JULIO CERRIZUELA
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JULIO CERRIZUELA
El sábado se estrenó "Josefina de Maimará", el teatro documental que cuenta la vida de Josefina Aragón viuda de Vilte, coplera, sanadora, mantera, cultura de tradiciones de nuestra tierra.
Con sublimes actuaciones de Coty Gorena, en el papel de Josefina y de Agustina Orquera, que tomando cuerpo en diferentes roles, fue un indispensable hilo conductor.
El grupo teatral El inmigrante, que tomó el desafío de realizar la puesta, cumplió con lo prometido. Abarcó la vida de Josefina desde la infancia hasta estos días.
Con una sonorización excelsa, que tuvo a Lucas Gordillo y a la orquesta "Música con Alas" a cargo, pintaron cada situación en la vida de este ilustre personaje, trasladando al espectador a ese momento.
Otro punto que adelantaron en diálogo con nuestro medio, era el choque cultural, entre alguien que viene de afuera, de la gran ciudad y descubre, a través de la sabiduría de Josefina, su propio interior en conexión con la Pacha y lo natural.
En situaciones de conversación, en una comadriada o en pleno carnaval, la "vieja sabia" logra conectar a una joven periodista, tímida, reacia a abrir su interior, primero con lo nuestro, después, con su propio sentir.
Josefina Aragón nació en Potosí, o al menos de allí vino. Todos los protagonistas de ese momento de vida, están presentes en la obra.
Consecuentes con "Micaela, un continente", que hasta el momento había sido la gran obra del grupo El Inmigrante, se muestra la defensa de Josefina, siendo mujer, hacia los derechos de los trabajadores, de las mujeres, remarcando ciertos abusos de los que son víctimas y también, su contribución al cuidado de nuestra tierra, enfrentando el daño que hacen ciertos tipos de empresas.
En ese marco, aparece, personificado de forma sublime, el personaje del diablo, que se contrapone a Josefina, que representa lo bueno. Y busca tentarla y ponerla de su lado.
Lo lindo de cantar y conectarse, lo importante de divertirse, pero no abusar del alcohol, la lucha interior del bien con el mal, recetas de yuyos que curan desde el alma, son matices que acompañan cada uno de los cuadros.
Un soporte audiovisual que enmarca el formato documental, complementan este "testimonio de vida", según dijo la propia Josefina Aragón al finalizar la obra.
Acompañaron este estreno, Rafael Nofal, dramaturgo de la obra; Lucas Gordillo, Pablo Medrano, Analía Sivila, encargados de la música y personalidades destacadas del teatro y la cultura jujeña.
Previo al ingreso a la sala, El Tribuno de Jujuy dialogó con Rafael Nofal, dramaturgo, quien dijo "acabo de conocer personalmente a Josefina, no quise conocerla antes; trabajé a partir de los datos que me dieron sobre ella, fue conmovedor verla y escucharla; es absolutamente sabia, por eso es quien es. Saqué textos grabados de entrevistas que le hicieron y textos absolutamente de ella, como recetas sobre cómo se mezclan los yuyos y cosas que ella realizó".
También, el destacado director y docente de teatro, se refirió al grupo que realizó la puesta en escena "a mí me pareció un gran desafío realizar este texto, porque era un tema que yo no conocía, me puse a trabajar mucho para investigar, sobre las grabaciones; son gente absolutamente seria, generan cultura todo el tiempo, el ver cómo trabajar te hacer creer en estos chicos jóvenes con los cuales tuve el placer de trabajar".
Para finalizar, vaya un mensaje a los que no pudieron ir al estreno, se perdieron lo sustancial y quién sabe si se vuelve a repetir, unas coplas nacidas del alma de Josefina Aragón (real) y Josefina de Maimará (Coty Gorena, actriz).