íDe qué manera la inconveniencia puede dar valor a la vida! De entrada digamos que no suena bien, tampoco sensato. No obstante lo analizaremos. La figura gramatical ya fue alumbrada, ahora veamos si es lógicamente viable. Físicamente impresiona como una -escena- donde el torero enfrentado al salvaje (sin medir consecuencias), busca eliminarlo antes que el taurino lo haga con él. Obviamente que estamos posicionándonos en el peor espacio (el torero), o lado opuesto al sentido común (no pidamos al toro que analice); y eso lo hace más interesante. Dejando de lado la metáfora. ¿Si es algo "inconveniente", de qué manera puede dar valor a la vida? Más bien, siendo prudente y cauteloso, digamos que, mínimamente atenta contra la armonía de la vida, cuando no a su integridad.
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íDe qué manera la inconveniencia puede dar valor a la vida! De entrada digamos que no suena bien, tampoco sensato. No obstante lo analizaremos. La figura gramatical ya fue alumbrada, ahora veamos si es lógicamente viable. Físicamente impresiona como una -escena- donde el torero enfrentado al salvaje (sin medir consecuencias), busca eliminarlo antes que el taurino lo haga con él. Obviamente que estamos posicionándonos en el peor espacio (el torero), o lado opuesto al sentido común (no pidamos al toro que analice); y eso lo hace más interesante. Dejando de lado la metáfora. ¿Si es algo "inconveniente", de qué manera puede dar valor a la vida? Más bien, siendo prudente y cauteloso, digamos que, mínimamente atenta contra la armonía de la vida, cuando no a su integridad.
El concepto de "inconveniente" traba de entrada cualquier análisis serio y verídico, incluso puede sonar a justificación; y esa no es la intención. Si en cambio, bucear hasta encontrar el porqué de esta descabellada afirmación.
El hombre por lo general descubre su capacidad o gran parte de ella (que desconocía y lo lleva al asombro) en momentos apremiantes o dificultades, y sin dudas que hacia allí marcha en esta disquisición.
Comencemos por decir que lo rutinario y habitual que tenga por delante es mentalmente acoplado y hacia ello dirige metodológicamente la atención. Con posibilidades ciertas de equivocarse, aceptadas de entrada, y comenzar de nuevo si así lo requiere. Pero, cuando todo dice de su inconveniencia por múltiples y valederas razones, insistir en la empresa es ya un poco ir contra el blindaje de la razón.
Entonces, ¿cuándo se debe bregar o qué caso justifica el esfuerzo que revalorice la vida, una intención vista y sabida de entrada como "inconveniente"? Ahora sí viene el tema en plenitud.
Empecemos por señalar que no todo pensamiento o acción que se tilde de inconveniente necesariamente debe ir a engrosar lo impracticable. Me animaría a decir que se puede perfectamente dividir este capítulo en dos, cincuenta por ciento para cada posibilidad. Dicho así suena a escándalo, pero al menos considerémoslo y escuchemos los argumentos que validen esta aseveración.
Volvemos sobre la pregunta ¿qué pensamiento, gesto o acción "inconveniente" puede entrar a esta consideración? Desde ya que el detalle no es lo que se persigue, en cambio sí dejar abierta la atención a esta posibilidad tan cierta como aquella, con ejemplos irrefutables.
Veamos. Cuando lo que se tiene en frente es una situación apremiante (un incendio), donde no cabe mucho el análisis, de por medio es más lo que se juega o tiene por perder, entonces, pensar o reparar en los inconvenientes, íno entra! No media en absoluto la prudencia o elemento asimilable.
Quizá esto se vea mejor desde la sentencia de Friedrich Nietzsche: "El que tiene claro los que, soporta los cómo". Es decir, no es posible solo llevar a cabo lo fácil y prudente, también hay que considerar lo complicado o difícil. No abandonar antes de comenzar. Lo "inconveniente", se me ocurre, ingresa en este capítulo valorando la vida. Su enfoque desde lo ético y moral no hace al concepto del tratamiento de su fortaleza, ese espinoso caso se incorpora a lo terminante del significado. Lo cual implica su total negatividad en ese escenario. Quiero: "Escribir derecho en renglones torcidos". Ello no significa dejar fuera el importante tratado de su cuestionado valor.
