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La paternidad le llegó en el momento ideal

Domingo, 04 de noviembre de 2012 11:02
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¿Alguien, en algún recóndito lugar de este planeta, habrá resultado desprevenido de la meganoticia del nacimiento de Thiago Messi, el hijo del más sublime futbolista de la actualidad? ¿La venida al mundo de la descendencia más directa de un obrero de la pelota habrá alcanzado alguna vez notoriedad semejante y una repercusión sobredimensionada como la que provocó el natalicio del primogénito del jugador maravilla?

Seguramente no. Y no sólo por el reconocimiento mismo de las virtudes del más prodigioso artista de las maravillas de la bocha de cuero, sino también por la magnitud y el alcance de un deporte centenario y sagrado que sigue conquistando a las preferencias del universo.

Así, si tomamos aleatoriamente por azar a cualquier habitante de Qatar o de Kazajistán, por citar un ejemplo, y le consultamos sobre quién es Diego Armando Maradona o Lionel Messi, seguramente titubearía menos para dar su respuesta que si la pregunta apuntase a la identidad del presidente del Fondo Monetario Internacional. El fútbol va mucho más allá de cualquier conocimiento general, creencia o de cualquier cuestión trascendental y globalizante que rija nuestras vidas.

Y en medio de ese maravilloso universo de magia y de fantasía, es nada más y nada menos que Lionel Messi el que reina y manda en estos tiempos: el dueño de todas las portadas, el amo de todas las tendencias de Twitter, de los favoritos de Facebook y el que se adueña del espacio sideral de las redes sociales. Más aún, cuando el suceso en cuestión que gobierna la agenda del día es el advenimiento al mundo de la primera semilla del genial rosarino, su primer hijo varón, el que vendrá a darle continuidad a una dinastía de realeza que muchos se ilusionan que será capaz de hegemonizar el mundo del fútbol en el futuro. Aunque Thiago no tenga por qué adquirir en sus cromosomas la pesada e intrasladable herencia de crack que le confiere su sangre.

Lo cierto es que más allá de los efectos mediáticos y la magnitud de la imponente figura del diminuto hombrecillo surgido en Newell's y reeducado en La Masía, la paternidad le llegó a Messi en un momento de maduración plena, una etapa de conciencia y de coherencia, tanto en su vida personal como en su impecable carrera futbolística.

Su crecimiento sostenido como jugador, su parábola ascendente que parece no tener techo y el desafío a la capacidad de asombro de los mortales va de la mano con la paralela “reconciliación” y el retorno del idilio perdido con la Selección nacional.

A su vez, su faceta de hábil declarante y su hermético perfil bajo y silencio para alejarse de cualquier polémica que lo involucre, o lo ponga como eje de la escena, hablan también de una madurez integral de quien no se conforma con ser el mejor del mundo. Hoy, con Thiago en su vida, también es el más feliz.

La computadora de Lionel
 
Lionel Messi, con tan solo un cuarto de siglo vivido, logró cosas que a millones de mortales no le alcanzaría toda una vida. Pese a no poder convertir en uno de sus días más felices, La Pulga lleva 301 tantos conquistados a lo largo de su carrera (270 con el Barcelona -182 en la Liga, 20 en la Copa del Rey, 53 en Liga de Campeones de Europa y 15 entre Supercopa de España y Supercopa de Europa y Mundial de Clubes- y 31 con el seleccionado argentino). Una auténtica animalada digna de un fuera de serie dotado por la naturaleza. 
Además, el crack rosarino lleva anotados 73 tantos en 2012 entre su club y el seleccionado argentino, y está a dos de uno de los hombres del fútbol que más lo resiste, el brasileño Pelé, y a doce del alemán Gerd Müller en 1972
 
Repercusiones en España
 
En España el nacimiento de Thiago Messi sigue dando que hablar. Los diarios deportivos tienen la noticia en sus tapas y Lionel todavía es el centro de atención dos días después de que su primer hijo llegó al mundo. “Papá Messi” eligieron dos de los diarios deportivos más importantes, como Mundo deportivo y Sport, para titular el nacimiento de Thiago. “¡Celta cuidado, Messi ha sido papá!” avisó Marca en su tapa. 
 
Y se dio el gusto de jugar
 
Ni la novedad por el nacimiento de su primer hijo frenó a Lionel Messi, uno de los pilares en el triunfo del Barcelona, para ratificar su lugar en lo más alto de la tabla de posiciones, tras vencer a un débil e irregular Celta de Vigo, por 3 a 1.
Con goles de Adriano, Villa y Alba, el blaugrana derrotó al elenco de Galicia, que había conseguido la igualdad transitoria a través de Bermejo. ¿Messi? Un partidazo, con el “bonus” de una exquisita asistencia de taco, aunque no pudo “estrenar” su paternidad con goles. 
Pero hasta el resultado fue anecdótico. En los minutos finales, tras una jugada de riesgo a favor de los catalanes, el rosarino pisó mal, se dobló el tobillo y debió ser asistido. Todos los testigos estuvieron en vilo, pero solo fue un susto. Es que todas las miradas estaban puestas en Lio, quien estrenó su paternidad con un triunfazo bien a lo Barcelona. Bien a lo Messi, ahora, más feliz que nunca.
 

 

 

 

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