El 17 de abril de 1956 empezó a andar por la vida de los sueños un muñeco llamado Pepito que tiene el don de la palabra a través de su papá ventrílocuo, Rodolfo Aredes.
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El 17 de abril de 1956 empezó a andar por la vida de los sueños un muñeco llamado Pepito que tiene el don de la palabra a través de su papá ventrílocuo, Rodolfo Aredes.
Son una pareja archiconocida por sus gestos solidarios y su entrega con los niños y los ancianos.
Pepito nació en el puerto El Callao, Perú, de las manos de un escultor que tenía el sueño de escuchar hablar a una de sus obras. Cuando descubrió que Rodolfo era ventrílocuo, el hombre supo que era lo que estaba buscando. Lamentablemente, el artista terminó el muñeco y falleció. No pudo verlo hablar. Fue su hija quien, medio a regañadientes, entregó el muñeco a Rodolfo un martes 17, a las 8 de la noche de hace 56 años.
Pepito, ¿pudiste volver al Perú, al lugar donde naciste?
No, no he vuelto. Sólo recuerdo a aquel escultor que me hizo, sobre todo los 17 de abril. Claro que me gustaría volver al lugar donde nací pero ya no quedan familiares. Ese hombre sólo tenía una hija pero perdimos todo contacto con ella.
Al lado de tu papá, qué es lo que más te gusta hacer?
Lo que más nos gusta a los dos es hacer divertir a los chicos y proteger a los abuelos. Ahora estamos ayudando a dos comedores comunitarios y dos hogares de ancianos. Nuestro lema es que todo chico tenga un juguete y cada anciano una atención.
Con tantos años andando por los escenarios de Salta, ¿de qué artista te acordás, de quién fuiste amigo?
Fui amigo de todos los artistas... del Cuchi (Leguizamón), de Jaime Dávalos (escribió un tema para mí), Fermín Perdiguero, gran artista y periodista, de Eduardo Falú, de Los Chalchaleros, de Los Cantores del Alba, las Voces del Huayra...
Con el Chaqueño Palavecino somos muy amigos y tenemos una anécdota muy linda que él siempre se acuerda. Rodolfo Aredes lo hizo subir a un escenario cuando otros no querían que subiera. Fue en un festival de Hickman, porque había un problema con la organización y no lo dejaban actuar. Me parecía absurdo, y lo invité desde el escenario.
Pepito, ¿qué pasa en tu corazón cuando ves a los chicos de la calle?
Nosotros los ayudamos, tratamos de conocerlos y cuando podemos llegamos a su familia para ayudarlo en todo lo que necesita. Pero voy a aclarar: desde 2007, con el Aredes tratamos de resolver lo que más podemos a una persona o familia. Preferimos eso que realmente cubre necesidades y no regalar algo (un par de zapatillas, por ejemplo) a un montón de gente que al final no resuelve nada a nadie. Una vez una señora pidió una heladera. Fuimos al lugar donde vivía y vimos que las necesidades eran muchas. Juntamos dinero y le construimos como debe ser las habitaciones, arreglamos techos, colocamos la heladera nueva y un lavarropas y la cocina; le dimos camas, muebles, ropas... es decir, le dimos una solución integral a esa gente. Así creemos que se tienen mejores resultados. Al año siguiente hicimos lo mismo con otra familia y otra, y otra. Otra vez, una chica tuvo un accidente y perdió los dientes; nosotros conseguimos que un odontólogo le hiciera gratis la dentadura. Luego, con el grupo “Los esquineros”, un grupo de amigos que todos los miércoles nos juntamos en Buenos Aires y San Juan desde hace 60 años -ahí vivíamos todos cuando éramos jóvenes- hicimos rifas y juntamos más dinero, cuestión que de este modo, ya son seis las personas a las que le devolvimos la dentadura.
¿Qué es lo que más te gusta de Salta?
La gente, la tranquilidad, la seguridad, sus paisajes, las montañas, los chicos de las montañas y los de los montes que no tienen medios ni posibilidades de ver artistas. Por eso vamos a verlos. Nosotros estamos orgullosos de conocer casi todas las escuelas de la provincia, y eso que son como 900. No avisamos nada a nadie, directamente aparezco con Aredes y comenzamos el espectáculo. Si vemos que es un medio con posibilidades, pedimos mercaderías en la entrada, sobre todo ropa y muebles que acondicionamos y repartimos luego a los que más precisan. Tenemos un galpón repleto de cosas!
¿Sos el único sostén de esta familia?
Claro, siempre vivimos de esto, no hicimos otra cosa. Pero trabajamos muchísimo, eh!. Hace 6 años que todas las noches nos presentamos en una peña (Balcarce al 400); estuvimos 15 años en Balderrama y 17 en Gauchos de Güemes. Nosotros hacemos unos 60 espectáculos por mes.
Pepito, no tenés competencia.
Ni aquí ni en ninguna parte. Ni en Buenos Aires donde, inclusive, ganamos premios como ventrílocuos en 1968; eso nos llevó a Acapulco, México, Francia, representando a Argentina y a Salta. Nosotros somos muy viejos en los escenarios y conocemos la historia del espectáculo de Salta de arriba a abajo. Y una vez un gobernador me regaló una escuela.
¿Un gobernador te regaló una escuela? ¿Cómo es eso?
