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Es estricta y exigente. No solo controla los detalles de un perfecto vestuario, sino los de todo lo que cae sobre sus manos para conseguir un resultado perfecto. Sin dudas que para enfrentarse a Matilda Blanco hay que tener templanza y también buen humor, porque sus críticas sobre la manera de vestir de cada uno pueden dejar chiquitito al más importante de los famosos.
Pero lejos de ese personaje al que ella define como una “villana sensible”, Matilda recibió a El Tribuno en su visita a Salta en el marco de la Ruta de la Moda. Matilda -como siempre-, sin ningún reparo, habló sobre la moda en general y la imagen de los salteños.
Viniste a Salta para hablar sobre imagen personal, ¿cómo comunicamos con nuestra imagen?
El vestuario es lo primero que la gente ve; dice de nosotros todo el tiempo, habla por nosotros. Después, obviamente, nos conocen y cuando vos entablás diálogo con una persona, sabe cómo realmente sos y lo que querés decir, pero la verdad es que es lo primero que comunica.
Por la ropa que usa nosotros podemos saber a qué se dedica una persona, por ejemplo. El vestuario nos separa, nos une, describe, dice del otro, te hace temerle a alguien o querer acercarte.
¿Qué tips tenemos que tener en cuenta a la hora de elegir un vestuario según determinadas ocasiones?
Elegir algo para cada uno tiene que ver un poco con saber cómo somos. Si uno elige un vestuario que no tiene que ver con lo que nosotros somos, eso pasaría a ser un disfraz. Uno tiene que reconocerse frente a un espejo. Yo siempre digo que nosotros tenemos dos cuerpos, uno vestido y uno desnudo. Cuando nos miramos a un espejo tenemos que ver cómo somos con un vestuario encima, pero también tenemos que ver nuestra realidad y saber qué tenemos de bueno y qué de malo. Si tenemos brazos más largos, si somos más altos o más bajos, más anchos de espalda, si tenemos cuello largo o más corto; es decir, cómo son nuestras proporciones, para poder elegir ropa que nos ayude a vernos mejor.
¿Hay que dejar de lado eso de “la moda no incomoda”?
Eso es un dicho ultra fashion que muchas veces tiene que ver con las cosas que hacemos para estar perfectas. Por ejemplo, nos ponemos un par de tacos que muchas veces nos incomodan, pero con tal de estar bien lo hacemos.
Con las prendas podemos esconder lo que no nos gusta y mostrar lo que está bueno de nosotros.
Tiene que ver con saber elegir, hay que saber mirar, siempre en un lugar hay algo que nos puede gustar o que, si lo sabemos adaptar, nos puede venir bien.
El flúo se viene en el verano, ¿cómo usarlo sin quedar fuera de lugar?
Mi recomendación es que no lo utilicen con negro. Aunque seguramente se va a ver combinado así en algunas fotos, pero queda mejor cuando es un poco más suave la combinación, por ejemplo, cuando lo usamos con colores claros o agua. De ese modo queda más distinguido.
No todas pueden usar flúo. Hay que mirarse al espejo con una prenda cercana a la cara y ver si nos hace bien, o si nos empalidece demasiado o si despega demasiado de nuestro color de piel, pero al menos un detalle flúo podés tener.
Y respecto de las tendencias del verano en general, ¿qué es lo que se viene?
Los colores agua, los pasteles en todos los colores, son muy aceptados para casi todas las mujeres y para aquellas que tienen la tez demasiado clara, combinarlos con colores que te levanten. Un pastel con un habano, con un azul, con negro, así se puede combinar y podemos balancear para que nuestra piel no esté tan apagada.
¿Tuviste tiempo de ver el look de los salteños?
Muy poco porque estuve abocada al desfile, pero hace 6 años que hago este desfile acá y realmente creo que hubo una evolución notable en la salteña particularmente. Creo que está más a la vista, que la mujer mira más internet, tiene acceso a las revistas, viaja y hay una evolución sobre todo en las que tienen entre 18 y 35 que les tienen menos miedo a la moda, tienen menos escrúpulos, más libertad. Hay que bregar para que las otras también se animen. Y al hombre lo veo un poquito atrás, es un hombre muy clásico.
¿Qué les recomendarías a ellos?
Ser menos escrupulosos, no tenerle miedo a la moda. Creo que cuesta ser diferente y eso pasa en todas partes, porque la gente quiere pertenecer a un grupo, pero cuando están todos uniformados no les gusta porque se quieren destacar y para vestirse diferente hay que tener valor.
El perfil
Matilda Blanco empezó trabajando como coreógrafa de moda en Estados Unidos. Al regresar, hace poco más de 20 años, le propuso hacer eso a Alan Faena en Argentina y, a partir de ese momento, no paró de trabajar. Matilda había estudiado ballet y obtuvo una beca para estudiar moda en París. Con esos conocimientos comenzó a trabajar y se volcó a la moda. Durante seis años fue editora de moda en la revista Luz, de editorial Perfil, donde hizo más de 250 tapas con famosas. Viajó por el mundo con Fashion TV. En televisión también participó en Super M y ahora trabaja en “Este es el Show”, en canal 13. Hace siete años desarrolla Ruta de la Moda y puso su propia marca de ropa “Magoya Ropa”. Actualmente colabora como productora de moda del diario La Nación.