La alimentación es el eje fundamental de la salud física. De ahí a que cada vez sean más los médicos especialistas que priorizan tener una dieta balanceada sobre todo tipo de recomendaciones que venían dando desde tiempo inmemorables. Y es que lo que se ingiere es la principal fuente de vitaminas, minerales y nutrientes para el organismo.
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La alimentación es el eje fundamental de la salud física. De ahí a que cada vez sean más los médicos especialistas que priorizan tener una dieta balanceada sobre todo tipo de recomendaciones que venían dando desde tiempo inmemorables. Y es que lo que se ingiere es la principal fuente de vitaminas, minerales y nutrientes para el organismo.
Es tanta su importancia que la Organización Mundial de la Salud se ha referido al respecto cada vez que le es posible, detallando las características que deben tener los buenos hábitos alimenticios en la vida regular de una persona.
.“Llevar una dieta sana a lo largo de la vida ayuda a prevenir la malnutrición en todas sus formas, así como diferentes enfermedades no transmisibles y trastornos. Sin embargo, el aumento de la producción de alimentos procesados, la rápida urbanización y el cambio en los estilos de vida han dado lugar a un cambio en los hábitos alimentarios. Actualmente, las personas consumen más alimentos hipercalóricos, grasas, azúcares libres y sal/sodio; por otra parte, muchas personas no comen suficientes frutas, verduras y fibra dietética, como por ejemplo cereales integrales”, menciona la entidad.
Así las cosas, todos los tipos de alimentos mencionados anteriormente realmente tienen la capacidad de mejorar el funcionamiento de los órganos o sistemas. Sin embargo, no es su único efecto, sino que además pueden ayudar a que los sentidos se agudicen y se mantengan siempre activos.
Cabe resaltar que la vista, el gusto, el oído, el olfato y el tacto se van deteriorando con el paso de los años. La edad, así como las enfermedades, hacen que cada uno de estos procesos se conviertan cada vez en un privilegio y no en una posibilidad natural del cuerpo.
El primero de estos, por ejemplo, está relacionado con la salud de los ojos, que son órganos sensibles por la gran exposición que tienen con la luz, el entorno exterior y la contaminación.
De hecho, de acuerdo lo que registró un estudio realizado recientemente por el Instituto Max Planck con personas de trece culturas diferentes, el 80 por ciento de las sensaciones que reconocemos las percibimos a través de la vista, por lo que esta es de vital importancia.
No en tanto, la OMS estima que para el año 2020 la cifra de personas con algún tipo de discapacidad visual estaba alrededor de los 360 millones, considerando los casos de ceguera, que van de 80 a 90 millones en todo el mundo.
Una buena noticia es que por lo menos el 80% de los casos de ceguera y un porcentaje mayor de otras limitaciones visuales son evitables, debido a que son el resultado de afecciones que pueden prevenirse, conforme a lo que expone el organismo internacional.
La mejor manera de lograr tal prevención es con alimentos ricos en los componentes necesarios para que la visión se fortalezca.
El más famoso de todos es la zanahoria, que ha sido aconsejada desde siempre por su riqueza en betacarotenos y vitamina A, nutrientes que aportan en gran manera a la vista. Asimismo, tiene vitamina C y B1, pero también potasio y yodo, los cuales funcionan como antioxidantes al frenar el envejecimiento.
A su vez, otro alimento con gran poder para la vista es la espinaca. Esta hortaliza de hoja verde contiene una gran cantidad de betacarotenos que forman altos niveles de vitamina A. Es importante destacar que esta es la vitamina encargada de generar el retinol, el cual contribuye en la formación de la retina y previene males como el síndrome del ojo seco.
Finalmente, cabe mencionar que todas las frutas verdes, naranjas y amarillas -como el melón- ayudan a que se aumenten las cantidades de vitamina A en el cuerpo, siendo beneficiosas para la salud ocular. El mango es de gran auxilio también.