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El nacimiento del 19 de Abril de 1593

Viernes, 19 de abril de 2024 01:04

Con la llegada de los europeos a nuestro continente se estaba transportando el resultado de un complejo cultural, que se iba a enfrentar con otro complejo cultural, el existente aquí, en relación a las grandes culturas (aztecas, mayas, incas), desde Méjico hacia el sur de continente. Sabemos que se terminó imponiendo el más fuerte, en el sentido del desarrollo técnico y del uso de armas de fuego y del caballo.

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Con la llegada de los europeos a nuestro continente se estaba transportando el resultado de un complejo cultural, que se iba a enfrentar con otro complejo cultural, el existente aquí, en relación a las grandes culturas (aztecas, mayas, incas), desde Méjico hacia el sur de continente. Sabemos que se terminó imponiendo el más fuerte, en el sentido del desarrollo técnico y del uso de armas de fuego y del caballo.

Además, estrategias que tenían que ver con la astucia, el engaño y otros artilugios, que posibilitaron la desarticulación de las grandes culturas, en una palabra, la llamada “con‑ quista de América”. Luego, comenzó la colonización y con esta la afirmación de una creencia, de una lengua y una autoridad y el nacimiento de una nueva cultura, y de una realidad distinta, que se llama América.

En lo regional se buscaba la “ruta de la plata”, y también del “mito del dorado”. Para cumplir con este gran proyecto descubridor y de con‑ quista y colonización, por parte de Europa, inicialmente de España, junto a otros integrantes militares y religiosos, se internaron por el territorio argentino y organizaron tres corrientes colonizadoras: desde el este, nació Buenos Aires con sus dos fundaciones y Asunción del Paraguay; desde el norte los poblamientos, de Jujuy, con sus tres fundaciones, entre 1561 y 1593, y otras tantas hasta Córdoba; y desde el oeste, con base en Chile, las provincias de cuyos iniciaron sus etapas fundacionales. Se dibujaba así la ruta hacia el virreinato del Perú y las conexiones de un vasto territorio con su metrópoli española.

Todo hecho fundacional incluía la afirmación de una autoridad, la que a su vez tenía facultades, para impartir justicia y delegar en otros funcionarios responsabilidades anexas, que contribuían a la administración de la ciudad fundada en nombre del rey. También el fundador nombró una serie de funcionarios como “alcaldes, regidores, procurador, e mayordomo, e alguacil mayor, cada uno por lo que le toca, e guardarán justicia a las partes, e no serán parciales, no llevarán cohechos ni derechos demasiados, ni mandarán, ni prometerán sus votos por dineros, amor, amistad...”de Jujuy en sus documentos û Unju 1992.

Nace así la época fundacional de Jujuy, con sus tres fundaciones incluidas y se perfecciona en la tercera del 19 de abril de 1593 con su fundador, el Capitán Don Francisco de Argañaras, Teniente Gobernador y Justicia Mayor, con su acta fundacional y cuyo “objetivo de la fundación de una ciudad en el valle de Jujuy, por dos veces frustrado, respondía a la necesidad de allanar el camino entre el Perú y el Río de la Plata a través de una ruta ecológicamente favorable para el tránsito de insumos y mercancías que abastecieran al Potosí, en plena época de producción del metal plata, pues toda la América meridional formaba parte, en esos momentos, de las posesiones del rey Felipe II, y esa ruta, cuya utilización se hacía peligrosa por la belicosidad indígena, era, y siguió siendo en los siguientes tres siglos, la quebrada de Humahuaca” Despierta interés el aporte que nos da el Escritor Historiador Félix Infante en “Calles de mi ciudad” (1980), cuando habla de la Avenida 19 de abril, y que habría que actualizar por la dimensión que tiene hoy y la descripción que hace Infante de la misma, debido a que llega, en dirección oeste û este, des‑ de plazoleta Tupac Amaru hasta Canónigo Gorriti y desde esta “A‑ venida populosa de la ciudad” lleva el nombre de José Humberto Martiarena (Gobernador de la provincia en 1966- abogado y legislador) hasta el monumento al Canónigo Gorriti, a pasos del puente Tucumán. Luego Infante no habla de cómo vieron los cronistas españoles que llegaron al valle de los “Jujuyes”: à” pusieron los pies en el valle y meseta ubérrima, se habían hecho leguas de la belleza esplendorosa de la región, con sus montañas pobladas de árboles inmensos; de los pastizales que cubrían el “campo de Buena Vista”, llamado después Tablada y hoy Parque San Martín, donde podrían pacer y engordar buena cantidad de ganados de todas clases; con sus dos ríos enmarcando el triángulo en abrazos de siglos; con su cielo bruñido, primorosamente azul, entre la im‑ ponencia de sus cerros comarcanos: el Zapla y el Chañi lejano. Y así lo proclamaron en las cortes de la España milenaria, y en los fas‑ tuosos salones del Virreinato de Lima, allende los Andes, donde se urgía la fundación.” Sabemos que los jujuyes desde los inicios de la etapa fundacional se opusieron a la llegada del ejercito del adelantado Diego de Alma‑ gro, que venía desde el Perú a Chi‑ le (1536) y al pasar por el territorio norte de los Jujuyes, quienes enfrentaron a españoles de la van‑ guardia y mataron a tres, cumpliendo el firme propósito de defender la tierra nativa en contra del invasor europeo. Lo que no ceja‑ ron jamás, aún realizada la fundación del 19 de abril de 1593; tal lo recuerda el Poeta Jorge Calvetti en su Díptico de Viltipoco, del “libro de Homenaje” (1957), dedicado a Néstor Groppa -Hacia 1594, Viltipoco, cacique jujeño, cuyo imperio se extendía hasta las regiones calchaquíes y norte de Chile, había reunido más de 20.000 hombres con los cuales aspiraba destruir to‑ das las fundaciones del actual noroeste argentino y redimir a sus paisanos sojuzgados. En inminencias dela invasión, fue sorprendido por Francisco de Argañaras y Murguía quien lo ha‑ lló durmiendo sobre un cuero, en Purmamarca, provincia de Jujuyà II (fragmento) à Yo fui Curaca, Vindimai, Caciqueà / Hice la guerra contra el hombre blanco. / Atacama y los cerros de Humahuaca / miraban en mi escudo su esperanza à / Tuve cien leguas para mi gloria / y ahora estoy prisionero. // El Sol, que era mi dios y me ha olvidado / alumbra igual la suerte y la desgracia. / A todos llega el Sol, pero mi sueño / es un pueblo perdiéndose en la sombra

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