Una tarde espléndida de sol y el tiempo de vacaciones fue el marco propicio para la realización de la tradicional Feria de Santa Anita y San Joaquín, en una jornada de celebración y gratitud por el don de la vida de los abuelos, en las figuras de estos santos por los que se preserva gran devoción al ser los abuelos de Jesús.
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Una tarde espléndida de sol y el tiempo de vacaciones fue el marco propicio para la realización de la tradicional Feria de Santa Anita y San Joaquín, en una jornada de celebración y gratitud por el don de la vida de los abuelos, en las figuras de estos santos por los que se preserva gran devoción al ser los abuelos de Jesús.
Desde temprana hora de la tarde, las diferentes comunidades de la parroquia San Pedro de Río Negro se dieron cita en el atrio del templo para disponer los stands, donde se ofrecieron una muy variada y colorida galería de rubros y productos artesanales en miniatura, tal como lo indica la tradición, incluyendo el banco de valores para el cambio de billetes reales por los de "juguete" y así poder realizar las compras en la ya denominada "Ciudad de Santa Ana".
No hubo rubro que estuviera ausente en la feria, casitas, autos, deseos por la salud, por la justicia, por el pan, los estudios, por la familia y el trabajo, el matrimonio, cumpliendo las expectativas de todos los devotos que llegaron con sus familias a disfrutar de una tarde amenizada por mensajes y la participación de los ministerios de música Virgen del Valle y San Nicolás. Otro gesto especial y concretado por los docentes y chicos de la asociación Nano, fue el convite de mate y chocolate a toda la concurrencia que no midió tiempo para esta experiencia de fe de la comunidad.
El padre Daniel Alberto Baca indicó que se trata de una auténtica experiencia de devoción de la comunidad. "Hay una conjugación de devoción cristiana y la rica cultura que se da en esta fiesta y que forma parte de nuestra identidad como pueblo. A través de esta manifestación, el Señor nos pide volver a ser niños encarnando en esta experiencia, la espiritualidad de la Virgen María, de la Sagrada Familia de Nazaret y que nos recuerda que Dios está en las pequeñas cosas, convirtiendo a esta Feria en una expresión de oración y bendición en aquello que adquirimos", dijo el sacerdote durante la entronización de la imagen de Santa Ana junto a la Virgen María niña, tras lo cual bendijo cada uno de los stands.
Evocación en Palma Sola
Devotos de Santa Anita y allegados a la sagrada imagen de Palma Sola participaron de la celebración de la palabra en el domicilio de Rosa Ovejero, quien junto a su familia, desde hace siete años, lleva adelante la recordación. Este año la misa fue celebrada por el padre Julian Stanfiel. Los milagros de Santa Ana se dieron desde un primer momento, con testimonios de las familias devotas, expresó Ovejero, quien junto a su esposo, hijos y nietos, prepara como todos los años el recibimiento de un día especial para todos los asistentes, para agradecer y pedir a la sagrada imagen por los favores concebidos. A los asistentes se les entregaron souvenirs y hubo un brindis donde la fe se afianzó, en la fe católica.