¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

24°
27 de Abril,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

¿Estás cansado todo el tiempo? Estas tres cosas te están drenando la energía

Si estás cansado “por default”, es hora de empezar a pensar qué te está quitando energía y cómo combatir esos factores estresantes.

Viernes, 01 de diciembre de 2023 13:55

Al final del día, muchos nos sentimos física y emocionalmente drenados. Algunos sobrellevamos la segunda parte del día gracias a la cafeína, otros ponemos la mente en blanco frente a la tele cuando volvemos del trabajo. Todos podemos sentirnos agotados de vez en cuando, pero eso puede volverse fácilmente nuestro estado permanente y sin siquiera darnos cuenta.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Al final del día, muchos nos sentimos física y emocionalmente drenados. Algunos sobrellevamos la segunda parte del día gracias a la cafeína, otros ponemos la mente en blanco frente a la tele cuando volvemos del trabajo. Todos podemos sentirnos agotados de vez en cuando, pero eso puede volverse fácilmente nuestro estado permanente y sin siquiera darnos cuenta.

“A veces advertimos que estamos drenados porque nos ponemos irritables y tenemos reacciones bruscas o cambios de humor”, dice Eileen Anderson, directora del programa de Bioética y Humanidad Médica de la Universidad Case Western Reserve. “Esa suele ser una señal de alerta que nos pide bajar un cambio y tratar de descubrir qué nos está molestando.”

Si bien el estrés laboral alcanza actualmente niveles récord, no tenemos por qué aceptarlo como una realidad inapelable. Por el contrario, lo importante es identificar y enfrentar esas cosas que nos pesan y nos tiran para abajo. Y no es tan difícil, porque algunos factores de estrés son universales.

Ciertas relaciones

Uno de los mayores “drenadores” de nuestra energía son las personas que nos rodean, dice Christopher S. Reina, fundador y CEO del Instituto de Liderazgo Transformador de la Universidad Virginia Commonwealth.

“Todos tenemos algún compañero de trabajo que siempre lleva la contra, que necesita reforzar su ego dando su opinión sobre todo —en general, algo negativo—, y que todo el tiempo boicotea los procesos y descalifica a los demás para sentir que tienen más poder y control sobre las cosas”, apunta Reina.

La energía no se crea ni se destruye: se redirecciona, explica Reina. Las personas con un perfil pasivo-agresivo, por ejemplo, redireccionan la energía de los demás para acapararla y alimentarse de ella.

“Chupan la energía y el espacio de los demás para intentar concentrarlos en ellos mismos. La raíz de ese mecanismo suele ser una autoestima baja y una serie de comportamientos aprendidos que fueron reforzando con el tiempo, convencidos de que recibir atención, aunque sea negativa, es mejor que no recibir atención alguna”, dice el especialista.

Nuestro entorno

Por más que no nos afecten de manera directa, las noticias y los acontecimientos del mundo, como las guerras y los desastres naturales, son un telón de fondo estresante que sufrimos todos. Según la doctora Anderson, exponerse todo el tiempo a noticias negativas puede drenarnos la energía.

Otros “estresores” estructurales que nos dejan sin energía son las formas de discriminación por raza, género, nacionalidad, religión, discapacidad y tantas otras. A eso incluso se suma la situación social de cada uno, como el estatus laboral o profesional, la dinámica del entorno laboral, o las responsabilidades domésticas y familiares. “¡Hay tantas cosas que nos drenan la energía!”, apunta Anderson.

Nuestros hábitos

Si bien los dos primeros tipos de factores que nos quitan la energía son externos, es posible que nosotros mismos estemos alimentando el problema por no saber poner límites. Si nos sentimos presionados internamente a estar activos y receptivos a toda hora, la energía se nos agota rápidamente, señala Elizabeth Pearson, autora de Career Confinement: How to Free Yourself, Find Your Guides (“Confinamiento profesional: Guía para liberarte a vos mismo”).

“Y esto es especialmente cierto para las mujeres”, agrega Pearson. “Muchas veces las mujeres sienten esta necesidad constante de demostrar lo que valen, y para lograrlo, se exceden y sobrepasan sus propios límites. Nada nos drena la energía más rápidamente que intentar complacer a todo el mundo, ya sea en casa o en el trabajo.”

Anderson coincide: “La clave es la autorreflexión y el crecimiento personal”, agrega. “Nos generamos o agravamos más problemas de los que creemos.”

Cómo tapar esas “goteras”

El primer paso para solucionar esa pérdida de energía es determinar si la situación de origen es modificable. Actuar nos da poder, y sentirnos con poder nos recarga las pilas.

Si una relación nos agota, por ejemplo, lo mejor que podemos hacer es conversar con la persona y explicarle el modo en que su comportamiento nos afecta, agrega Reina.

“Pero es crucial hacerlo con amabilidad y empatía, y también es especialmente importante repetirlo cuando la situación se repita”, señala el especialista. “Por supuesto que en una situación jerárquica, es más fácil hacerlo desde una posición de jefe que de subalterno, pero también es posible entre pares, con un proceso de liderar e influir de manera horizontal.”

Si modificar ese factor de estrés no está a nuestro alcance, aceptar la realidad consume menos energía que luchar contra ella constantemente.

A continuación, hay que buscar formas de recargar energía. Pearson compara las reservas de energía con los tanques de agua. “Parecen inmensos e inagotables, pero con el tiempo pueden aparecer pequeñas fisuras y filtraciones”, dice. “La clave es analizar esos puntos de fuga y sellarlos. Algunos de esas fisuras siempre estarán presentes, así que hay que contrarrestarlas activamente con recargar.”

Esas recargas pueden ser expresiones creativas, como escribir, pintar, cantar o hacer cerámica. También puede ser una actividad física, como bailar. Apoyarnos en nuestros vínculos, como la familia, los amigos y los colegas de confianza, también puede ayudarnos a reponer nuestras energías, dice Pearson.

“En esos casos, lo que menos hace falta es que alguien venga a echar más leña al fuego de nuestra frustración”, apunta. “Lo que necesitamos es que se sienten y nos escuchen activamente, que nos hagan sentir validados, pero también que nos ayuden a seguir adelante y reenfocarnos en algo positivo.”

Finalmente, y tal vez lo más importante, es hacernos tiempo. “Nuestra cultura incluso nos hace difícil tomarnos pequeños momentos de descanso durante el día”, dice Anderson. “Esos momentos son cruciales para ponernos al día con nosotros mismos.”

Para hacernos tiempo y tener espacio habrá que establecer límites, dice Pearson. “Y cuando ponemos un límite, hay que cumplirlo y ser fiel a uno mismo”, señala. “El tiempo es el bien más preciado que tenemos.”

 

Por Stephanie Vozza