Un avión de la compañía Asiana Airlines se dirigía a Corea del Sur desde la isla Jeju a Daegu, cuando sufrió un inconveniente: un pasajero de 33 años abrió la puerta de emergencia del avión en pleno vuelo. Lo hizo a 200 metros de altura, y, por suerte, no hubo despresurización de la cabina.
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Un avión de la compañía Asiana Airlines se dirigía a Corea del Sur desde la isla Jeju a Daegu, cuando sufrió un inconveniente: un pasajero de 33 años abrió la puerta de emergencia del avión en pleno vuelo. Lo hizo a 200 metros de altura, y, por suerte, no hubo despresurización de la cabina.
Aun así, los pasajeros entraron en pánico, y nueve de ellos, todos adolescentes, han sido hospitalizados tras sufrir problemas respiratorios. Algunos testimonios han explicado el terror que vivieron: "Pensé que el avión iba a explotar (…) Parecía que los pasajeros junto a la puerta abierta se estaban desmayando" o "los asistentes de vuelo pedían médicos a bordo a través de la transmisión".
Varios testigos han asegurado que la intención del pasajero era saltar desde el avión. Aunque ha dado negativo en sustancias, la policía ha reconocido que "era difícil mantener una conversación normal con él", y ha sido detenido.
El Ministerio de Transporte está investigando si la aerolínea había seguido los protocolos para gestionar las salidas de emergencia. "Alguien del personal de vuelo debería haber detenido a ese pasajero", dijo Sohn Myong-hwan, profesor del departamento de mantenimiento de aviación de la Universidad Sehan de Corea del Sur. Además, añadió que le "parece difícil que la aerolínea pueda escapar de cualquier responsabilidad potencial aquí".