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Acorralada por las presiones del Gobierno nacional y de las provincias, y en medio de rumores de reestatización, las acciones de la petrolera YPF se derrumbaban ayer tarde 16,5 por ciento en la Bolsa porteña y 4% en Wall Street.
Por la caída en la cotización de sus acciones, la compañía petrolera YPF redujo en 9.164,1 millones de pesos su valor de mercado que ayer descendió a 48.654,7 millones. Antes de la embestida oficialista contra ella, YPF había alcanzado este año un valor tope de mercado de 74.139,46 millones el lunes 23 de enero.
Eran las épocas en que las sonrisas se repartían alegremente entre el Gobierno Nacional, la familia Esquenazi y el Grupo español controlante, Repsol YPF.
Malas caras
Las antiguas sonrisas desaparecieron por un conflicto que era inimaginable tres meses atrás y donde se mezclan varios factores, en particular, la crisis energética. Ayer, en lo que es una clara reacción española en defensa de Repsol, El País, de Madrid, editorializó que Cristina intenta “esconder el fracaso de su gestión económica detrás de una fachada de nacionalismo”. El artículo, titulado “Por el mal camino”, advierte que la Argentina “corre el riesgo de una ruina a corto plazo”. “La economía argentina está al borde del colapso”, dice el diario, que asegura que “no hay ninguna razón para nacionalizar YPF”. Hace apenas 16 meses, cuando España era la puerta de entrada de Argentina en Europa y cuando todo parecía marchar sobre rieles, el ministro Julio De Vido calificaba de “ejemplar” la experiencia de la YPF nacionalizada y con la participación del grupo Esquenazi.
La respuesta de YPF
YPF informó a que la escasez de combustible es producto de la demanda que últimamente experimenta la petrolera por los precios de sus productos, que según dijo, son inferiores a los de la competencia.
El gerente de Relaciones Institucionales, Martín Fresco, junto a Martina Azcurra, directora de Distribución , expusieron ante la Legislatura mendocina que la escasez se agravó a fines del año pasado con el combustible D Euro que comercializan, ya que no se produce en la Argentina y debe importarse. En relación a las inversiones, manifestaron que “no depende solo de YPF la situación actual”. Lo cierto es que la Argentina importa anualmente más de 9.000 millones de dólares en combustibles y el año pasado solo se perforó un pozo exploratorio en el territorio.