Con profunda fe y devoción, vecinos de la capital, miembros del clero y funcionarios, celebraron ayer las fiestas patronales en honor al Santísimo Salvador. Con las calles vestidas de los colores papales, y resonando cánticos de alabanza al santo patrono, la comunidad participó de la procesión con la sagrada imagen que recorrió las principales arterias del centro capitalino, para luego compartir la eucaristía de manos de monseñor Cesar Daniel Fernández quien, además, en la ocasión celebró el décimo primer aniversario al frente del Obispado de Jujuy.
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Con profunda fe y devoción, vecinos de la capital, miembros del clero y funcionarios, celebraron ayer las fiestas patronales en honor al Santísimo Salvador. Con las calles vestidas de los colores papales, y resonando cánticos de alabanza al santo patrono, la comunidad participó de la procesión con la sagrada imagen que recorrió las principales arterias del centro capitalino, para luego compartir la eucaristía de manos de monseñor Cesar Daniel Fernández quien, además, en la ocasión celebró el décimo primer aniversario al frente del Obispado de Jujuy.
La ceremonia se inició con una procesión por las calles de la capital encabezada por bandas de sikuris, abanderados de establecimientos religiosos, gauchos y sacerdotes junto a funcionarios provinciales y comunales. Tras recorren las principales calles del centro capitalino, la columna regresó a la Catedral para iniciar la santa misa.
Durante su homilía, monseñor Fernández pidió por la familia, la paz social y el diálogo centrándose en las estrofas del himno al Santísimo Salvador. "Desde tu inmensa bondad, miraste al hombre perdido y por verlo redimido tomaste carne mortal; eres Tú el hijo amado que brillas en el Tabor. Salva a tu pueblo Señor y bendice tu heredad" decía el pastor de la iglesia jujeña a un millar de fieles que colmaron el atrio de la Catedral y parte de la vereda de la plaza Belgrano.
Siguió diciendo que "al mirar al Santísimo Salvador lo vemos señalando la cruz con sus manos llagadas por la pasión que nos recuerda que ha sido el amor por cada uno de nosotros el único sentido por tanto padecer" agregando que "así lo vivimos hombres y mujeres creyentes que aún en medio de la oscuridad, del dolor y del padecer diario y tantas necesidades que tenemos, levantamos nuestra mirada al Salvador y en él encontramos alivio y consuelo".
MISA CENTRAL | EL OBISPO DANIEL FERNÁNDEZ PIDIÓ POR LA PAZ, LA FAMILIA Y QUE PRIME EL DIÁLOGO.
"El hombre creyente sabe del amor comprometido de su Dios, sabe que nada ni nadie podrá apartarlo", dijo el obispo acotando que "generaciones enteras de creyentes a lo largo de estos dos milenios cristianos han vivido desde la fe, han luchado para hacer cada día un mundo mejor y han muerto en la fe para abrir sus ojos a la gloriosa eternidad en Dios".
"Pensar en una ciudad es pensar en el ámbito de la convivencia fraterna, de la ayuda solidaria, del trabajo cotidiano por mejorar y crecer. Pensar en una ciudad es pensar en un hogar, familia y casa donde se comparte el pan ganado con el sudor de la frente y se abrigan los mejores sueños de prosperidad y de paz" remarcó el sacerdote.
Finalmente expresó que "luchar cada día por la solidaridad, la justicia y la paz puede parecernos inalcanzable, en estos tiempos difíciles donde vivimos desencuentros sociales los cristianos sabemos que nuestra fe no nos puede dejar indiferentes, debemos aportar la fuerza del amor a la convivencia fraterna y buscar restaurar el diálogo social y la cultura del encuentro".
Ayer acompañaron la fiesta patronal las reliquias de los tres santos argentinos, el padre Cura Brochero, la beata madre Transito Cavanillas y Fray Mamerto Esquiú, que arribaron a la provincia en un recorrido que realizan por todo el país. La pieza estuvo en La Rioja, Catamarca, Tucumán, Salta y ahora permanecerá unos días en la provincia.