MARÍA E. MONTERO
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MARÍA E. MONTERO
Los títeres ofrecen un mundo de posibilidades de decir y hacer sentir, que Natalio Bognanni entiende y maneja a la perfección. El actor, director y dramaturgo, es también titiritero con el alma. Su obra "Quién se robó mi margarita" que lleva muchos años en cartelera, y que se revive con sus invitados ocasionales, en este caso el músico, cuentacuentos y actor, Pablo Velázquez, se repondrá hoy a las 17.30, en el Centro Cultural "Héctor Tizón" (Hipólito Yrigoyen 1302, esquina Junín).
El grupo Pisando Moras retomó de esta forma las presentaciones de varios personajes, cuyos muñecos fueron realizados por Gustavo Garabito de Buenos Aires.
La principal protagonista de esta aventura es "una ratita muy chiquitita, la Abuela Margarita, es una ratita con conocimiento del mundo, con una trayectoria", explica primeramente Bognanni en conversación con nuestro matutino. Cuenta que ella tiene opiniones erradas y que es muy verborrágica "pero con un grado de bondad increíble".
Su mejor amigo es Rogelio, un zorrito de cinco años que se enamora y tiene miedo de declarar su amor. "Ahí aparece Pablo (Velázquez) que es el partenaire, y que le pone música en vivo. El zorrito pide una ayuda que no es la más correcta, y cuando se entera la abuela, ella tampoco toma la decisión correcta", explica el titiritero, "esto tiene la idea de humanizar el error como parte de la vida", comenta y entonces se entiende "por qué hacemos teatro para infancias, y no solo de entretenimiento", dice. Y asume y lo lleva a la práctica, que "a las infancias no hay que aniñarlas, no le podés vender un mundo ideal, porque no lo es", explica Bognanni, y cuenta que después de la presentación los niños se abren a las preguntas.
"Ella es un personaje muy lindo, muy amigable, que rápidamente entra en confianza", dice Natalio de su compañerita. Esta ratita se va adaptando y aunque siempre es la misma historia, el desarrollo va variando.
Natalio maneja todos los muñecos-personajes, además de Margarita, el zorrito, un pájaro, el sol y el presentador Bartolo. "Entre todos contamos una historia fácil de leer, divertida y participativa", cuenta Bognanni.
Natalio, que, en los últimos tiempos, todo lo que hizo tuvo gran repercusión y premios, como "Cacería Saturno" y "Flores blancas", como actor y dramaturgo en estas puestas teatrales, habla de su pasión por los títeres ante nuestra consulta.
Oriundo de Buenos Aires, y radicado en Jujuy desde hace varios años, cuenta: "Empecé estudiando teatro vocacional, después hice la Emad (Escuela Metropolitana de Arte Dramático), en el conservatorio. Lo nuestro es arte dramático, pero pasa que yo trabajo trabajé añares haciendo fiestas infantiles, y eso te da es mucho dinamismo con lo imprevisible. Es un entrenamiento genial para actores y más si después lo volcás al teatro de infancias, porque rápidamente sabés leer la situación y por dónde va, y cuáles son los ritmos de cada generación", comentó.
"El teatro de títeres está en otra frecuencia -asegura-, una frecuencia hermosa, en muy interesante lograr la emocionalidad con la voz y con la sensibilidad del movimiento", explica entusiasmado.
"Nosotros proponemos una historia fácil de leer, un ritual de verdad- resume-. Después los chicos se sacan fotos con la Abuela Margarita", cuenta.
Pablo explica que "ambos personajes, son amigos míos y en un momento yo tengo que ayudar al zorrito en primer momento para romper la margarita; eso me pone en una situación difícil porque después tengo que ayudar a la abuela a asustar al zorrito, y se genera una red de complicidad", cuenta. "Al final, lo bueno es que lo terminamos resolviendo entre todos, hablándolo, pudiendo comunicarnos", expresa el músico.
Próximamente
Natalio Bognanni adelantó que se viene una obra nueva, "Ketchup, mi nuevo amigo", una historia de extraterrestres que hará con otra gran titiritera de nuestro medio, Alejandra Castillo.