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27 de Abril,  Jujuy, Argentina
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Una obra de arte dentro de una gran obra de arte

Es el sueño cumplido de la artista plástica Teresa Dionicio. Se ubica en su domicilio particular, en Huayco. La emotiva fiesta apertura tendrá una performance, canto lírico e invitados especiales.
Viernes, 10 de marzo de 2023 01:01

Nace en Jujuy una galería de arte "sin tiempo", tal la traducción del nombre "Intemporel" elegido por su creadora, Teresa Dionicio Waisler que concreta un sueño al abrir este espacio.

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Nace en Jujuy una galería de arte "sin tiempo", tal la traducción del nombre "Intemporel" elegido por su creadora, Teresa Dionicio Waisler que concreta un sueño al abrir este espacio.

Como colgada de un balcón natural, la galería se encuentra el barrio Los Huaycos, ahí donde se conjugan Valles con Yungas y comienza a verse la inmensidad de la quebrada. La propia casa de la artista alberga este recinto tan especial, no solo para su creadora.

Cuando el caos de la organización aminoró, Teresa Dionicio recibió a El Tribuno de Jujuy para conversar sobre el recorrido que la llevó a plasmar esta, su gran obra.

Fue una charla cargada de emociones, con risas y muchas lágrimas, que expresaban añoranzas y esperanzas.

"Intemporel" es de origen francés, ya que es un homenaje a mi esposo que era parisino", contó entre lágrimas la pintora en referencia al nombre de la Galerie D' Art.

Hace diecisiete años su esposo falleció; con él se había casado hace treinta y un años en París, emulando un cuento de hadas. Él, soñaba con tener un restaurante francés en la zona en la que hoy es la casa de Dionisio y en la que se forja el nuevo recinto artístico.

Quizás de esa majada de sueños haya surgido el nombre de la galería. Es que lo atemporal, las cosas sin tiempos vienen desde el origen de Dionicio, que nació en Abra Pampa, donde el tiempo no sabe de almanaques. Recorrió el mundo, pintó, conoció, se vinculó, enseñó, aprendió, compartió, se perpetuó y con ella, su obra.

Quizás este espacio se la mayor obra de la artista, que confiesa tener cientos de proyectos en carpeta, pero que para concretarlos le harían falta cincuenta años más de vida o un clon.

"La galería nace como un acto de rebeldía", confesó Dionicio y lo justifica diciendo que "quise tener mi propio espacio, porque a veces veo a los jóvenes, cuando quieren exponer (dijo que le pasó lo mismo en algún tiempo), hay que pedir fecha, pagar".

Hoy, después de mucho pincel gastado, se define a sí misma como una artista libre e independiente que no depende del estado y que no tiene que pedir permiso por nada.

Por tanto, el objetivo principal de Intemporel es mostrar sus obras, sin egos ni mezquindad, y también darle lugar a otros grandes talentos. Muchos de esos nombres, fueron alumnos de la pintora y desde ya, piden pista para colgar sus obras en las flamantes paredes.

Como se mencionó antes, la galería está dentro de la casa de Teresa Dionicio. Ya el hogar es una obra de arte, como puesta a propósito en un mirador natural que deja al Río Grande de fondo y un paisaje natural único.

"Cuando vienen por mis cuadros, se enloquecen con la casa", manifestó la artista y asiente que se trata de una obra de arte, inmersa en una gran obra de arte.

Aunque humildemente sostiene que "para mí es simplemente mi casa, con un poco de buen gusto".

Este espacio consta de dos salas. La sala uno, que es el pasillo inmediato al ingreso y la dos, que se conecta a la anterior por unas escaleras que por momentos ponen en primer plano el paisaje.

Esta es la principal. Allí, donde otro hubiese ubicado una habitación o sala de estar, Dionisio colgó sus cuadros, distribuyó esculturas y hasta se dio el gusto de resolver un conflicto instalando una fuente de agua.

Quizás uno de los detalles más llamativos de esta sala sean las cortinas automatizadas, que de acuerdo al momento en que se visite la exposición (tarde o noche) se elevan para dejar a la vista el inmenso paisaje de fondo, conjugado con las obras.

