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Hacer ejercicio aeróbico reduce el riesgo de nueve tipos de cáncer, ¿cuáles son?

Una mala dieta, el consumo de alcohol y el tabaquismo son factores que aumentan el riesgo de la enfermedad.

Jueves, 17 de agosto de 2023 18:48

Muchos son los beneficios conocidos que tiene hacer y practicar ejercicio de manera constate para la salud, tanto que cada vez los estudios arrojan nuevas bondades que tiene el deporte para el equilibrio del cuerpo humano.

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Muchos son los beneficios conocidos que tiene hacer y practicar ejercicio de manera constate para la salud, tanto que cada vez los estudios arrojan nuevas bondades que tiene el deporte para el equilibrio del cuerpo humano.

En este sentido, en este caso se habla de la práctica de los ejercicios al aire libre, en donde la capacidad cardiorrespiratoria y pulmonar están involucradas con la oxigenación, lo que hace que las células tengan una mejor condición.

Tener una buena condición física cardiorrespiratoria cuando se es joven se asocia con hasta un 40 % menos de riesgo de desarrollar nueve tipos de cánceres específicos más adelante, al menos en los hombres, según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Gotemburgo y de la Escuela Sueca de Ciencias del Deporte y la Salud, GIH en Estocolmo, Suecia.

El estudio, publicado en el British Journal of Sports Medicine, señala que este riesgo se reduce en los casos de cánceres de cabeza y cuello, esófago, estómago, páncreas, hígado, intestino, riñón y pulmón.

Mientras que la aptitud cardiorrespiratoria se refiere a la capacidad de una persona para hacer ejercicio aeróbico, como correr, andar en bicicleta y nadar durante períodos prolongados, o incluso para subir escaleras. Se sabe que está asociado con menores riesgos de ciertos tipos de cáncer, pero se han informado pocos estudios grandes y a largo plazo de múltiples sitios de cáncer.

Los investigadores se basaron en datos de registros suecos vinculados hasta finales de 2019, que cubren información de antecedentes, diagnósticos médicos y muertes de reclutas que comenzaron su servicio militar entre 1968 y 2005. Al comienzo de su período, cuando tenían entre 16 y 25 años, los reclutas se sometían a una serie estándar de evaluaciones. Estos incluyeron altura, peso (IMC), presión arterial, fuerza muscular y estado cardiorrespiratorio.

Los reclutas con un bajo nivel de aptitud cardiorrespiratoria tenían una probabilidad levemente mayor de ser obesos, más propensos a tener antecedentes de abuso de alcohol y sustancias, y de tener padres con un nivel educativo más bajo que los reclutas con un mayor nivel de aptitud física.

En total, 365.874 reclutas tenían un bajo nivel de aptitud cardiorrespiratoria; 519.652 tenían un nivel moderado; y 340.952 tenían un nivel alto. El análisis final incluyó a más de 1 millón de hombres (1.078.000), 84.117 (7 %) de los cuales posteriormente desarrollaron cáncer en al menos un sitio durante un período de seguimiento promedio de 33 años.

En comparación con los hombres con un bajo nivel de condición física al momento del servicio militar obligatorio, una mayor condición física cardiorrespiratoria se asoció linealmente con un menor riesgo de desarrollar tipos específicos de cáncer.

Así, se asoció con un riesgo 5 % menor de cáncer de recto (2.337); un 12 % menos de riesgo de cáncer de páncreas (1.280); un 18 % menos de riesgo de cáncer de intestino (3.222); un 19 % menos de riesgo de cáncer de cabeza y cuello (2.738 hombres); un 20 % menos de riesgo de cáncer de riñón (1.753); un 21 % menos de riesgo de cáncer de estómago (902); un 39 % menos de riesgo de cáncer de pipa alimentaria (689); un 40 % menos de riesgo de cáncer de hígado (1111); y un 42 % menos de riesgo de cáncer de pulmón (1.635).

Pero una mayor capacidad cardiorrespiratoria también se asoció con un aumento del 7 % en el riesgo de cáncer de próstata (14.232 hombres) y un aumento del 31 % en el riesgo de cáncer de piel (23.064). La detección del cáncer de próstata y la exposición a la luz solar podrían explicar estos hallazgos, sugieren los investigadores.

Este es un estudio observacional, por lo que no se pueden sacar conclusiones firmes sobre causa y efecto, y los investigadores reconocen que no tenían datos completos sobre otros factores de riesgo de estilo de vida potencialmente influyentes, como la dieta, el consumo de alcohol y el tabaquismo, en particular. Tampoco pudieron rastrear ningún cambio en la aptitud cardiorrespiratoria a lo largo del tiempo ni recopilar información genética sobre los participantes.

No obstante, sus hallazgos se reflejan en las directrices de la Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica sobre el ejercicio durante el tratamiento del cáncer.

“Este estudio muestra que una mayor condición física en hombres jóvenes sanos se asocia con un menor riesgo de desarrollar 9 de los 18 cánceres específicos del sitio investigados, con las tasas de riesgo clínicamente más relevantes en el tracto gastrointestinal. Estos resultados podrían usarse en la formulación de políticas de salud pública, fortaleciendo aún más el incentivo para promover intervenciones destinadas a aumentar la aptitud cardiorrespiratoria en los jóvenes”, concluyen.

 

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