Para muchas familias del norte argentino y de otros puntos de América, este día se inicia con solemnidad y respeto en recordación de las almas de los difuntos, santos, angelitos y almas grandes, y se complementa con un antiquísimo rito denominado "Tosantos", convite para las almas de las personas queridas que ya no están. Según el relato de los ancestros, en este día las almas tienen permiso para bajar a la tierra a visitar a sus familias con la confianza de que serán esperadas con gran cariño. Al llegar a la tierra recorren cada lugar por donde anduvieron y se alimentan del aroma de las comidas y bebidas que fueron preparadas por sus seres queridos. Cuentan que es inmensa la tristeza del alma que no es recordada.
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Para muchas familias del norte argentino y de otros puntos de América, este día se inicia con solemnidad y respeto en recordación de las almas de los difuntos, santos, angelitos y almas grandes, y se complementa con un antiquísimo rito denominado "Tosantos", convite para las almas de las personas queridas que ya no están. Según el relato de los ancestros, en este día las almas tienen permiso para bajar a la tierra a visitar a sus familias con la confianza de que serán esperadas con gran cariño. Al llegar a la tierra recorren cada lugar por donde anduvieron y se alimentan del aroma de las comidas y bebidas que fueron preparadas por sus seres queridos. Cuentan que es inmensa la tristeza del alma que no es recordada.
Y a través del tiempo, este ritual permanece entre las nuevas generaciones y se materializa con las ofrendas que ya desde el último día de octubre comienzan a preparar.
En una entrevista con El Tribuno de Jujuy, la docente Eva Rojas, indicó que junto a sus familiares Justina Navarro, Irma Alicia Vásquez y a una amiga, Adriana Talavera, unieron manos y voluntades para la preparación de las ofrendas. "Debido a la difícil situación económica, fue necesario la cooperación y el trabajo en equipo, fue más accesible para comprar a precio mayorista y poder adquirir los insumos por cantidad, por ejemplo, para cuatro familias. Heredé esta costumbre de mi madre, quien a su vez la heredó de su abuela. Comencé a realizarla en 1986 con una mesa pequeña y con el paso de los años, ante el fallecimiento de familiares y amigos, se fue incrementando", comentó.
Las ofrendas
Entre el 30 y el 31 de octubre, toda la familia se aboca a la preparación de las ofrendas de pan, panes dulces y salados que tienen características especiales para la ocasión, por su forma, adorno o tamaño. Los niños, guiados por las mujeres, realizan el amasado y la formación de las figuras que se convertirán en las ofrendas. Para ellos se convierte en un acontecimiento especial y dan rienda suelta a su imaginación recreando animales, objetos, plantas y personajes vivenciados. Utilizan tijeras y peines además de utensilios de uso común. La masa negra para hacer los ojos, boca, cabello y letras, la obtienen pasando varias veces la masa por tizne, hollín de ollas y sartenes, aunque también emplean algunos colorantes vegetales. Una vez preparado todo, comienzan a hornear y el aire se puebla de atrayente aroma.
Los adultos preparan chicha, comidas y bebidas típicas o no, según las preferencias de los "invitados". Disponen todo, cigarrillos, coca, velas, golosinas, flores, coronas, además de otros detalles individuales aportados por cada familia según sea "alma nueva" o no. La flor de cebolla porque lleva agua al espíritu, la quínoa que simboliza el dinero, cruz de masa blanca con el nombre del finado en letras negras, coronas de pan, agua de airampo para salpicarla con una flor, escaleras para que las almas suban al cielo, agua bendita, entre otros.
MESA | COMIDAS, BEBIDAS Y CIGARRILLOS JUNTO A LAS FOTOS DE LOS SERES QUERIDOS
Para algunas familias es importante tener la mesa preparada antes del mediodía del 31 para los santos y angelitos y antes del mediodía del 1 para las almas grandes. Tienen un especial respeto sobre todo por el segundo día, debido a que el alma de un adulto, recorre todos los lugares que visitó durante su vida, no así el día anterior pues los angelitos hicieron trayectos cortos.
Alma nueva
Cuando se trata de un ser querido fallecido dentro del último año, es decir, un alma nueva, el detalle sobresaliente es la colocación de una tela negra a modo de cortina y mantel. Sobre la misma se ubican prolijamente, la cruz con el nombre del alma nueva, los panes y otras ofrendas que le gustaban. Tampoco faltan las cadenas, el agua bendita y las flores y al día siguiente, a la mesa, se le agrega las comidas preparadas.
La ceremonia culmina el día 2, cuando concurren al cementerio llevando las coronas y ofrendas. Acompañan a su ser querido y comparten todo lo que fue ofrendado. Las comidas que se han preparado, no se reparten, se las quema o entierran.