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Denuncian usurpación

Los damnificados expresaron indignación por la falta de respuestas a los diferentes reclamos presentados en la Justicia.

Jueves, 09 de marzo de 2023 01:02

Emiliano Saavedra

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Emiliano Saavedra

Los propietarios de fincas ubicadas en ruta provincial 35, que abarca desde barrio Chijra hasta San Bernardo, denunciaron ante la Justicia la usurpación del lugar y amenazas de personas que se hacen pasar por supuestos originarios.

Los mismos comentaron que están siendo atormentados por constantes amenazas de los usurpadores, que se hacen denominar originarios (sin prueba alguna), ya que siguen tomando terreno, construyendo en propiedad privada ajena y con una medida cautelar vigente. Sin reconocer el derecho constitucional y civil sobre la propiedad privada, mostrándose impunes.

Los propietarios y personas asociados a la Huella Gaucha, también afectadas a la problemática, salieron con el motivo de expresar la preocupación e indignación por la falta del artículo 17 de la Constitución Nacional (reforma 1994) y del artículo 2.506 al 2.523 del Código Civil y Comercial de la Nación sobre la propiedad privada. Destacaron además que los reclamos, sin respuesta, presentados ante la justicia están encajonados desde hace más de 10 años.

La primera en hacer uso de la palabra fue la tesorera de la asociación, Sandra Soruco, quien comentó la problemática ante El Tribuno de Jujuy. "Desde el 2006 que nosotros tratamos de que haya producción en la zona, no se cierren las escuelas y la gente pueda trabajar. No se está respetando la propiedad privada. El estado no está mirando eso, yo si tengo mi casa no tiene que venir nadie desconocido a quedarse adentro. Me parece terrible lo que sucede", sostuvo.

También señaló que "desde la Huella Gaucha, que está integrada por propietarios de fincas, al enterarnos de los problemas decidimos convocar a todos los propietarios para comentarle la situación de don Berzini". La tesorera entiende que al "visibilizar" esta situación en la sociedad conseguirá, tal vez, una audiencia con el Ministro de Justicia y al Gobernador de la provincia para que "escuchen a los propietarios".

El clima por esos sectores se torna hostil cada día. "Tenemos miedo que nos pase a nosotros porque se dice que está haciendo unos mapas de las comunidades aborígenes de la zona y los que no tenemos mensura en la finca nos las van a sacar. Todos tenemos propiedades, no estamos en tierras fiscales. Heredadas o compradas por algunos. Queremos hacerle saber a las autoridades que aquí hay propietarios y no estamos decididos a perder nuestras tierras. Queremos que se respeten las leyes. No queremos que suceda como en el sur que el gobierno le entregue tierras a personas que dicen ser aborígenes", dijo la tesorera de Huella Guacha que tiene más de 370 socios.

En tanto, el presidente de la entidad gauchesca, Félix Quipildor, agregó que "está a la vista todo el problema. Nosotros acompañamos a los damnificados. Le pedimos por favor que tomen cartas en el asunto. No queremos que esto pase a mayores. Encarecidamente le imploro a los señores jueces o Gobierno que nos dé una solución".

Por último destacó que "son algunos pícaros que aparecieron para tomar terrenos, por supuesto, hay una ley que los protege. Eso está afuera de contexto. No está bien. Queremos que se agilicen los trámites legales" y aseveró que "no somos únicamente la voz de los propietarios, sino también de los habitantes de la ruta provincial 35 que realmente residen en el lugar. La violencia que venimos sufriendo los verdaderos residentes está siendo una amenaza directa a nuestros derechos como cortes de ruta, usurpaciones, amenazas, vandalismo de bienes".

Por su parte, Enrique Barzini, propietario de una finca de Tilquiza, remarcó que lleva un juicio con más de 14 años en espera y manifestó que "tenía 300 animales de muy buena calidad ahora tengo 40. Vivimos amenazados por ellos. Nos cerraron el paso del campo en varias oportunidades. El campo no produce desde hace varios años. Me rompen todo. Hay infinidad de daños. Estas personas no son pacíficas. No son aborígenes porque en la zona no los hay. Vivimos con temor, y no solamente tomaron mi campo sino que también lo hicieron con dos vecinos. Nadie se anima a hablar de esta gente porque es una mafia", concluyó.