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Bullying, una problemática de la que pocos hablan

Miércoles, 02 de agosto de 2023 00:59

Bullying: "Una problemática de público conocimiento aunque nadie se atreve a hablar sobre ello".

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Bullying: "Una problemática de público conocimiento aunque nadie se atreve a hablar sobre ello".

El término engloba la intimidación, victimización y/o acoso por parte de una persona en forma reiterada hacia otro, durante un período de tiempo prolongado, en un sentido de recurrencia de la acción en sí misma. Sobre todo, esta problemática se la observa con mayor evidencia en contextos institucionales. Se trata de un fenómeno de violencia horizontal, muy común hoy, en la que existe una desigualdad de poder o bien un desequilibrio de fuerzas. Existen dos categorías que evidencian dicha cuestión.

Observación "mencionar ejemplos que describan dicha cuestión". Acoso directo: agresiones físicas tales como patadas, empujones, puñetazos, robos, etc. Acoso indirecto: de tipo verbal tales como insultos, críticas, aislamiento social, amenazas, rumores, marginación, etc.

Para que la acción del acoso llegue a convertirse en el denominado bullying, es necesario que haya un número considerado de espectadores que avalen la agresión con cierto grado de complicidad bajo amenaza de ser portador de recibir el mismo trato de quien está siendo víctima, dando surgimiento a un "pacto de silencio".

Se lleva a cabo entre pares de casi siempre la misma edad escolar. Comienza a estructurarse jerárquicamente, determinando una posición de inferioridad y otra de superioridad. Por lo tanto tenemos el perfil de quién lidera el hostigamiento y alguien que es el blanco del acoso. Por otro lado, el público que presencia dichas acciones puede ser partícipe de ella en forma activa o pasiva. Cuando uno de ellos toma la decisión de determinarse en la finalización de las prácticas hostigadoras lo llamamos "espectador activo".

Es considerado reiterado en el tiempo cuando el hostigamiento es sostenido, permanente y siempre dirigido a la misma persona que desemboca en una baja autoestima de la persona que está siendo atacada. Debido a que conviven en situaciones contextuales iguales y diarias es que la persona no encuentra un camino de escapatoria.

El bullying hace hincapié en las consecuencias que puede traer aparejado, el hecho de que la persona se vea sucumbida entre lo que le hacen y el no poder hablarlo por las amenazas es ese pacto de silencio obligado. Ejemplo: suicidios, depresiones, soledades extremas, tartamudeo, entre otros.

Este tipo de acciones suelen presentarse lejos de la mirada del adulto. Pero la ausencia del adulto no requiere necesariamente de la falta de presencia física. Es necesario ver más allá de las agresiones físicas directas. Las señales de alerta para la detección de este acoso en la vida de un hijo están vinculados con los cambios de hábitos y/o conductas. Entre ellos se encuentran cambios de humor, retraimiento, llanto inmotivado, irritabilidad, trastornos del sueño, pérdida del apetito, preocupación extrema, malestares a nivel orgánico, incluso simulan enfermedades para evitar volver al colegio. Mientras que en el colegio se manifiestan cambios negativos en el rendimiento académico.

Los padres muchas veces son conscientes y testigos de lo que les pasa a su hijo pero no se responsabilizan, no se comprometen. No hacerse cargo es abandonar al hijo psicoemocionalmente -orfandad emocional-.

Algunos puntos a tener presente en cuanto a esta problemática actual es con la repercusión de la palabra bullying y al usarla en situaciones que no tienen una intencionalidad de agredir y son puntuales, se corre el riesgo de banalizar el término. Esto contribuye a que se naturalice la agresión cuando es acoso y hostigamiento y sea más difícil comunicarlo para quien realmente lo está sufriendo.

Cuando un chiste o broma causa el sufrimiento del otro, debemos detenernos y autoanalizarnos. Observar la respuesta sufrida del otro frente a una broma o chiste recibido debe ser suficiente para detener la acción dañina. Desarrollar la empatía y relacionarse desde el amor debe ser la base de la educación de nuestros hijos.

En esa búsqueda de prevención con el fin de evitar el acoso y el hostigamiento, se deben programar y llevar a cabo acciones que desarrollen la empatía en el otro, el manejo de las emociones e impulsos, la comunicación asertiva y la expresión de ideas y sentimientos como así también la escucha son imprescindibles.

El silencio solo le da más fuerza al hostigador. Desarrollar un clima de validación y confianza en sí mismo sobre esas personas que sufren de acoso para que puedan hablarlo y detener posibles consecuencias no esperables.

Por último, es necesario poner énfasis en la enseñanza de normas de convivencia entre los pares para una interrelación con los demás, basada en el respeto, la aceptación entre otros, y el ejercicio de la escucha activa por parte de docentes y padres.

La Fundación Luz de Vida agradece a los referentes de la Fundación Piedras Vivas por este valioso artículo. La Fundación trabaja fuertemente en "educar, prevenir y restaurar" a través de escuela para padres, talleres, consejería y grupos terapéuticos llamados "Grupos de luz". Contáctenos, Alvear 731, primer piso, oficina N°2. Comuníquese al 388-4479595 o ingrese a nuestra página de Facebook: Fundación Luz de Vida. íEstamos para ayudarles!