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La comunidad educativa de maestros y profesores de Salta se conmovió por el fallecimiento del dirigente y secretario general de la Asociación Docente Provincia (ADP), Virgilio Choque. Tenía 57 años, estaba casado y era padre de cuatro hijas.
El Gobierno de la Provincia adhirió, mediante decreto, al duelo provocado por el fallecimiento del gremialista y el Ministerio de Educación dispuso asueto para hoy para todo el personal docente de establecimientos públicos, pertenecientes al turno tarde.
La trayectoria de Choque ligada a la conducción de la ADP tiene 19 años; asumió ese rol en 1993 y de esa actividad nunca se desvinculó.
Nacido en la localidad Lumbreras, Dpto. Metán, Choque egresó como profesor de Historia de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Salta y empezó a ejercer su profesión en el departamento de Coronel Moldes.
César Ursagasti, tesorero de la ADP, contó a El Tribuno que Virgilio en 1991 ingresó a la dirigencia de la ADP como vocal titular, integrando una lista que postulaba como secretaria general a Alcira Muñoz.
Se desempeñó como administrativo en el Consejo General de Educación y finalmente, en 1993, asumió como secretario general de ADP, mandato que hubiera cumplido en diciembre de 2013.
“Virgilio se dedicó de lleno al sindicato y viajó por todas partes conociendo las necesidades de los docentes de toda la provincia”, comentó Ursagasti, quien agregó que Choque nunca formó parte de otra agrupación política o asociaciones. Junto con el gremio integraba la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (Ctera), de la que fue parte de la junta ejecutiva durante el período de Marta Maffei y Hugo Yasky.
Además de ser el referente de la ADP, daba clases de historia en el establecimiento ubicado en calles Olavarría y avenida San Martín por las noches.
Los cambios en ADP
Virgilio Choque ganó las elecciones de 1993 como secretario general de la ADP y con su asunción llegaron los cambios.
Ursagasti contó a El Tribuno que a partir de la conducción de Virgilio y el resto de los compañeros se logró duplicar la cantidad de afiliados que tenía el sindicato.
“Virgilio siempre fue conciliador, siempre se sentó a negociar, empezó a dar respuesta a los pedidos de sus afiliados y peleó por algo razonable”, explicó Ursagasti. En 19 años, el sindicato docente creció como gremio y en la cantidad de beneficios para sus afiliados. Entre ellos se destacan el acceso a créditos, cajas de ahorro, asesoramiento jurídico y contable gratuito, un centro médico (CEMID), hotelería, capacitaciones, etc. Otro paso fue construir sedes propias en el interior como en Cafayate, Rosario de la Frontera, Metán, Joaquín V. González, General Güemes, Orán, Colonia Santa Rosa, Yrigoyen, Embarcación, Pichanal, Tartagal y Pocitos.