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Los Spurs vuelve a jugar de locales y tienen varias cosas por solucionar

Lunes, 04 de junio de 2012 20:00
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La serie cambió y hay razones. La localía es una de ellas, claro. Pero Gregg Popovich no se conformará sólo con ver el cambio de cancha, porque hay lecturas sobre lo que cada equipo mostró y, en consecuencia, estrategias que se readaptan sobre la marcha en una serie larga y pareja. Oklahoma ganó dos juegos seguidos porque supo cómo ser mejor que San Antonio. Ahora ya no hay margen. El ganador de esta noche, a las 22 y con TV en directo por Space, quedará a un paso de la final de la NBA.

Hubo, entre varios, dos puntos fundamentales que volcaron los juegos 3 y 4 para los Thunder:

Mejoraron mucho la defensa, especialmente limitando los desplazamientos de Tony Parker para que el base no juegue con tanta comodidad.

Llevaron la ofensiva a la zona pintada, pasando más y mejor el balón. En el juego 3 fue con penetraciones, y en el 4, abasteciendo a sus pivotes, Kendrick Perkins (15 puntos) y Serge Ibaka (26, con un perfecto 11/11 de cancha).

Oklahoma tiene una ofensiva muy efectiva desde el perímetro. Westbrook, Durant y Harden toman muchísimos tiros de media y larga distancia. En los dos juegos como local, disminuyeron esa selección. Fuera de la pintura, el trío tomó 57 tiros en San Antonio y bajó a 42 en Oklahoma. Pero además, los Thunder pasaron mejor la pelota. El trío (Westbrook, Durant y Harden) había tomado 111 tiros en dos juegos San Antonio, contra los 60 del resto del equipo. El reparto cambió en los dos encuentros en Oklahoma. Las estrellas lanzaron 85 veces contra las 81 del resto del equipo. El beneficio grupal se observó directamente en las asistencias, que aumentaron de 37 a 50, comparando los juegos como visitante y en casa. Así pasaron del 42% de efectividad en los dos primeros partidos al 45,5 y 56,4 en el tercero y cuarto, respectivamente.

Anteanoche, Popovich vio que el equipo no podía detener el juego interior de Oklahoma en los primeros tres cuartos. Por eso hizo ingresar a DeJuan Blair, un hombre que en el transcurrir de la temporada perdió terreno por su inconstancia.

Blair no fue un gran cambio para la defensa, pero al menos alejó a Ibaka de la pintura, algo que no habían logrado Boris Diaw y Duncan. Y como lo anímico juega mucho, le dio una sensación distinta a los Spurs, que con mucho oficio empezaron a arrimarse.

Igual no le alcanzó. Porque aun sacando a Oklahoma del objetivo principal de atacar cerca del tablero, Ibaka, que jugó el partido de su vida, siguió anotando desde cinco metros y Durant mostró por qué es de los mejores jugadores del mundo, si no el mejor. Hizo 17 puntos en el último cuarto, anotando 7 de 8 lanzamientos y llegando a un total de 34.

La curva de crecimiento y de descenso según la localía es abrumadora. En los Spurs, Ginóbili pasó de 23 puntos de promedio en los dos primeros juegos en casa a 11,5 (13 en el segundo); Parker cayó de 26 a 14. En los Thunder, Perkins subió de 4 a 9,5 e Ibaka de 6,5 a 20.

La serie se tornó un juego de ajedrez. Hoy los Spurs llevan las blancas, pero están obligados a una nueva estrategia para no verse sorprendidos otra vez.

ESPERANDO A BOSH

Miami siente la ausencia de una de sus estrellas. Chris Bosh tiene un desgarro abdominal y no puede volver. Se estima que podría hacerlo si Miami avanza a la final, pero no es seguro. Mientras tanto, los Heat empiezan a sufrir el desgaste ante un equipo duro como Boston (anoche se jugaba el cuarto partido de la serie que Miami gana 2-1). Dwyane Wade comentó: "Me estoy doblando afuera y me estoy duplicando en la llave. Vamos a tener que encontrar otra manera de hacer las cosas", dijo el base sobre la necesidad de encontrar una alternativa confiable de gol más allá de sus tiros y los de LeBron James.

 

 

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