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Soñaba con ser un superhéroe

Jueves, 14 de junio de 2012 02:10
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“Me gustan esos personajes que tienen un desarrollo en la obra, en los que se ve el cambio, un antes y un después”.

“Mi vieja dice que cuando me preguntaban qué quería ser cuando tenía cuatro años, yo decía: "Actor de Batman'”.

El joven actor, hijo del protagonista de “Elefante blanco”, debuta en cine tras su paso por la televisión y el teatro. Aquí habla de su rol en el filme “Fuera de juego”, de su infancia y de su futuro.

Habías hecho teatro y TV, ahora debutás en cine...

El rodaje fue anterior a mi debut en teatro. Hice teatro entre el año pasado y éste pero, fuera de eso, no había visto el producto hasta ahora y con esto culmina la etapa de lo que fue debutar en cine. La verdad, lo pasé genial. Fue una experiencia con muchas características a favor, por lo menos en lo que a mí respecta. Me encantó trabajar con Carolina Peleritti y Diego Peretti, son actores que me encantan y además son personas que quiero mucho y ya conocía. Embarcarme en un proyecto así, filmar afuera, tener mi primera experiencia en cine de la mano de ellos fue muy bueno. La pasé genial. Todo lo que implica el primer viaje, el primer rodaje, laburar con todo un equipo delante de cámara por primera vez en cine y todo eso fue realmente muy positivo.

Encarnás a un futbolista, ¿cómo te llevás con el deporte?

Me llevo muy bien. Soy un simpatizante, una especie de exhincha. Cuando era más chico, iba más a la cancha y tenía una relación más de fanático. Con el tiempo y por distintas circunstancias -iba con mis tíos y familiares, después dejamos de ir-, me fui apartando de lo que es la vida del hincha de fútbol. Después, en lo personal, juego al fútbol desde que tengo noción del tiempo. Lo que pasa es que nunca jugué con demasiada regularidad ni pretendí ser futbolista ni destacarme, siempre fue un hobby, algo que hacía para pasarla bien y hacer un poco de deporte con mis amigos. Y así lo mantengo hasta el día de hoy. Nos juntamos una vez por semana a jugar.

¿Utilizaste algo de eso para construir el personaje?

No me sirvió tanto mi experiencia personal con el fútbol. Porque este es el caso de un pibe que es futbolista. Inclusive el personaje es un poco más joven que yo, sin mucha experiencia en su vida personal. Sin embargo, es un crack jugando al fútbol, es lo que sabe hacer, está en su esencia. Ese no es mi caso, yo no tengo el fútbol en la sangre de esa misma manera. Entonces, recurrí a la imaginación, busqué referentes para ver cómo se maneja esta gente. Este personaje es un poco retraído, no tiene una personalidad muy fuerte en cuanto a la toma de decisiones y a imponer su voluntad. Lo veo un poco como una hoja en el viento, se deja llevar con cierta ingenuidad y por el simple deseo de jugar al fútbol. No sabe qué es lo que tiene que hacer en el proceso, él quiere jugar a la pelota.

¿Cómo vivís tus procesos como actor, desde tu primera clase de teatro hasta ahora?

Me veo evolucionando. Yo disfruto de los procesos. En realidad, no es que disfrute de los procesos de todo en mi vida. Suelo ser bastante ansioso. Por ejemplo, quiero tocar la guitarra y no quiero aprender a tocar la guitarra. Quiero saber tocar, que es distinto (risas), quiero que me den una guitarra y saber tocar. Pero en el caso del teatro es distinto y eso es lo que probablemente me gusta de esta profesión también. Es algo que se construye con el tiempo, uno aprende de cada experiencia. Todas las experiencias son muy distintas. No es una cuestión sólo de practicar, la repetición de lo mismo no te lleva a ningún lado. Es interesante vivir experiencias diferentes: probar un poco de cine, de teatro, de tele, de estudio de teatro. De todo eso, rescato cosas, me voy cruzando con gente que admiro, con la cual es un placer compartir el laburo y gente con la que no. De todo eso se aprende mucho y lo estoy viviendo -desde que empecé hasta ahora, más allá de que es la profesión que elegí y en la que me gustaría continuar- como un aprendizaje. Es un camino. Uno no llega a ningún lado si no piensa en recolectar cosas en el camino. De eso se trata. Al menos, así me gusta verlo a mí: pensarlo como un viaje del que me voy llevando experiencias para cargar en la mochila.

