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En Hickman los productores se lamentan por las cabezas de ganado perdidas. El abigeato crece y sus reclamos caen en saco roto.
Desde fines del año pasado reclaman que el destacamento policial de la zona está sin móvil. Sostienen, además, que la dotación de efectivos policiales no alcanza para cubrir la zona y que los esfuerzos para el desarrollo ganadero en el norte no son acompañados por políticas de seguridad acordes.
Los ganadores también afirman que en esa delegación del municipio de Embarcación la faena clandestina es moneda corriente. “Los cuatreros se apropian del ganado y no existen controles en la venta de carne. En consecuencia, los mismos ladrones se convierten en abastecedores de carnicerías”, denunció un productor afectado por el abigeato.
En Rivadavia
Para pequeños productores de Rivadavia Banda Norte son imprescindibles créditos accesibles del Gobierno provincial para poder cercar los campos donde crían el ganado. Por falta de recursos, la mayoría lo hace a campo abierto, sin protección, y los cuatreros tienen pista libre para sus tropelías. Perder una sola cabeza vacuna es para ellos una pérdida cuantiosa por la escala de producción de subsistencia.
Como advirtió un ingeniero agrónomo con más de treinta años en esa zona, el abigeato afecta a todo tipo de emprendimientos ganaderos, pero los pequeños productores son más vulnerables al abigeato que los grandes establecimientos agropecuarios que cuentan con cercados y más recaudos de vigilancia.