Después de finalizar una relación amorosa y atravesar una situación económica difícil, sintió un llamado artístico que determinaría su futuro en un nuevo lugar en el mundo.
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Después de finalizar una relación amorosa y atravesar una situación económica difícil, sintió un llamado artístico que determinaría su futuro en un nuevo lugar en el mundo.
Entonces con la decisión que involucraría otro rumbo a seguir, Lucía Fernanda Haquim sintió que todo se conectaba -de alguna manera- para terminar fluyendo en México. Pero no iría en busca de la aventura sola, sino en compañía de "Manchas", una bella labradora que es su compañía inseparable. "Cuando decidí viajar, fui con pasaje de vuelta. Pero cuando, llegué moví cielo y tierra para traerla conmigo", expresó la jujeña que se embarcó en un viaje sin expectativas pero con el sentimiento de no mirar atrás.
Y es que la mezcla de emociones, el desarraigo y la incertidumbre; pero al mismo tiempo las ganas de superación, dispuestas en su mente, hicieron que reflexione sobre esa búsqueda personal que sin querer, en el pasado ya tenía marcada. A los doce años tocó la guitarra y dos años más tarde comenzó a ser deejay en un boliche gay, así fueron los primeros pasos que dio por la senda de lo musical. Con dieciséis años se preparaba para estudiar en Córdoba y después de grabar un demo ahí, sepultó esos dones y comenzó a estudiar Ingeniería en Mecánica. Pero para esos momentos, todos sus amigos eran músicos, desde rockeros hasta jazzeros. "Me di cuenta que la carrera que estaba estudiando no era mi destino cuando me puse a estudiar para un parcial con la guitarra en la mano", recordó como una anécdota que definiría su vida.
Haber estudiado producción y saber de demos y EP's, significó un aprendizaje muy valioso por las conexiones con otros artistas para crear y compartir mensajes. "Gracias al llamado del arte, sentí que un nuevo mundo me estaba esperando, fui muy afortunada y privilegiada porque en Cancún estaba mi hermana y me recibió. Me presenté en una audición de una empresa para ser parte del show, fue una locura porque pude trabajar con ella", comentó sorprendida por cómo se llevaron a cabo las situaciones en tierra azteca.
Aunque fue difícil en un principio, Centroamérica no fue contrastante para esta Dj, cantante y guitarrista que en 2019 logró acceder a trabajar en "Coco Bongo", una firma con prestigio internacional que ofrece shows de calidad superior. "Cuando llegué aquí era una empresa muy bien posicionada, como Dj fui la primera mujer en veintitrés años", dijo Haquim, quien es operadora de audio y tiene una gran responsabilidad a la hora de asumir su función.
"Al abrirse una sucursal en Los Cabos, fui la única que se quedó porque en época de pandemia, la empresa no pudo sostener la inversión. Entonces, empecé a crecer artísticamente", destacó Haquim, a quien la pandemia la hizo volver a nacer en sus creencias de vivir del arte. "Hoy lo vivo como que es difícil, pero no imposible", comentó la joven que siente que lleva en sí misma, una identidad propia y jujeña.
"Hace dos años traje a mi mamá porque no la veía desde hace tres. Creo que ahí fue cuando aprendí a valorarla más porque es muy duro estar sola. Yo estoy agradecida con mi mamá porque fue una madre increíble, quien tuvo cuatro hijas mujeres. Cada una creó su propia realidad y trayéndola sentí que algo, pude devolverle. Mucho de lo que soy es por ella que me apoya en el camino que emprendí con la música", explicó la también productora. "Aquí siento que no tengo límites, cuando decidí viajar vendí todas mis cosas y me lancé. Cuando uno está abierto y se conecta, suceden las cosas", aseguró esta deejay que adora el progressive, house, loud, techno y tempo. "Como solista mi música original va variando entre soul, r&b y urbano, pero amo todos los géneros", explicó Haquim, feliz de estar en un lugar único.
Es que conocido como "El acuario del mundo", se propone como paradisíaco y bien cuidado. "El cabo San Lucas es igual a Jujuy pero con playas, el clima es como el de la Puna jujeña. Es muy chiquito pero, a la vez, muy turístico", dijo Haquim, quien asimiló los huracanes como algo natural. "La semana pasada pasó un huracán cerca y otro en Acapulco que fue más fuerte; estoy planeando hacer una movida artística para ayudar a las personas", indicó la joven que desayuna café, jugo y chilaquiles. Así, la amabilidad de los mexicanos se muestra a través de su calidez humana y eso "Lucy" lo sabe muy bien. "En año nuevo, ellos sacan mesas y sillas a la calle y te invitan para compartir", expresó la joven que conoció la celebración mexicana del Día de los Muertos en San Miguel de Allende. "Tienen una conexión espiritual hermosa, algo que me hizo entender muchas cosas", subrayó Haquim, que gracias a "Manchas", logró colocar los pies sobre la tierra, admitiendo que fue su motor adorable para entrar a la matrix y crear su propia realidad.