Los peces koi o carpas koi, por su nombre común, es un pez de muy fáciles cuidados. No obstante, para un buen desarrollo del animal y para poder disfrutar de él en todo su esplendor, es necesaria una alimentación consciente a esta especie que habitualmente observamos cuando visitamos el Lago Popeye.
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Los peces koi o carpas koi, por su nombre común, es un pez de muy fáciles cuidados. No obstante, para un buen desarrollo del animal y para poder disfrutar de él en todo su esplendor, es necesaria una alimentación consciente a esta especie que habitualmente observamos cuando visitamos el Lago Popeye.
Al respecto, el asesor en cuidados de peces de dicho lago, Hernán Aparicio, brindó a El Tribuno de Jujuy varias sugerencias para aquellas personas que se acerquen a este maravilloso lugar y así puedan conectar en armonía con estos ejemplares acuáticos.
En relación a su hábitat, el especialista mencionó que "el agua que se utiliza es del río Chico, está bastante limpia y no tienen problema en cuestión de agua, sino que el problema es cuando crece el río, se lleva la compuerta a la toma de agua y no deja entrar el agua por dos o tres días y el nivel baja. Por esa razón la dejaron en el lago chico a todas las carpas, el estanque grande está rajado y pasaron todas las especies de carpas Koi, cuando la rescatamos, a un estanque más pequeño que está más arriba, ahora viven allí".
Hay 25 carpas Koi, tienen más de 10 años y pesan alrededor de 8 kilos. Esta especie no es la única en el lago puesto que "hay mojarras y viejas de agua que son nativas pero las carpas son especies introducidas".
Con la reciente llegada del otoño, se pone fin a la reproducción de estos animales. "Los peces viven tranquilos. Se está terminando la temporada de reproducción que es de septiembre hasta marzo, cuando arranca el otoño. Ese tamaño de pez puede tirar casi 20 mil ovas y no tienen ningún problema", comentó.
Los peces koi particularmente son traídos desde Buenos Aires, Corrientes o Rosario, dependiendo del criador. Cuando se encargan estos animales, se lleva adelante un proceso de sumo cuidado. En ese sentido, Apareció remarcó que "a estos animales lo pedís por teléfono o mail desde el sur y los ponen en una bolsa, la cargan de oxígeno, la meten en una caja de tergopol para después subirla al colectivo. Esta especie puede viajar dependiendo del tamaño de la bolsa y la cantidad de oxígeno" y aclaró que "pueden estar alrededor de unas 72 horas y no les pasa nada. Llegan en perfecto estado y una vez que llegan acá se les hace los cuidados correspondientes para que no se mueran".
El asesor subrayó que "esta especie si vos la tiras y no le das de comer se la va a ingeniar para vivir. Los encargados del Lago Popeye le dan alimento, tienen en venta comida para la gente que los visita. En eso no hay problema, es más los otros peces también aprovechan para comer hasta los mismo patos".
Agregó que "lo que no deben hacer es darle de comer pan, les hace mal. La levadura es lo dañino para ellos porque no la pueden eliminar de su cuerpo y llega un momento que le hace efecto y se le infla la panza o las tripas, es un tema. No hay que darle carnes ni grasas. Por eso, siempre se le recomienda que le den alimento".
El control en los cuidados del pez también se basa en la vigilancia del medio en donde vive. "Hay que cuidar el agua, tratar de que sea de calidad. Que tengan un PH más o menos neutro y la alimentación, no es mucho. Tal vez mirándolo un poco todos los días, te das cuenta que el bicho tiene o no hongos que es lo que puede originar su muerte", apuntó añadiendo que "el agua es buena porque no ha crecido. Cuando crece y viene turbia, aunque se enturbie el agua no hay ningún problema pero después es peligroso cuando viene la contaminación de arriba. El río Xibi Xibi está bien contaminado con los criaderos de chanchos que hay en Juan Galán. Es buena el agua que hasta el mismo pez se encarga de adaptarse agua y una vez que lo hace puede vivir tranquilo", sostuvo al concluir.