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En las primeras horas de la madrugada del 12 de marzo, al día siguiente del secuestro, comenzó a circular insistentemente en la ciudad, la versión de que el exgobernador Miguel Ragone había sido ejecutado por sus captores y que probablemente su cuerpo había sido arrojado en aguas del dique Cabra Corral. Esta versión cobró cuerpo cuando uno de los automóviles utilizados por los secuestradores fue encontrado en inmediaciones del dique.
Se supo que el Círculo Médico de Salta había recibido una comunicación telefónica anónima, a través de la cual dijeron: “Clausuren el consultorio del Dr. Ragone porque este ya fue ejecutado”.
Mientras, la Policía de la Provincia informaba ese día que los detenidos por la investigación eran más de 1.700. Horas después, el hijo del gobernador declaró a El Tribuno que “todo parece indicar que la sangre encontrada en el Peugeot (ubicado en Cerrillos), no coincide con la de mi padre”. La policía decía que era grupo “B” negativo y Ragone era “B” positivo. Hoy, a 36 años del secuestro no hay dudas que sus responsables fueron los integrantes de un grupo de tarea dependiente de las fuerzas armadas.