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El yerno del rey Juan Carlos de España fue abucheado ayer cuando llegó a la Corte para responder un interrogatorio sobre supuestos acuerdos fraudulentos.
Iñaki Urdangarín, duque de Palma, no ha sido formalmente procesado aunque es cuestionado en la Corte de esta isla mediterránea sobre si utilizó su posición acomodada para conseguir lucrativos acuerdos para la fundación sin fines de lucro que dirige y luego haber desviado fraudulentamente parte del dinero para su ganancia personal.
La investigación sobre supuestos delitos financieros ha empañado a la familia real en un país azotado por la crisis financiera y un muy elevado desempleo.
Mientras que las noticias de la investigación empezaron a inundar los periódicos españoles, el rey Juan Carlos anunció en diciembre que su yerno no participará en ceremonias oficiales con el resto de la familia.
Urdangarín, que vive en Estados Unidos, es un exjugador profesional y olímpico de balonmano que consiguió su título real al casarse con la infanta Cristina, duquesa de Palma, la segunda de los tres hijos de Juan Carlos y la reina Sofía.
El duque llegó al tribunal ayer acompañado por su abogado, Mario Pascual Vives, y caminó unos 25 metros frente a cientos de manifestantes que lo abucheaban, algunos de ellos con pancartas que se dirigían al rey y le cuestionaban su silencio.
La sombría figura de Urdangarín se detuvo frente a unos 350 periodistas de todo el mundo, que se habían reunido afuera de los tribunales, para dar una breve declaración.
“Comparezco para demostrar mi inocencia, mi honor y mi actividad profesional”, dijo. “Mi intención el día de hoy es aclarar la verdad de los hechos”, aseguró.
El duque es sospechoso de conseguir importantes contratos de gobiernos regionales para su fundación y luego subcontratar el trabajo con compañías privadas que él mismo supervisaba, en ocasiones cobrando al público precios fantásticamente inflados y luego derivando parte del ingreso a paraísos fiscales.