En un ciclo de conferencias sobre suelos vitivinícolas y poda invernal, que culminan hoy en Purmamarca, la especialista Rosana Vallone explicó avances sobre el estudio de suelos y clima en Jujuy. Encontró que se podría probar producir vinos con uvas propias para diferenciarlas y en Valles intentar con uvas blancas adecuadas por sus características; se necesitaría hacer eficiente el riego, elegir superficial o por goteo, y manejar las heladas probando ciclos más cortos.
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En un ciclo de conferencias sobre suelos vitivinícolas y poda invernal, que culminan hoy en Purmamarca, la especialista Rosana Vallone explicó avances sobre el estudio de suelos y clima en Jujuy. Encontró que se podría probar producir vinos con uvas propias para diferenciarlas y en Valles intentar con uvas blancas adecuadas por sus características; se necesitaría hacer eficiente el riego, elegir superficial o por goteo, y manejar las heladas probando ciclos más cortos.
El tema se abordó en un ciclo de conferencias y capacitaciones vitivinícolas del Programa de apoyo y fortalecimiento del sector, organizado por la Secretaría de Vitivinicultura del Ministerio de Desarrollo Económico de Jujuy. Rosana Vallone, especialista en suelo y riego, exintegrante de Inta y docente de Edafología de la Universidad Nacional de Cuyo expuso sobre suelo desde el punto de vista de nutrición, uso de cobertura, diagnóstico foliar y Emilio Merlo sobre poda de la vid. Vallone viene trabajando en un estudio previo de suelos y clima para Jujuy, financiado por Coviar y el gobierno provincial, que se hizo en quince provincias, por lo que buscaba transferir algo de esos conocimientos a los asistentes, productores, estudiantes, y técnicos del sector vitivinícola.
"La idea es determinar las zonas homogéneas vitícolas, qué zonas tienen un suelo y un clima parecido y eso, luego con algunos manejos diferenciales, va a constituir un terroir. Hoy el suelo y el clima son terroir distintos, por ejemplo en la Quebrada hay dos o tres zonas distintas, es decir van a ser posibles dos o tres terroir distintos, pueden dar origen a IG (Identificaciones Geográficas del Territorio) que es un valor extra que se le da al vino de cada una región", explicó. Precisó que con ello se puede posicionar su sitio y con la Denominación de Origen controlado, lograr precios diferenciales frente a tanta oferta mundial; que es el estudio que se está haciendo.
Estudiaron zonas de la Quebrada que supone de 60 hectáreas de suelos arenosos, con mucha pedregosidad en algunas partes, buena tasa de mineralización, clima con buena amplitud térmica necesaria para vinos de calidad. Dijo que hay zonas de altura más frías de 2.000 metros, otras de 1.000 y hasta de 600.
En Valles templados hay otro clima con días lluviosos, suelos más fértiles, por lo que estimó que con otras determinaciones futuras y el encepado, se puede ver para qué se perfilan. "Para las zonas templadas se ve muy bien para bases de champan, uvas blancas, y la zona de la Quebrada para uvas tintas y de calidad. Todo el riego es el manejo de las personas, y un objetivo común de qué tipo de uva se quiere obtener, pero las bases naturales de suelo y clima las tienen diferenciadas en los dos grandes sectores", precisó.
VERÓNICA SATO
Sobre la sequía dijo que es clave enfocar en el riego, y en zonas de mayor déficit para el cultivo, Quebrada es importante mejorar la eficiencia. Es importante estudiar la distribución y calidad de las aguas, riego en cada zona vitivinícola, si se pasa a riego superficial o por goteo para hacerlo eficiente, y contemplar más estaciones meteorológicas porque hay muy poco registro, que permitiría mejorar el uso del agua y el riego.
Sobre si es óptima la elección del tipo de cepas o uvas para las regiones, según lo observado estimó que en Quebrada, si bien hay inclinación por uvas finas consideró que se puede ampliar el encepado y probar con uvas criollas, autóctonas y otras variedades típicas de la zona que puedan darle un rédito al terroir, y que deberían evaluar su adaptación. "En el tema genético y encepado habría otros trabajos que realizar, algunas tintas que no son muy aptas para los Valles deberían probar con blancas, chardonnay y algunas bases espumantes. En el material genético todavía pueden seguir explorando qué es lo que más se adapta a la identidad del terroir", estimó. Dijo que tienen problemas con las heladas que deben aprender a manejar, elegir ciclos más cortos para que no lleguen a ese periodo, y recomendó que ahora que tienen más datos puedan considerar en el futuro las variedades más adecuadas.
Crece la superficie
"El tema de suelos y de poda es muy importante porque estamos en época de manejo de poda de los viñedos", dijo al respecto la secretaría de Vitivinicultura, Verónica Sato, y destacó que por ello vinieron los dos destacados disertantes de Mendoza, ya que vienen trabajando para plantear pautas y manejos en cada lugar con su particularidad. Recordó que Vallone trabaja con la provincia un estudio profundo de los suelos de Jujuy, por lo que en ésta ocasión también expuso al respecto ante profesionales y productores jujeños.
Es que destacó que Jujuy tiene un gran crecimiento en el sector vitivinícola y que desde la ley del 2016 creció más del 400 % la superficie, superando las 100 hectáreas entre Quebrada y Valle. También ponderó que hay mucha iniciativa en Quebrada y Valles con proyectos de enoturismo junto a gastronomía que traccionan mucho apuntando al desarrollo de la Ruta del Vino, que se trabaja junto al Ministerio de Cultura y Turismo. De hecho, dijo que hay bodegas que ya están certificadas para ello y brindan esos servicios, y otras que ya lo tramitaron.