"Celebramos junto a María como Madre de los Migrantes. La Iglesia, gracias a los migrantes, ha podido llegar donde muchas veces el misionero no llega. El migrante, no sólo lleva el rostro de su país, lleva también sus costumbres, sus tradiciones y su religiosidad. El migrante, quizá, no tenga plata en su billetera, pero lleva siempre la imagen de la Virgen o de un santo". Con estas sentidas palabras, el padre Jorge García Méndez iniciaba su homilía en la misa oficiada en la capilla San Antonio que tiene como copatrona a la Virgen Madre de los Migrantes.
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"Celebramos junto a María como Madre de los Migrantes. La Iglesia, gracias a los migrantes, ha podido llegar donde muchas veces el misionero no llega. El migrante, no sólo lleva el rostro de su país, lleva también sus costumbres, sus tradiciones y su religiosidad. El migrante, quizá, no tenga plata en su billetera, pero lleva siempre la imagen de la Virgen o de un santo". Con estas sentidas palabras, el padre Jorge García Méndez iniciaba su homilía en la misa oficiada en la capilla San Antonio que tiene como copatrona a la Virgen Madre de los Migrantes.
La festividad contó con la presencia de la comunidad parroquial y representantes de las distintas colectividades migrantes que llegaron, como cada año, a agradecer y a recibir la bendición del párroco misionero migrante. Con un marco colorido de banderas de diversos países portadas por niños ataviados con trajes típicos y signos relacionados con la migración, se inició la ceremonia con la presentación y bendición de un mural con la imagen de la Virgen Madre de Migrantes, que fue descubierto en una de las paredes del predio de la capilla y bendecida luego por el sacerdote.
En otro tramo de su prédica, y centrando en todo momento la figura de los hombres y mujeres que por distintas razones abandonaron su tierra natal en busca de mejores horizontes, el padre expresó que el migrante vive en el lugar donde le toque estar con un pedacito de tierra que lleva en el rostro. "Esto es lo que hace rica a la Iglesia. Lo triste es la dificultad que tenemos para aceptar al otro, en esta misa vamos a escucharnos, que sea un acontecimiento donde todos nos sintamos identificados. En las diferencias está la riqueza. Que sepamos enriquecernos de las diferencias y demos gracias a Dios por eso. Dios no nos hizo en serie, nos hizo únicos y nos quiere a uno por uno", refirió el sacerdote al indicar que el papa Francisco pide que se reflexione sobre la libertad.
Durante la misa, el padre Jorge interactuó con los migrantes o descendientes de migrantes, entre los cuales había bolivianos, españoles, sirios, italianos, indios, árabes, paraguayos, peruanos y chilenos, entre otros. Finalizada la misa, hubo un espacio para confraternizar y compartir experiencias de vida mientras se compartió un agasajo.