inicia sesión o regístrate.
Las transacciones comerciales entre los virreinatos del Perú y del Río de la Plata tuvieron a Salta como centro, permitiéndole un alto nivel económico y cultural. Pero a partir de la Revolución de Mayo la economía caería en una pendiente de la que no se recuperaría jamás. Las incipientes industrias de tejidos, de alimentos, y otras, fueron desapareciendo junto al aporte de soldados salteños en la llamada “Guerra Gaucha” contra la dominación española. Se trataba de vecinos que habían repelido históricamente el ataque de los aborígenes y que sabían cómo cargar un arma y cómo usarla. Debe recordarse que en los primeros años de la ciudad, para ser considerado vecino, una persona debía marchar al Chaco a “pacificar” sus poblaciones, al menos tres veces. Esos eran los salteños. Pero el abandono de las Provincias Unidas del rico Alto Perú, la actual Bolivia, contribuyó al empobrecimiento de nuestras regiones, históricamente ligadas a ese territorio. La guerra de la Independencia, la lucha entre unitarios y federales, la guerra del Pacífico y la dominación del puerto de Buenos Aires sobre el resto del país, terminaron de provocar, en conjunto, la decadencia de la otrora floreciente ciudad.
Siglos XV y XVI
Ante la falta de metales preciosos, el salteño subsistió gracias a una producción ganadera y agropecuaria que alcanzaba para el autoabastecimiento. Los levantamientos calchaquíes amenazaron con hacer desaparecer la ciudad. Al sofocarlos definitivamente, ya en el siglo XVII, con el acuerdo entre el gobernador Matorras y el cacique Payquin, se abrieron nuevas posibilidades económicas.
Siglo XVII
El comercio de mulas comienza a mediados de este siglo. La economía salteña se consolidó gracias a la demanda de Potosí, donde la mula era la fuerza motriz y medio de carga de la plata. Crecen fortunas familiares.
Siglo XVIII
Se desarrolló un comercio propio de Salta y la agricultura se orientó al autoabastecimiento. Había industrias agropecuarias de harina, vino, cera, tejidos, jabón, cebo y suelas. La industria azucarera argentina tuvo origen en Salta. En Campo Santo se instala el primer trapiche. Hay importantes construcciones públicas y privadas.
Siglos XIX y XX
En 1810 la situación cambia radicalmente y la guerra de la Independencia provoca la suspensión casi total del comercio. A partir de 1839 Salta se liga estrechamente al puerto de Cobija, Chile. El tráfico creció paulatinamente, intensificándose hasta la mitad del siglo XIX, lo que permitió reactivar levemente la economía. La guerra del Pacífico, en 1879, cambió la orientación comercial salteña, situación que perduró hasta la década de 1920. En 1891 llega el ferrocarril. Según el censo de 1882, había 127.000 salteños, con inmigración europea insignificante hasta 1900. Existían fábricas de tejidos, hielo, soda, fideos, mosaicos y velas; herrerías, zapaterías, una empresa telefónica, dos mercados, el Banco Provincia y la Penitenciaría (1872-1884).
En 1902 se inician las obras sanitarias. Las calles se pavimentan. Se edifica el Banco Español (1902), el Nación (1928) y el Hipotecario (1933). Se construyen las escuelas Justo José de Urquiza (1879), de Jesús, Normal y Belgrano (1899). En 1938 se crean la Biblioteca y el Archivo Histórico. Las comunicaciones avanzan con el 1er. Radio Club (1925), luego LV9. Hacia 1937 los diarios El Intransigente, El Norte, La Montaña, La Provincia y La Gaceta Comercial. Durante la década de 1930 se construyen nuevos barrios y el primer edificio.