En 2005 visitamos una escuelita de Pampa Llana, en el departamento de Molinos, a 4 mil metros de altura y unos 300 kilómetros desde acá. Era un rancho de un solo ambiente, ahí dormía y daba clases el maestro. En 2006, para mis 50, a la Municipalidad de Salta se le ocurrió festejarlo con una fiesta en el balneario Xamena con la idea de juntar unos 40 mil chicos. El gobernador, que en ese año era Juan Carlos Romero, me convocó para saludarme, y ahí me preguntó qué quería que me regalara. Le dijimos que 40 mil regalitos para los chicos que fueran al cumpleaños. Nos dio eso y volvió a preguntarme qué quería yo para mí. Le contesté que una escuela para Pampa Llana. Y la hizo. No fue posible enseguida por esas cosas de presupuestos, qué se yo...pero se hizo el edificio nuevo prometido que, al final, terminó inaugurando el actual gobernador Juan Manuel Urtubey.
Qué cosas no te gustan de esta ciudad de Salta?
El tránsito. No se puede andar. No podés ir adonde querés. No hay lugar para nada. Todo desordenado. Yo, como chico, miro el cartel de las esquinas que dice “pare” y resulta que nadie para. Me pregunto entonces, por qué ponen el cartel de “pare” si saben que nadie para. Podrían poner “pase con precaución”... Yo creo que a las leyes hay que hacerlas de acuerdo con el sentido común de la gente del lugar. Yo creo que vamos a funcionar bien cuando apliquemos el sentido común. Las leyes imponen, quieren que las cosas sean de prepo, y la gente rechaza eso.
Quizás, si Pepito hiciera una campaña tendríamos mejor tránsito.
Capaz nomás. Yo tengo un mundo de fantasías para crear...Mirá, pienso también que hay que sacar los ómnibus grandes del microcentro y poner unos chiquitos que den vueltas por todos lados gratis para la gente y que lo paguen los comercios o el gobierno, no sé. Tampoco tienen que entrar tantos autos al centro. Los colectivitos los evitarían.
Parece que estuvieras preparándote para ser intendente.
Estoy acompañando a Miguel Isa por todos lados. Para la próxima elección, él va como candidato a gobernador y yo a la intendencia. Ya tenemos la fórmula.
¿Creés que es necesario enseñar educación sexual en las escuelas?
Yo diría que estaría bueno, depende de quién lo va a hacer. Tendrían que ser profesionales preparados para esta causa y yo creo que no hay los suficientes para llegar a todas las escuelas.
Siete u ocho años atrás ya se hablaba de este tema. Aquella vez nos convocó la legislatura para hacer un trabajo conjunto. Se hizo una encuesta y nos dimos cuenta que la edad de comienzo de las relaciones había bajado muchísimo y que había chicas de 17 años que ya iban por el segundo hijo.
Claro que hay que hacer algo para educar y concientizar, en especial a las mujeres porque ellas son las dueñas de su cuerpo, van a tener que tener al niño. Si ella tiene conciencia, el hombre se educa a través de ella. Ellas tienen que saber cómo funciona su cuerpo y cuáles pueden ser las consecuencias y los peligros, y convencerlas de que tienen que comenzar las relaciones sexuales a más edad.
Y cuál es la responsabilidad del hombre en esto?
Tendrían mucha, pero nunca se van a hacer responsables. Pienso que sólo se van a educar a través de las mujeres.
Pero estás cargando toda la responsabilidad a la mujer..
No. Ella es la responsable de su cuerpo y debe cuidarlo y quererlo. Y las consecuencias las sufre ella. Si queda embarazada, ella lleva el embarazo y él probablemente desaparezca, se va ir, ella le va a tener que rogar, ¿para qué? Entonces, ¿es o no es responsabilidad de ella?
¿Cómo creés que está trabajando el Estado en este sentido, en Salta?
El Estado trata de hacerlo, pero ahora no tengo mucho conocimiento. Lo que sí me acuerdo es que cuando estábamos en la comisión de la legislatura, la Iglesia se opuso. La Iglesia se opone al uso del preservativo y ahí frena todo.
¿Eso es bueno o malo?
Mirá, yo soy católico, pero puedo no estar de acuerdo con la Iglesia, tengo que ser más realista y menos iluso.
¿Querés decir que sos católico y estás de acuerdo con el uso del preservativo?
Claro, perfectamente. Pero la Iglesia tampoco acepta la “pastilla del día después” ni los anticonceptivos porque “es antinatural”. Creo que todo esto es arcaico y que no se adapta a la sociedad actual.
Ya que estamos con la religión, ¿qué opinás de la enseñanza de la religión en las escuelas?
Yo soy católico, voy a misa, mi familia es católica, pero no estamos de acuerdo con que la religión sea impuesta en los colegios porque creo que debo respetar las creencias de los otros. No es lógico enseñar algo en contra de su fe, de su creencia.
¿Qué pensás del aborto?
Una crueldad. No estoy de acuerdo en ninguna circunstancia. Hay una vida, hay que cuidarla, hay que ser responsable. Matar, nunca, jamás.
¿Tenés novia o estás en pareja?
Prefiero no tener novia porque soy muy enamoradizo. En cada presentación me enamoro de alguna nueva y voy cambiando, entonces prefiero no tener. Sin embargo, encima de todas hay una que nunca abandonaré y se llama Argentina.
¿Escuchaste hablar del matrimonio igualitario?
Por supuesto. Sobre este asunto creo que cada uno tiene que hacer lo que siente y quiere siempre y cuando no moleste a nadie. Eso es algo que está, es una realidad, así que...
En la despedida, te pido un mensaje para los chicos.
No me hables de despedida. No quiero despedirme. Para mí es el camino a la valija, la vuelta a la soledad, a ser nadie, hasta que a mi papá se le ocurra abrirla de nuevo...