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Dos hijos de un ex jefe de la Fuerza Aérea y un copiloto argentinos serán juzgados esta semana en España por el envío a ese país de 944 kilos de cocaína en un jet privado que fueron secuestrados en enero de 2011 en el aeropuerto de Barcelona.
Se trata de los hermanos Gustavo y Eduardo Juliá, y Matías Miret, quienes podrían ser condenados a 13 años de prisión y recibir una multa de 100 millones de euros.
El juicio a estos tres argentinos que están detenidos en Barcelona se llevará a cabo mañana y miércoles a partir de las 10.30 (hora local), en el Juzgado de Instrucción Número 2 de El Prat Llobregat, en esa ciudad española.
El fiscal del caso, David Beneges, acusó a los hermanos Juliá y a Miret de cometer “un delito contra la salud pública en su modalidad de sustancias que causan grave daño a la salud, con la circunstancia de extrema gravedad por el uso de una aeronave como medio de transporte específico”.
En el escrito, el fiscal pidió 13 años de prisión para los imputados, a los que considera “autores” materiales del hecho, y solicitó también multas de 100 millones y 40 millones de euros, cifra que en total cuadruplica el valor de la droga en el mercado.
Según el informe, la cocaína incautada resulto ser de “una pureza media del 83%” y “hubiera alcanzado en el mercado clandestino un valor 32.116.778 euros”.
Los tres argentinos fueron detenidos el 2 de enero de 2011 tras aterrizar en el aeropuerto El Prat de Barcelona en un jet Bombardier Challenger 604 que había partido del aeropuerto de Ezeiza y que hizo escala en la Isla de Sal, en Cabo Verde.
La Guardia Civil española inspeccionó el avión y en su interior se “descubrieron en lugares ocultos previamente habilitados” unos 944,5 kilogramos de cocaína.
El avión estaba piloteado por Eduardo Juliá, mientras Miret figuraba como copiloto y Gustavo Juliá era el único pasajero.
Los dos hermanos son hijos del ex brigadier José Juliá, quien ocupó la jefatura de la Fuerza Aérea Argentina entre 1989 y 1993.
Este hecho de narcotráfico también se conoció como el caso “Medical Jet” debido a que Gustavo Juliá utilizó un avión de esa empresa de la que él es accionista y que emplea aeronaves privadas para uso sanitario.