A los catorce años, cuando en sus oídos habitaba el rock y se vestía de negro, su abuela le renovó la identidad (esa que había asumido desde sus cinco años, cuando se subió a coplear al escenario del Tantanakuy Infantil en Humahuaca), al entregarle una caja, su sombrero y reboso.
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A los catorce años, cuando en sus oídos habitaba el rock y se vestía de negro, su abuela le renovó la identidad (esa que había asumido desde sus cinco años, cuando se subió a coplear al escenario del Tantanakuy Infantil en Humahuaca), al entregarle una caja, su sombrero y reboso.
En ese momento María Jorgelina Farfán Caparrós, Maryta de Humahuaca en el ambiente artístico, recibió mucho más que objetos sueltos. Recibió el legado del mensaje ancestral, que, desde un almanaque sin tiempos, habita el ser de nuestros ancestros. En pos de asentar ese legado, hoy, desde las 8, en el Salón Municipal de Maimará, realizará un registro fílmico de la tradicional rueda de copleros, que en cada ocasión posible distingue los encuentros culturales de nuestra tierra. La artista, que recorre el mundo llevando la copla, tal como lo vaticinó su abuela, visitó El Tribuno de Jujuy para contar lo que sucederá en la jornada sabatina. “Me propuse realizar un registro con copleros de Jujuy y de lugares aledaños, el cual se desarrollará hoy, a partir de las 8 en el Salón Municipal de Maimará; primero compartiremos un desayuno y a partir de las 9 y hasta el mediodía se filma la rueda de coplas”, dijo Maryta.
A esta producción de la humahuaqueña le anteceden “Somos agua”, realizado en las Salinas Grandes (Susques), y “Serenata a los cerros”, en Los Colorados (Purmamarca). Consciente del potencial cinematrográfico de la provincia y poniendo en juego tiempo y capital propio, la artista quiere registrar los contrapuntos, el sonido de erkencho, la quenilla, la danza alrededor de la bandera blanca (que representa al kollasullo y es el cordón central de la Wiphala) y por supuesto, el círculo, la rueda, la conciencia, la fuerza de la copla como mensaje.
“Será un espacio comunitario, compartido, donde todos van a cantar. Se respetará la voz de cada uno, se harán coros unos a otros”, manifestó la organizadora. Cabe mencionar que ya se hizo una primera parte del registro con las anateras de El Hornocal de Huamahuaca, en la Quebrada de las Señoritas (Uquía).
“Hay una cantidad incalculable de copleros en toda la provincia que estamos cansados de ser el relleno de los espectáculos, por eso hago esta producción independiente, con recursos propios, con la aspiración de que lo nuestro se divulgue; hago la inversión y me juego porque yo creo en esto”, enfatizó Maryta. La motivadora de este encuentro, comunitario y profundo, aspira a que sea el primero de muchos y que se sigan lanzando coplas a los vientos, para que las nuevas generaciones no se alejen de una forma de decir que lleva siglos habitando nuestro territorio. “En la Quebrada se encontró una caja de catorce mil años de historia, o sea que mis ancestros cantan coplas desde entonces”, acotó. Para que ese objetivo se cumpla, Maryta ve necesario que se reconozca el trabajo, que exista un canon, hay mucha inversión detrás de una copla, contemplando la caja, el sombrero, el reboso...
“Espero que las municipalidades de la Quebrada y Puna, que es la zona en la que más de desarrolla el mundo coplero, también Pampichuela, San Lucas, todo el territorio de la copla, cada una de las intendencias abra el corazón para que nuestro canto llegue y las nuevas generaciones puedan nutrirse de este mensaje maravilloso que tiene el canto ancestral”, expresó. Maryta de Humahuaca asumió firmemente el compromiso de continuar el legado que le dejó su abuela. Recorre el mundo, de forma autogestiva, sosteniendo el proyecto de coplera.
Desde allí sostiene que “es un momento muy especial para nuestra copla porque desde diferentes partes del mundo se hacen eco de su mensaje”. Esto, agregó la artista, “nos invita a comprometernos en revisar la ancestralidad, revisar el mundo indígena, las cosas que estuvieron y que preexisten más allá del tiempo”. “Mi esencia es la copla y quiero que eso quede plasmado en videos y así voy a postular a todas las plataformas y festivales digitales que existan, para que llegue cada vez a más lugares”, sostuvo con firmeza.
Con una historia fuerte en su andar, la humahuaqueña habló de la espectacularización de los encuentros culturales, lo cual pone en boca al término (sea Pachamama, copla o carnaval), pero se desconoce la conciencia profunda del hecho. “Ese rescate es la misión de nosotros como copleros”, afirmó. Para finalizar, la artista, que no es ajena al contexto socio económico del país, instó a reconocer que “los artistas somos parte importante del Producto Bruto Interno de un municipio, provincia y del país. No nos tienen en cuenta, pero con nuestras acciones mantenemos a la cultura en movimiento y así se mueve el dinero, se genera un círculo. El patrimonio vivo somos todos, tienen que reconocernos como entidades que preservan nuestra cultura”.