"Dentro del mundo de los artistas somos bastante egoístas y en ese sentido me puedo jactar de lo contrario", dijo con contundencia la artista. Esto surgió porque orgullosamente contó que desde este espacio de artes, pretende transmitir valores como respeto, solidaridad y el compartir.

La abrapampeña considera que compartir, trasmitir, son cuestiones que hoy se han perdido. "Lo que sé, lo aprendí a la par de mis alumnos", afirmó, a la vez que agregó que "pretendo ser un ejemplo en lo que refiere a trabajo colectivo, grupal; es algo que predico desde que trabajaba con murales".

La charla fue de risas profundas a lágrimas de colores, de acuerdo a que las motivó. Y casi al final, surgió el recuerdo de la primera exposición de Teresa Dionicio, en la Biblioteca Popular, allá por 1984. Desde entonces, ella solo recibió satisfacciones devenidas del arte. Recorrió el mundo, conoció el amor, y no solo el de un hombre que la amó y dejó su país para vivir con ella; sino también el amor de mucha gente que hoy la rodea y la acompaña en esta etapa de cumplir sueños.

"Hay padres que les dicen a sus hijos que no estudien arte porque se van a morir de hambre y no es así" sostuvo la pintora.

Respecto a si hay una agenda de exposiciones ya prevista, la respuesta, entre sonrisas, fue contundente, "la vida es hoy para mí. Lo más próximo es el día de la inauguración; no quiero pensar en el después. Las obras actuales estarán un mes. La idea es que circule mucha gente por este lugar, que lo disfrute, lo comparta, lo muestre".

Mañana, en la apertura, el actor José Luis Costas hablará de los sueños, mediante una performace y la cantante lírica Jimena Benavídez, le pondrá matices franceses al encuentro, interpretando, por ejemplo, "La Boheme".

Más allá de nombres propios, las historias

Teresa Dionicio en el breve tiempo de la entrevista desando gran parte de su vida, que tiene tramos estrechos entre lo personal y lo profesional.

De ese recorrido, surgen nombres propios que se fueron acoplando a la tarea de vivir, entre lienzos y colores. Esas vivencias ubican, en este sueño cumplido, a Marcelo Coca y Pamela Esquivel, como curadores de la galería y, a esta última, como futura directora. Contó Dionisio que Esquivel fue su alumna en el secundario y en el terciario, la acompaña desde que tenía catorce o quince años. Hoy pasó los treinta y es como una hija adoptiva de la vida y del arte para ella y la entiende como nadie, aparte de ser súper prolija, con voluntad y buen gusto. “Es como mi continuación”, expresó la pintora.

En el armado de la galería, convocados por esos valores que les inculcó “la profe Tere”, como ser solidarios, trabajar en equipo, sin egoísmo, fueron muchos los exalumnos que se acercaron a colaborar con esta obra planificada para seis años, pero que se hizo en seis, quizás siguiendo reglas de su propio nombre, sin tiempos. Teresa Dionicio destaca nombres propios que hicieron posible este sueño que se cumple. Marcelo Coca, Silvina Jerez, hijos adoptivos del arte. Isabel Mamaní, Marta Navarro, quienes la ayudan en su organización.

Mario Urbina es el autor de la fuente que se ubica en la sala principal y Jorge Villanueva y Ceferino Tinte, quienes le hacen la ropa a Dionicio, fueron los creadores del logotipo que identifica a la galería. Como adelanto a nuestro medio, la artista contó que además de sus cuadros se expondrán esculturas de cuatro exalumnos suyos. Dionicio no es madre natural. Quizás así lo quiso Dios, para que su extrema sensibilidad no le cause sufrimientos con todo lo que significa ser madre y más en tiempos de valores adulterados. “Sembré tanto y hoy me emociona lo que recibo. Es sorprendente la cantidad de gente que colaboró, muchas opiniones, discusiones”, dijo la artista respecto a “los hijos” que subieron a Huayco para ayudarla. Esos nombres, tal vez guiados con el ángel que sembró la semilla de hacer algo con tinte francés impulsan a Teresa Dionisio a seguir haciendo y darle a Jujuy espacios como este, porque se lo merece.