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El uso de velas aromáticas como método para relajarse al final del día es una práctica común para muchas personas. Sin embargo, expertos advierten que estas velas aparentemente inofensivas esconden un riesgo invisible para nuestra salud. A diferencia de los peligros tradicionales asociados con el fuego o los subproductos de la combustión, se trata de los compuestos químicos que se utilizan para crear los aromas característicos de estas velas.
Las velas aromáticas contienen fragancias sintéticas que, al quemarse, liberan compuestos químicos conocidos como ftalatos. Estas sustancias también se encuentran en productos como jabones, champús y desodorantes, y su exposición ha sido relacionada con problemas de salud. Aunque aún faltan estudios exhaustivos para determinar los efectos a largo plazo de los ftalatos, se sospecha que pueden actuar como disruptores endocrinos.
Los estudios realizados hasta ahora indican que los niveles de ftalatos son más altos en mujeres debido al uso de cosméticos, pero se necesita más investigación para determinar qué concentración de estas sustancias es perjudicial para la salud. Sin embargo, en términos agudos, la combustión de las velas aromáticas puede agravar problemas respiratorios como el asma, especialmente en aquellos que ya padecen esta enfermedad.
La inhalación de ftalatos puede irritar las vías respiratorias y agravar el asma. A medida que las velas se queman, estos compuestos se liberan en el aire y pueden ingresar al torrente sanguíneo, exacerbando los síntomas alérgicos y el asma, así como alterando los niveles hormonales. Además de los ftalatos, las velas perfumadas también emiten partículas de bajo peso molecular durante la combustión, las cuales pueden causar problemas pulmonares e inflamación.
Las partículas más preocupantes son las que tienen un diámetro de 10 micras o menos, ya que pueden penetrar en los pulmones y, en algunos casos, ingresar al torrente sanguíneo. Las personas con enfermedades cardíacas o pulmonares, los adultos mayores y los niños son considerados los grupos de mayor riesgo. Si bien la exposición a corto plazo a estas partículas no suele ser grave en personas sanas, puede causar irritación temporal en los ojos, nariz y garganta.
Sin embargo, la exposición prolongada puede tener efectos negativos en el sistema pulmonar y cardiovascular. Se ha vinculado la exposición a corto plazo a ataques de asma, bronquitis aguda y ataques cardíacos en personas con enfermedades cardíacas. Por lo tanto, es importante evitar la exposición excesiva a estas fragancias sintéticas y asegurar una adecuada ventilación de los espacios donde se utilizan las velas aromáticas.
¿Los aceites naturales y vaporizadores son peligrosos?
En contraste, no se ha encontrado evidencia de que los aceites esenciales naturales sean perjudiciales para la salud. De hecho, algunos estudios indican que pueden tener propiedades antiinflamatorias y antimicrobianas. No obstante, es importante asegurarse de que sean aceites de calidad y lo más naturales posible. En cuanto a los vaporizadores, no están desaconsejados, especialmente si se utilizan con fragancias naturales. No obstante, se debe tener precaución con la higiene de los dispositivos, ya que el calor y la humedad pueden propiciar el crecimiento de hongos que pueden tener efectos negativos en la salud hormonal.
En resumen, aunque las velas aromáticas sean una elección común para relajarse, es importante ser consciente de los posibles riesgos que conllevan. La exposición a largo plazo a los compuestos químicos liberados durante la combustión de estas velas puede tener efectos perjudiciales en la salud respiratoria y cardiovascular. Es recomendable limitar su uso, asegurar una buena ventilación y considerar alternativas como aceites esenciales naturales para disfrutar de un ambiente agradable y relajante sin comprometer nuestra salud.
Fuente: La Voz de la Salud