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No le sobró absolutamente nada a este Boca que se terminó llevando los tres puntos en al última jugada del partido.
Pero en el medio de todo eso, la emotiva despedida de Rolando Schiavi con la camiseta azul y oro y la aparición de otro gran ídolo como Martín Palermo en el banco de suplentes del club mendocino fueron las mayores atracciones en una Bombonera caldeada.
En cuanto al partido, otra vez la voluntad de Walter Erviti y la velocidad de Lautaro Acosta y Guillermo Fernández fueron las principales armas de un elenco xeneize que igualmente careció de ideas para llegar con peligro y peso ofensivo al área contraria. Leandro Paredes no tocó prácticamente la pelota, Santiago Silva se vio completamente desabastecido y la presión rival hizo efecto porque no había claridad para desnivelar.
Para colmo de males, en el complemento, Armando Cooper ingresó al área por el vértice izquierdo y la picó por sobre la salida desesperada de Agustín Orión para abrir la cuenta a los 14 minutos. Esto hizo reaccionar a Boca que con puro empuje, corazón y amor propio, encontró rápidamente la igualdad a los 19 min por medio del pibe Guillermo Fernández, quien capitalizó a la perfección una serie de rebotes con un fierrazo y después de una doble chance desperdiciada por el uruguayo Silva, de flojo rendimiento. Entonces, los cuyanos se replegaron por completo para cuidar el empate, que les caía bien, pero en la última jugada del encuentro llegó un centro desde la banda izquierda al segundo palo que Matías Caruzzo bajó de cabeza al medio y empujó Nicolás Blandi con otro cabezazo en la línea de gol.
Fue el 2 a 1 que sirvió para terminar el Inicial con una aceptable campaña y además la clasificación a la Libertadores asegurada desde la semana anterior.
Sólo hubo tiempo entonces para la emoción y las lágrimas del Flaco, quien recibió el afecto y los abrazos de todos sus compañeros más la ovación del público que colmó La Bombonera.
De guerrero a ídolo xeneize
A pedido de Carlos Bianchi, Rolando Schiavi llegó a Boca en 2001 con la misión de reemplazar a Jorge Bermúdez. Su pase fue comprado por un millón de dólares a Argentinos, donde debutó en Primera. Once años pasaron desde su llegada al club de la Rivera, aunque en el medio tuvo estadías en España, Brasil, Newell’s y Estudiantes. Sin embargo, su paso por el xeneize fue lo más trascendente y los números lo dejan en claro. Jugó 247 partidos con la azul y oro y ganó nueve títulos: Apertura 2003, Copa Libertadores 2003, Intercontinental 2003, Copa Sudamericana 2004, Apertura 2005, Recopa 2005, Copa Sudamericana 2005, Apertura 2011 y Copa Argentina 2012.