¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

22°
29 de Abril,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

A tres años de la desaparición de María Angélica Rodríguez

Pese a la intensa búsqueda  nunca se llegó a saber nada de la abuela de San Pedro de Jujuy. 
Lunes, 15 de abril de 2024 21:00

Se cumplieron tres años de la misteriosa desaparición de María Angélica Rodríguez, la abuela que residía en barrio Las Maderas de esta ciudad y a la que cariñosamente la  gente la llamaba “Centavito”, por la costumbre que tenía de pararse en la puerta de su casa a pedir una monedita o algún dulce a quienes pasaban por la vereda. Pese a la intensa búsqueda, la policía no pudo dar con su paradero y hasta la fecha, todo un misterio gira en torno a su desaparición.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Se cumplieron tres años de la misteriosa desaparición de María Angélica Rodríguez, la abuela que residía en barrio Las Maderas de esta ciudad y a la que cariñosamente la  gente la llamaba “Centavito”, por la costumbre que tenía de pararse en la puerta de su casa a pedir una monedita o algún dulce a quienes pasaban por la vereda. Pese a la intensa búsqueda, la policía no pudo dar con su paradero y hasta la fecha, todo un misterio gira en torno a su desaparición.

Transcurría la mañana del lunes 12 de abril de 2021, cuando familiares de María Angélica Rodríguez, al observar que la reja ubicada en la puerta de ingreso a la vivienda estaba abierta, advirtieron  que la abuela, conocida por la comunidad vecinal con el apodo de “Centavito”,  no estaba en el interior, por lo que de inmediato salieron a buscarla,  radicando la denuncia en la Seccional 48 de barrio Patricios  donde de inmediato se activó el protocolo de búsqueda de persona. Efectivos de las distintas comisarías y de las unidades especiales de esta ciudad y otras de la capital provincial, participaron del intenso rastrillaje.

La abuela “centavito”, tenía retraso madurativo y solía salir a pedir por las calles. Para no tenerla encerrada y sin que pudiese ver a la gente, algo que a ella le gustaba mucho, familiares hicieron colocar una puerta reja y por allí, solía asomarse a  saludar a  los que pasaban y pedir moneditas, hojitas de coca, un caramelo  o cualquier otra cosa. Todos al pasar, le regalaban algo. Pero ese día, alguien olvidó la puerta abierta, la abuela salió y hasta  la fecha continúa desaparecida.  Había salido de su casa  vistiendo un buzo de lana color rojo sin dibujos, pantalón largo de tela floreado, color celeste y fucsia, chinelas de color rosado.