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Con la lectura de elevación a juicio realizada por el fiscal Ricardo Toranzos, se inició ayer en la Ciudad Judicial el juicio oral y público en la megacausa por delitos de lesa humanidad que involucra a más de 30 víctimas de torturas, vejámenes, secuestros y desapariciones durante la última dictadura militar en la provincia de Salta. Un total de 19 imputados están en el banquillo, entre militares, policías y un civil. La audiencia continúa hoy, a las 9, cuando los acusados tendrán la oportunidad de decir sus verdades ante el Tribunal Oral Federal en lo Criminal que preside el camarista tucumano Carlos Jiménez Montilla e integrado por los jujeños Mario Marcelo Juárez Almaraz y Marta Liliana Snopek.
Como en los tres juicios anteriores que se ventilaron en Salta, la nómina de imputados es encabezada por el exjefe de la Guarnición Ejército Salta Carlos Alberto Mulhall, el exjefe de la Policía de la Provincia Miguel Raúl Gentil y el exdirector de Seguridad de esta fuerza Joaquín Guil. Los tres ya tienen en su haber condenas a perpetua por la “masacre de Palomitas” y por el secuestro y desaparición del exgobernador Miguel Ragone.
A éstos se unió ahora el teniente general (r) Héctor Ríos Ereñú, exjefe del Ejército durante la presidencia de Raúl Alfonsín, acusado por los secuestros y asesinatos del médico cardiólogo Pedro Urueña, ocurrido el 16 de diciembre de 1975 en la ciudad de Tartagal, y de Jorge René Santillán, secretario general de la Juventud Peronista del pueblo de General Mosconi, el 10 de agosto de 1976. Al militar le atribuyen estos crímenes debido a que en esa época se desempeñaba como jefe del Regimiento de Infantería de Monte 28 con asiento en Tartagal. Ríos Ereñú está imputado como “autor mediato” de ambos hechos.
La mayoría de los casos elevados para este juicio apuntan como principal responsable a Mulhall, quien tenía el control de la lucha antisubversiva en el territorio. Luego le siguen Gentil y Guil, quienes tenían a su cargo el aparato represivo de la Policía local. A ambos el fiscal Toranzos los acusa de haber planeado y comando la masacre de cuatro jóvenes en Rosario de Lerma, el 20 de abril de 1975. Ricardo Tapia, Liendro Marcial Estopiñan, Sergio Marcos Estopiñan y Alfredo Mattioli fueron rodeados en la finca donde se hospedaban y cada uno recibió más de 20 tiros. También se les atribuye el secuestro y eliminación del periodista Luciano Jaime, el 2 de febrero de 1975. A Guil se le imputa, además, la eliminación del gremialista Eduardo Fronda, cuyo cadáver apareció acribillado entre Vaqueros y San Lorenzo, el 8 de enero de 1975.
Las cabezas visibles del aparato represivo de entonces aparecen involucradas en los secuestros y desapariciones de las docente de la UNSa Silvia Benjamina Aramayo y Gemma Ana María Fernández Arcieri, y su esposo Héctor Gamboa, del soldado conscripto Víctor Brizzi, del estudiante Martín Miguel Cobos. Junto a Mulhall y Guil en estas causas fueron procesados el comisario Abel Vicente Murúa; el exsubjefe del Ejército, Joaquín Cornejo Alemán, y sus subalternos Fernando Antonio Chaín, Marcelo Diego Gatto, Ricardo Benjamín de la Vega y Ubaldo Tomislav Vujovich Villa.
Por la desaparición de Aramayo está imputado Juan Manuel Ovalle, el único civil, a quien la madre de la víctima reconoció como una de las personas que irrumpió en su vivienda para secuestrar a la docente. Víctor Hugo Almirón es otro de los comisarios que llega a juicio en este proceso, como partícipe secundario del secuestro y desaparición de Oscar A. Bianchini, Néstor Miguel Díaz y Ramón G. Gallardo. “Este policía tuvo una clara participación, en el marco de la eliminación de opositores políticos llevada a cabo por el gobierno militar entre los años 1976 y 1983”, sentenció en su requisitoria el fiscal Toranzos, quien durante el extenso debate será secundado por su par, Eduardo Villalba.
Las víctimas
Las otras víctimas del aparato represivo, cuyas causas se ventilan en este juicio, fueron Felipe Burgos, René Russo, Felipe Rodolfo Pizarro Gallardo, Raúl Benjamín Osores, Nolberto Guerrero, Pablo Salomón Ríos, Juan Carlos Parada de Mollo, Marta Beatriz Cascela, Carlos Estanislao Figueroa Rojas, Luis Ernesto Mamaní, Reinaldo Isola, Luis Risso Patrón, Juana Isabel López, Francisca Delicia Torres, Carmen Berta Torres, Ramón Gallardo, Néstor Miguel Díaz y Pedro Bonifacio Vélez.
Los imputados
La nómina de imputados se completa con el coronel Virtom Mendía y los policías Raúl E. Toledano, acusado de la desaparición de su excamarada Vélez; Julio O. Correa, Felipe Caucota, Mario R. Pachao y Jacinto Vivas. Vivas sufrió una descompensación y debió ser hospitalizado.