cielo venga una lucecita de confirmación, "que por intercesión del padre Tarcisio, nosotros sepamos pedir a Dios las cosas imposibles, los milagros, esas situaciones que nos afligen y que vemos que no tienen remedio, sobre todo en el orden de la salud. Ahí es donde se prueba realmente, se autentifica la intercesión del santo. Estas tres cosas nos vamos a prometer cumplir. Hacerlo conocer, buscar testimonios de su santidad, rezar y pedir su intercesión", finalizó.
Hubo masiva participación
Cabe recordar que los restos del padre Tarcisio Rubín descansan en la capilla de la necrópolis sampedreña, por ello, la misa presidida por monseñor César Daniel Fernández y concelebrada por los misioneros migrantes y párrocos de Santa Teresita y San Juan Bautista Scalabrini Jorge García Méndez, de la parroquia Nuestra Señora de La Merced de La Mendieta José Renato Vendrúsculo, de las parroquias San Pedro de Río Negro Daniel Alberto Baca y de San Andrés Marcelo Churquina, se realizó en las afueras del cementerio con la presencia de gran cantidad de fieles. Un momento emotivo se vivió cuando el obispo y los sacerdotes se dirigieron al interior de la capilla, y en el lugar donde descansan los restos del misionero, hicieron una oración. Finalizado el oficio, la comunidad de La Mendieta quiso estar presente con su homenaje con una morenada, y el ballet de la Tercera edad del municipio sampedreño lo hizo con danzas folclóricas y canciones interpretadas por un joven artista.