La noche del pasado jueves no fue una más en la "Tacita de Plata". Andrés "Ciro" Martínez llenó de historias, melodías y compromiso a una ferviente Ciudad Cultural.
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La noche del pasado jueves no fue una más en la "Tacita de Plata". Andrés "Ciro" Martínez llenó de historias, melodías y compromiso a una ferviente Ciudad Cultural.
Miles de jujeños llegaron desde diversos puntos de la provincia para compartir este encuentro que encontró juntos al excantante de Los Piojos con la Orquesta Sinfónica de Jujuy, dirigida por el maestro Bruno Romero.
Cuarenta y cinco minutos después de la hora acordada, los primeros sonidos de la orquesta acrecentaron el fervor del público que al unísono entonaba "olé, olé, olé, Ciro, Ciro" y segundos después, de saco y guitarra en mano, el artista saludó cantando, como él sabe. "Barón rojo" fue el primer tema de la noche, coreado por todos los presentes en esta jornada.
"Pacífico", un clásico de su paso por Los Piojos, fue el segundo tema y el que despertó la nostalgia del público que lo sigue desde esos tiempos.
"Pistolas" le dio descanso a la guitarra para que Ciro se luzca con la armónica y el público se levante en un pogo, tan característico de este tipo de recitales.
Recién aquí hizo un pequeño alto para saludar y agradecer, a lo cual los presentes acompañaron con un resonante "Ju-juy, Ju-juy".
La Orquesta Sinfónica tuvo su momento especial en "Un hombre más", canción que comenzó con sus acordes alzando vuelo, más allá del escenario. Y eso despertó nuevamente el "olé, olé, olé, Ciro, Ciro".
"Ando ganas" fue coreada por los nostálgicos de la era "piojera", al punto tal que el público tuvo su momento solo y Ciro devolvió con un sentido "íMuchas gracias Jujuy!".
En "Ruidos" los músicos locales volvieron a lucirse con un solo y el público se levantó en un potente coreo, al grito de "Argentina, Argentina, Argentina".
En este punto del show, la empatía artista-público fue la reinante. "Claro que el agua vale y vale más que el litio. Yo no sé cuánto trabajo genera el litio, lo que sí sé es que no se toma", expresó Ciro, para luego cantar "Agua".
Después de ese mensaje, se sentó, tomó la guitarra para interpretar "Tal vez". De inmediato comenzó a despedir a la Orquesta. Pidió aplausos para el maestro Romero y manifestó que "es por lejos la sinfónica más joven con la que tocamos, esto significa que hay esperanzas".
Y cuando aún resonaban los aplausos para Romero y sus músicos, comenzaron los acordes de "Verano del '92", melodías que atraviesan generaciones, por lo que nadie se quedó sin cantarlas y bailarlas. El pogo parecía tocar el techo, de tantos que participaban y movía los suelos de cada espacio.
La última canción con la Orquesta Sinfónica de Jujuy fue "Antes y después". La despedida de los locales fue con un aplauso interminable y renovó el aliento al son de "Ju-juy", "Ju-juy" que se enlazó, nuevamente, con el aliento al artista.
Hasta aquí el primer segmento, que tuvo una necesaria pausa de diez minutos para reordenar el escenario.
La segunda parte lo mostró más suelto, sin saco, y con la posibilidad de desplazarse por el escenario. Además, posibilitó a sus músicos, en especial a los guitarristas, mostrar su contagioso histrionismo.
"Banda de garaje" abrió este tramo. "Desde lejos no se ve" retomó la historia de Los Piojos y, con nostalgia y potencia, el público acompañó cantando.
"Vas a bailar" y "Tan solo" subieron la adrenalina de la noche. Después hizo un alto para presentar a Martín Lohrengel, tecladista jujeño que integra su banda y que, con un solo, introdujo a "Juira".
El artista volvió a conectarse con la realidad, provincial y nacional, cuando entonó "Luz". Antes de cantarlo, anunció que en las imágenes que se verían en pantalla podríamos ver para quiénes iba dedicado (la selección nacional de fútbol, campeona mundial) y agregó: "También dedico este tema a todos los docentes de la Argentina. Cualquier aumento para docentes y salud no está de más, al contrario. Esta canción es para todos los trabajadores de la educación y la salud del país".
En el ambiente ya se percibía el final, que nadie quería que llegara. Armónica al frente, "caños" acompañando, introdujeron al clásico "Mírenla".
Luego, una canción más y se despide. Pero las miles de almas le piden volver. "Te encontré", solo con guitarras; "Me gusta" fueron dos de los bis y el tercero reforzó emotividad y compromiso, porque con su voz especial y su carisma sin igual entonó "Juana Azurduy"; agradeció los aplausos y el acompañamiento diciendo: "Así como Jujuy fue bastión de independencia, es bastión de rock".
"El farolito" marcó la despedida a puro ritmo y presentó a los integrantes de su banda con un solo de cada uno. Así se despidieron de Jujuy, Juan Gigena Ábalos (guitarra eléctrica); Rodrigo Pérez (guitarra acústica); Joao Marcos Cezar Bastos (bajo); Julián Isod (batería) y el nombrado Martín Löhrengel (teclado). Además, acompañó un set de vientos, con trompeta, trombón y saxo.
Cuando parecía que todo había concluido, sonó "Astros" y todos cantaron, bailaron y saltaron. Jujuy despidió al artista con gritos, aplausos y mucho cariño. Y cuando sus músicos se iban, él tomó la armónica y entonó parte del Himno Nacional Argentino, para grabar a fuego su paso por nuestra provincia.