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Consecuencias de una crisis económica que no da respiro. El premio Nobel de Economía, Paul Krugman, consideró ayer inminente la salida de Grecia de la eurozona, tras lo cual se producirían grandes retiros de fondos de los bancos españoles e italianos, con la posibilidad de que se impongan controles a las transferencias de depósitos.
El economista estadounidense señaló además que, dependiendo de la decisión que tome Alemania, esta situación podría desencadenar el fin del euro.
En un artículo en The New York Times titulado “El ocaso del euro”, Krugman estimó la salida del euro de Grecia “muy posiblemente el próximo mes”, representando el primer paso de una secuencia que podría acabar con la moneda común europea en función de las decisiones que adopte Alemania. El economista auguró que se producirán “enormes retiros de fondos de bancos españoles e italianos”, puesto que los ahorristas tratarán de trasladar su dinero a Alemania.
Por ello, advirtió la posibilidad de que se establezcan “controles de facto” que impidan transferir fondos de un país a otro y limiten los retiros en efectivo. De este modo, Krugman señaló que Alemania tendrá que elegir entre aceptar los reclamos de España e Italia y asumir un drástico cambio de estrategia que proporcione a España las garantías para poder rebajar los intereses de su deuda, así como un mayor objetivo de inflación para la eurozona que facilite el ajuste de precios, o el final del euro.
Reconocimiento explícito
La posibilidad de que Grecia abandone la Eurozona fue reconocida ayer por primera vez por el titular del Banco de Bélgica, Luc Coene, quien incluso sostuvo que sería posible llevar a cabo una suerte de “divorcio amistoso”. “Un divorcio nunca es algo bueno, puedes hacer las cosas de una manera amable, pero pueden llegar a ponerse feas y difíciles. Supongo que un divorcio amistoso, si alguna vez fuera necesario, sería posible, pero aún así lo lamentaría”, afirmó Coene en una entrevista concedida al diario británico Financial Times. Esta es la primera oportunidad en que un tema que resulta tabú para el Banco Central Europeo (BCE) es reconocido como posibilidad cierta frente a la crisis en la que está envuelta Grecia.