El neurocirujano Emilio Benitez sostuvo que la Clínica Nuestra Señora de Fátima, de Palpalá, dispone de aparatología de última generación y personal altamente calificado para resolver accidentes cerebrovasculares, aneurismas y malformaciones. Especialista en neurocirugía convencional y endovascular, se sumó al Servicio de Hemodinamia, en el departamento de Neurointervencionismo de la clínica palpaleña.
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El neurocirujano Emilio Benitez sostuvo que la Clínica Nuestra Señora de Fátima, de Palpalá, dispone de aparatología de última generación y personal altamente calificado para resolver accidentes cerebrovasculares, aneurismas y malformaciones. Especialista en neurocirugía convencional y endovascular, se sumó al Servicio de Hemodinamia, en el departamento de Neurointervencionismo de la clínica palpaleña.
Benitez es uno de los primeros médicos del país en desarrollar la cirugía endovascular.
En una entrevista con El Tribuno de Jujuy, precisó que la sala de Hemodinamia tiene un gran grupo humano interdisciplinario y aparatología -tal como un equipo con reconstrucción tridimensional- cuya tecnología permite resolver las intervenciones.
"Estoy sorprendido de la gran aparatología con la cual me recibió esta clínica. Es digno de hacer saber que es una clínica que tiene lo último que existe en aparatología en algunos casos incluso repetido, estuve en muchos servicios en el mundo y no he visto una cosa así. Además, la clínica tiene dos terapias intensivas, unidad coronaria, resonador, dos tomógrafos, dos arcos en C, un ecógrafo por piso, son cosas que no corresponden a mi área pero me parece importante decirlas", agregó.
El profesional explicó que la neurocirugía, que es la de la apertura craneal, resolvía patologías vasculares con intervenciones que demandaban mucho tiempo -hasta doce horas-. En cambio, ahora se opta hacerlo por vía endovascular que es una especialidad de altísima complejidad por la cual se ingresa por la ingle y se navega con un micro catéter, puede durar una hora y el paciente irse de alta en 48 horas. En el mundo, la mayoría de los casos se resuelven con la neurocirugía endovascular.
¿Por qué Jujuy?
Mi primera embolización al volver al país fue en Jujuy, porque en Salta me cerraban las puertas. Me convocó el doctor Waistman. Ahí comprendí la cercanía entre ambas ciudades. Siempre tuve una relación de afecto con Jujuy, su gente y sus paisajes. Desde aquella primera cirugía, mi relación con esta provincia siempre fue muy afectuosa.
¿Cómo llega a la Clínica de Fátima?
Recibí un primer llamado de sus directivos y concertamos una reunión. Confieso no conocía la clínica. Cuando llegué, me impactó su impronta por fuera, sus siete pisos imponentes. Rápidamente comprendí que el edificio en construcción al frente tenía algo que ver por la similitud de altura y parecidos. Ya entré impresionado.
Sin embargo, la admiración llegaría a su punto máximo cuando vi la tecnología que tenía. He estado en muchas instituciones médicas en países del primer mundo, donde he visto este tipo de inversiones en salud. Sin embargo, Clínica Fátima tiene todo, de la mejor tecnología mundial pero además, en algunos aparatos encima tiene dos de cada uno. Increíble. Ahí mi convencimiento fue absoluto.
Me pareció muy generosa la impronta de la empresa, muy valiente para la Argentina de estos tiempos. Traer a Jujuy y Palpalá tanta inversión y excelencia, es digno de felicitar.
Otro factor fundamental fue el equipo médico que formaríamos, con todos los médicos de la institución, pero sobre todo con el neurocirujano Gabriel Morales, que también tiene formación en endovascular y una conocida trayectoria en Jujuy. Sin su presencia no habría aceptado porque es fundamental -por más cerca que esté yo- el trabajo en equipo con médicos full time de la institución.
La clínica tiene excelente valor humano y científico, porque están reclutando médicos de mucha experiencia y trayectoria; tiene hermosas instalaciones y sigue creciendo; tiene una inversión única y pocas veces vista en aparatología médica, de primera línea mundial.
Cuando se trata de nuestra salud, que es nuestro bien más preciado, la distancia mínima no existe. Estar a 10 minutos de un centro de alta especialización no es distancia cuando está la vida en juego.
¿En qué consiste la técnica endovascular?
En navegar con microcatéteres las arterias del cerebro para estudiarlas y poder resolver problemas muy graves como los aneurismas cerebrales o los infartos cerebrales.
Es fundamental la tecnología y Clínica Fátima cuenta con un equipo que reconstruye tridimensionalmente las arterias cerebrales, de una marca de primera línea, una especie de Fórmula 1 de estos aparatos.
¿Qué son los aneurismas cerebrales?
Son malformaciones de las arterias cerebrales, que por una debilidad en su pared generan una especie de bolsita, imagínese una bombucha que crece y se rompe, espontáneamente, por un pico de presión arterial o por un aumentando de la presión cerebral al toser o hacer fuerza importante.
El punto es que cuando se rompen generan una hemorragia cerebral grave, habitualmente mortal.
Y con la técnica endovascular puede resolverse sin abrir la cabeza, colocándose unas espirales de platino en su interior o poniendo un stent en la arteria portadora. Una cirugía de menos de una hora y que cuando se hace antes que el aneurisma se rompa, el paciente es dado de alta en 48 horas.
Trayectoria
Emilio Benitez es especialista en neurocirugía, la clásica de la apertura craneal, y uno de los primeros médicos en el país en desarrollar la endovascular, que consiste en navegar con microcatéteres por las microscópicas arterias del cerebro y la médula. La carrera de Benitez empezó a los quince años, en un verano antes de cursar el cuarto año del secundario, cuando su padre -también neurocirujano- lo hizo entrar a mirar una cirugía. En aquel momento pasó de mirar a ser ayudante, tirando suero al campo quirúrgico de su padre. Allí supo que quería ser neurocirujano y a los 23 años recién cumplidos se recibió en la Universidad Católica de Córdoba. Pero dos años antes, sin ser médico aún, ya estaba incorporado al servicio de Guido Gioino, uno de los más grandes neurocirujanos del país, junto a su hijo recién llegado de Francia que traía la técnica endovascular.
Este procedimiento generó gran interés en Benitez, quien aplicó y ganó una beca internacional, de la Sociedad Ibero latinoamericana de Neuroradiolagia Intervencionista (Silan), para terminar de formarse en Barcelona, España, en el servicio del doctor Leopoldo Guimaraens, junto a especialistas de la talla de Alfredo Casasco, Jack Theron y Jack Chiras. En aquel período, además, ganó un premio internacional por un trabajo de investigación sobre aneurismas cerebrales. Teniendo la oportunidad de quedarse, porque tampoco había en Europa médicos que complementarán las dos neurocirugías, decidió volver a su ciudad natal, Salta, donde desde 2006 ha creado los departamentos de Neurocirugía Endovascular en los hospitales públicos de la vecina provincia. Con orgullo, Benitez asegura que desde que se incorporó al hospital Materno Infantil de Salta, nunca más se derivó un niño al Garraham para tratar problemas vasculares cerebrales.
Creó la fundación Lucens para crear conciencia acerca del ACV, con la que hace más de diez años ilumina los 29 de octubre, Día Mundial del ACV, los monumentos históricos de Salta. También atiende gratuitamente en su consultorio ambulante (motorhome) a personas sin recursos. En 2009 ganó otra beca internacional por antecedentes, que lo llevó a Japón. Es miembro fundador de la primera Federación Argentina de Neurocirujanos.