Volviendo a Nietzsche. Se debe comenzar por valorar el intento (no hay peor empresa que la que no se intenta), mirando lo favorable de su realización cuando asiste el "tener claro los que". Todo lo demás suena a pesimismo o justificación del "no", pensando en la inconveniencia que puede acarrear el "soportar los cómo". Existe una particular característica en la vida de todo ser denominada "actitud" (algunos le llaman el pincel de la vida), es decir, cuál es la respuesta frente a una situación compleja o no. Alguien puede preguntar ¿puedo contar contigo?... y el sí o no califican automáticamente.
Conociendo y considerando la definición de inconveniencia, cuesta entender de qué manera esa situación pueda dar valor a la vida. En contraposición, la definición de conveniencia reúne todo lo necesario e inteligente para sentirse bien, es beneficioso, acomoda, es provechoso, deja conforme. Es decir, todo sale de acuerdo a lo previsto o lo que la circunstancia jugó, no hay nada de que lamentarse, recriminar ni corregir. Era lo correcto. Veamos entonces dónde puede surgir aquella aseveración que se fundamenta en lo contrario.
Lo primero que se me ocurre pensar cuando se habla de "planificación conveniente" es pararme en la verdad frente a la ola de atentados a la vida, y con fortaleza evidenciar su incuestionable "inconveniencia", crimen o barbarie. Y aquí surge la crueldad (época de Margaret Sanger, año 1900) con el aborto, eutanasia, anticoncepción, etc. Nunca puede ser "conveniente" una planificación basada en la muerte de seres humanos indefensos. Como vemos, damos gran "valor a la vida" defendiéndola desde la concepción hasta la muerte natural. Capítulo, por otra parte, que daría lugar a innumerables conceptos de adhesión, en este caso solo lo traemos como mención para afirmar su "inconveniencia".
Si decimos que inconveniencia se asimila a inoportunidad, despropósito, incorrección, desmesura, etc., ¿cómo pueden tales situaciones convenir?, es cuánto menos poco creíble bajo los conceptos vistos anteriormente.
No obstante, grandes logros históricos de la humanidad se encontraron en ese camino.
Cuando el general José de San Martín propone cruzar los Andes buscando la libertad de Argentina, Chile y Perú, priorizando su importancia estratégica, recibió poca colaboración (salvo Pueyrredón), y sí muchas críticas. Para qué intentar una tarea imposible (los "inconvenientes" eran tantos, que solo encontraba detractores a tamaña epopeya). Siguió adelante y lo que ello resultó para la historia (1817) no tiene antecedentes similares. Su respuesta frente a los que hablaban de imposible fue: "Será difícil, pero es necesaria". Lo difícil y complicado se asimilaba a inconveniente.
Cuando Alexandre Eiffel propuso construir la hoy famosa torre (que lleva su nombre) para la feria de París, la oposición al proyecto fue enorme. Pero como contaba con el apoyo del rey Felipe VI, se realizó, y hacia el año 1889 se inauguraba la obra. El argumento era la "inconveniencia" visto lo inconsistente del terreno (por la cercanía del río Sena), y lo poco agraciada que era ese montón de hierro que oxidaría en poco tiempo; y afearía a la ciudad más bella del mundo: La ciudad Luz.
Lo que significa económicamente para Francia en euros ahorra todo argumento. Fue durante largo período la torre más alta del mundo, y sirvió como nadie a la tecnología que avanzaba; lugar donde las antenas captan sin dificultades. Y aquello que se pintó como "inconveniente" terminó siendo para Francia un enorme paso en el turismo, y desde luego en la economía. Hoy es parte fundamental de su personalidad.
Cierro este capítulo, pensando en cuántos ejemplos más existen sobre temas dados como final del camino o desfavorable que puedan hacer recapacitar o pensar antes de emitir una respuesta terminante. Algo que la vida como gran escuela, constantemente enseña, pero también pone a prueba, y allí suelen quedar los malos alumnos y flojos argumentos.