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El presidente de River sabe que es momento de tomar decisiones fuertes para intentar reconquistar a los socios del club cada vez más desencantados con su política por lo que por estas horas evalúa interrumpir el contrato de Matías Almeyda como DT.
"El Kaiser" es consciente del pronunciado descontento de los hinchas con la situación del equipo (que lleva tres fechas sin ganar), con los constantes cambios del entrenador de nombres y esquema, de las decisiones irrelevantes que toma en los partidos y de la cercanía con la zona de descenso de la que nunca se pudo despegar.
"El Pelado", sin embargo, da muestras de su fuerte personalidad ante la adversidad y repite sin parar: "Si alguien quiere que me vaya, me van a tener que echar".
El tiempo pasa rápido y falta poco más de un año para las elecciones, con lo cual Passarella sabe que tiene que dar un golpe de efecto en busca de ser reelegido aunque para eso deba hacer algo para lo que no está preparado: llamar a Ramón Díaz, quien desde hace días merodea los medios de comunicación avisando que está disponible y, sobre todo, dispuesto, para cuando River lo necesite.
Passarella, que cargará siempre sobre sí el título de "presidente del descenso", no podría soportar un nuevo traspié del equipo en ese sentido y, como marca la tendencia, con Almeyda el equipo no ha dado muestras en Primera de estar capacitado para no sufrir hasta el final.
Las elecciones de 2013 serán, entonces, una causa más que suficiente como para que Daniel Passarella tome las decisiones que nunca quiso.