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La Ferinoa no es la misma que antes y esto no es una visión simplista ni nostálgica. La organización y los objetivos integracionistas quedaron en un segundo plano y en el aire está esa sensación de insatisfacción, apenas disimulada desde los discursos.
La Cámara de Comercio Exterior de Salta, su organizadora desde 1974, no dio a conocer aún de manera oficial números, ni el balance de la edición que culminó el domingo pasado. Sólo se sabe que la muestra fue visitada por “mayor o igual cantidad de personas” que la feria del año pasado, es decir entre 250 mil y 300 mil personas, durante los 10 días.
El número de visitantes puede no reflejar el desconcierto de la gente y de los expositores; la venta de entradas puede ser, para lo que dejó Ferinoa 2012, solo una sutileza en el objetivo supremo de la muestra.
Sin entrar en detalles y a la espera de información oficial sobre la vigésima edición, se pueden aventurar resultados en base a notables ausencias, como la de gobernadores o presidentes de la región; las misiones comerciales casi ni figuraron; hubo poca promoción de países y de provincias y las disertaciones poco y nada tuvieron que ver con el objetivo de intercambio. En el programa era notable la ausencia de debates sobre comercio exterior, conexiones subregionales, acuerdos logísticos empresarios. Ese combo que supo nutrir la feria internacional del norte argentino fue reemplazado por un desfile de modas, el pabellón Innovar donde la atención al público no era la mejor y por stands que quedaron vacíos, sin productos ni atención, antes del final de Ferinoa.
La difusión de la feria y el lanzamiento en otros países no fueron tenidos en cuenta para esta edición, al igual que las misiones, las caravanas de promoción y otras tareas de logística que solían comenzar varios meses antes, no sólo en territorio nacional, en las provincias de la región, sino en los países vecinos socios.
Objetivos y lo que dice la gente
La Cámara de Comercio Exterior se replantea la tradicional feria con una visión que apunta a lo específico, de acuerdo a una tendencia mundial en la organización de ferias. Se insiste con la idea de hacer Ferinoa todos los años y para la próxima edición ya se anticipó que durará 5 días.
Esto significa un cambio en la mentalidad y un reposicionamiento de la muestra, pero esto no debería resignar el fin primordial de Ferinoa. La clave es adaptarse o desaparecer, pero sin perder la esencia.
Las ferias en el mundo van tomando matices temáticos específicos. El éxito de Inta Expone, en el predio de Cerrillos, realizada hace unas semanas, así lo demuestra. Otro ejemplo es Expoagro desarrollado a fines del año pasado. Ambas pudieron haber restado interés a Ferinoa, pero eso también queda para el análisis.
Por lo pronto, los comentarios de la gente no son nada alentadores para la tradicional muestra. Una encuesta en El Tribuno digital (www.eltribuno.com.ar) señala que un 73% de los que la visitaron, considera que la feria resultó entre mala y regular, mientras que un 22% la calificó entre buena y muy buena y sólo un 5% dijo que fue excelente.
La opinión también giró en torno a los precios de los productos dentro del predio, pero esa puede ser sólo la visión permitida para la gente común. Los organizadores tienen la obligación de pensar y mirar de otra manera. Una feria de estas características que se instala y se levanta con el solo objeto de hacer dinero y aprovechar el poder de convocatoria de una marca, está defraudando los principios emprendedores y, lastimosamente, condenada al fracaso.