¿Solés leer teatro, más allá de los textos con los que trabajas?

Cuando estudiás teatro te dan bastante material para leer. Yo soy muy cambiante, tengo -por llamarlo de alguna manera- “problemas de constancia”. Enfoco mi atención en distintas cosas. Si estoy metido de cabeza en un proyecto, eso me quita tiempo y espacio para otras cosas.

Era muy lector cuando era pendejo y ahora me cuesta ponerme a leer una novela porque tengo otras cosas para leer. Son cosas que sigo disfrutando, pero hay momentos en que tenés que priorizar. No la abandono, las tengo en “stand by” y vuelvo cuando quiero. Ultimamente no estoy leyendo mucho teatro. Tuve épocas en que lo hacía y vendrán otras en que seguiré leyendo.

¿Qué personaje teatral te gustaría interpretar?

Hay personajes que me encantan, pero que no me gustaría hacer ahora. Más allá de que uno puede caracterizarse para estar en otra edad. El hecho de afrontar ciertos papeles tiene que ver con la maduración de un actor, sobre todo cuando hablamos de realismo, de una obra que pretender dar un reflejo de la realidad. Hay una que me encanta, que probablemente tenga que ver con el vínculo que tengo con la obra, con la cantidad de veces que la vi: “Art”. Mi viejo hizo esa obra por más de doce años, la conozco de memoria. Los tres personajes me encantan, la obra es excelente. Me encantaría algún día hacer a Marcos que, en el caso del elenco con mi viejo, lo hizo Oscar Martínez, después Beto Brandoni y José Luis Maza. Me gusta porque los fui viendo en distintas personas. Los otros dos personajes siempre los vi hechos por mi viejo y por Germán Palacios. El personaje de Marcos me encanta. También hay clásicos, como los de Tennesse Willams, que tienen carnadura. Todos los personajes tienen de dónde agarrarse, tienen conflicto, procesos, puntos de inflexión.

Me gustan esos personajes, que tienen un desarrollo en la obra, en los que se ve el cambio, un antes y un después. Me gustan los personajes complejos.

¿Hubo algún momento puntual, algún espectáculo que, como espectador, signó tu vocación?

Me ha pasado toda la vida... voy a ver al Cirque du Soleil y creo que quiero ser acróbata. Veo a Roger Waters y creo que quiero ser músico. Veo una película en la que un actor me gusta y creo que quiero ser actor. Un poco porque dejo que la fantasía juegue y me gusta vagar con eso. En lo concreto, no sé si hubo un momento esclarecedor. Se fue dando.

Mi vieja dice -y tengo memoria de eso- que cuando me preguntaban qué quería ser cuando tenía cuatro años, yo decía que quería ser actor de Batman. No estoy seguro de si eso era porque yo ya tenía plena conciencia de lo que significaba interpretar un personaje o porque yo quería ser Batman directamente (risas). Es probable que quisiera ser un superhéroe. Sí recuerdo que era una época en que iba a ver a mi viejo al teatro a interpretar personajes que no eran él. Y yo era consciente de que estaba viéndolo jugar, hacer otra cosa.

¿Cuáles son tus próximos proyectos?

Voy a hacer viajes por las distintas provincias del país y vamos a filmar un programa en el que se dará un panorama de lo que uno puede hacer en un fin de semana largo en determinado lugar. En este caso, no tengo que actuar, soy un viajero que vive una experiencia.

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