Luego que la caravana cruzó el Camino de Las Postas hacia Campo Santo, pasando por Cabeza del Buey hacia San José de Metán, las fuerzas realistas, con 500 hombres al mando de los coroneles Llanos y Agustín Huici, fueron ocupando seguidamente San Salvador de Jujuy y el 1 de septiembre la ciudad de Salta.
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Luego que la caravana cruzó el Camino de Las Postas hacia Campo Santo, pasando por Cabeza del Buey hacia San José de Metán, las fuerzas realistas, con 500 hombres al mando de los coroneles Llanos y Agustín Huici, fueron ocupando seguidamente San Salvador de Jujuy y el 1 de septiembre la ciudad de Salta.
Éstos asediaban permanentemente a la retaguardia de Díaz Vélez, quien tenía órdenes de no comprometer un combate.
Sin embargo, fue alcanzado y se trabó un intenso tiroteo por ambos bandos. El general ordenó a sus capitanes atacar por distintos frentes, reforzando las tropas, consiguiendo poner en fuga la tropa realista.
En el parte del combate de Río Piedras que el General Belgrano envió al Superior relataba lo sucedido destacando que sus jefes, soldados y gauchos: "avanzaron todos con intrepidez, (…) y la victoria coronó sus nobles y generosos esfuerzos poniendo en fuga vergonzosa al enemigo, (…) no habiendo tenido, de nuestra parte más que seis heridos, entre los cuales el digno Don Miguel Aráoz, y muertos gloriosamente el Capitán Don Manuel Mendoza, un sargento de Húsares y un soldado".
La victoria en este enfrentamiento, debido a la estrategia del General y la labor desplegada por los soldados, más aún por los Decididos (puesto que sólo tuvieron heridos), levantó los ánimos de las tropas, renovó el orgullo militar y confirmó las razones patrióticas que animaban la lucha por la independencia.