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?Muchos productores trabajan al margen de la reglamentación?

Sabado, 09 de junio de 2012 23:28
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La industrialización nos daría no solo otro canal de ventas, sino la posibilidad de agregarle valor a nuestra mercadería.

Deberían hacer planes diferenciales de estímulo fiscal al sector frutihortícola para la registración del personal rural.

Es ingeniero agrónomo y hace menos de un año se convirtió en el presidente de la Asociación de Frutas y Hortalizas de Salta, como resultado de un largo proceso para renovar la comisión directiva de esa entidad.

Hoy está a la cabeza de un grupo conformado por “representantes de todos los sectores, como el hortícola, citrícola, y frutas tropicales”, asegura.

No es una tarea menor, ya que la actividad hortícola en Salta se desarrolla en 15 mil hectáreas de tierra y tiene un alto nivel de inversión por tratarse de una actividad con una intensa ocupación de mano de obra. Décadas de trabajo y experiencia de los productores convirtieron a Salta en la primera productora a nivel nacional de hortalizas livianas para mercado fresco: tomate, zapallitos, choclo, chaucha , pimientos, son algunas de las hortalizas que genera el norte de la provincia.

Ud. destaca que la Asociación tiene miembros de distintos sectores dentro de la horticultura ¿qué beneficios trae eso?

Esta nueva comisión decidió que debía estar integrada por representes de todos los sectores: hortícola, citrus y frutas tropicales, porque entendemos que cada uno de ellos tienen su propia problemática, con niveles de inversión, riesgos y de rentabilidad muchas veces distintas. Abocarse a un solo sector sería olvidar una pata importante de este trípode de vital importancia para la economía de la provincia.

¿Cuáles son los problemas más urgentes que enfrentan en el sector?

Básicamente se puede resumir en tres problemas principales. El primero está ligado a los precios, ya que en los últimos dos años el aumento del precio de las hortalizas estuvo por debajo del nivel de inflación general. Dicho de otro modo: los costos aumentaron por encima de nuestros ingresos, con una pérdida significativa de rentabilidad en el sector. Eso lo pudimos constatar también con información de las mayores cadenas de supermercados del país, que nos informaron que, por ejemplo, en el año 2011 tuvieron un aumento general de precios en el orden del 20% y para el sector hortícola del 11%. Esto pone a la actividad en una situación bastante riesgosa.

El segundo problema se relaciona con la falta de canales comerciales fuera de la producción para mercado fresco. La industrialización de nuestras hortalizas nos daría no solo otro canal importante de ventas, sino además la posibilidad de agregarle valor a nuestra mercadería y mejorar así la rentabilidad. Esta es una de las principales líneas de trabajo de esta gestión y en la que estamos con el INTA, la Secretaria de Agricultura de la Provincia y el Ministerio de Economía de la Nación, con algunos proyectos ya encaminados.

El tercero es la falta de cumplimiento de la reglamentación hoy vigente que hay en el sector, lo que genera un alto nivel de informalidad. Son muchos los productores que trabajan en esta actividad al margen de la reglamentación vigente, trabajan fuera del sistema, no están registrados en ningún lado y todo esto genera una competencia desleal muy perjudicial. Ver cómo se hace para incorporar a este grupo a la economía formal es de vital importancia para el desarrollo y el progreso del sector. Consideramos que debe ser un proceso gradual pero se debe avanzar con firmeza.

¿Cómo se ven afectados con esta competencia desleal?

Es simple, estos productores al no estar inscriptos en ningún lado, no pagan impuestos, ni tienen personal registrado y, además, no cumplen con las mínimas condiciones de infraestructura necesarias para el desarrollo de esta actividad. En estas condiciones, por supuesto que las diferencias de costos son muy importantes. Manejan un volumen importante de la producción de la provincia, y esto atenta seriamente contra el sector. A los productores que se encuentran registrados se le hace cada vez más difícil, primero ser rentable y segundo poder cumplir e invertir en todo lo que signifique avanzar hacia sistemas de producción modernos, que signifique el desarrollo de la actividad y el progreso para todos los integrantes que forman parte de ella.

¿Qué papel tendrían que jugar los gobiernos provincial y nacional ante esta situación?

Tendrían que crear las condiciones necesarias para poder entrar en un proceso de formalización de los productores. También direccionar los controles hacia los sectores informales. El Gobierno nacional tendría que trabajar sobre una política de sinceramiento en la actividad y plantear un programa que haga posible la registración no solo de todos los productores, sino del personal rural, porque evidentemente en la actual situación es muy difícil.

Deberían, a nuestra consideración, hacer planes diferenciales de estímulo fiscal al sector frutihortícola para la registración del personal rural. El nivel de aportes que se manejan a nivel nacional, no son factibles para el sector si se quiere avanzar con este problema.

¿Cómo está el sector citrícola?

El panorama para el futuro es complicado e incierto.

¿Por qué?

La actividad citrícola en el norte puede desaparecer dejando a los empaques de la región sin actividad, debido a los altos costos que implica la producción de pomelo y naranja.

Esas son producciones de exportación...

El alto costo implica pérdida de competitividad en la exportación, por eso la Asociación de Productores de Frutas y Hortalizas manifestó su preocupación, atenta a los elevados costos que se deben enfrentar. En las actuales condiciones se hace muy difícil ser competitivo con nuestros productos. Las constantes lluvias de abril atrasaron la cosecha de pomelo durante 30 días, lo que complicó aún más la comercialización hacia Europa. Después de esa fecha debemos competir con la producción de Sudáfrica, en precio y volumen, haciendo esto mermar sustancialmente la demanda.

 La producción de banana disminuyó en 15 años. De 8.000 hectáreas que se llegó cultivar, hoy estamos en 3.500.

Expusieron el problema al Gobierno nacional?

Hace aproximadamente un mes como integrantes de Federcitrus (Federación Argentina del Citrus) tuvimos una audiencia con el secretario de Agricultura de la Nación, Norberto Yahuar y la senadora Beatriz Rojkes, donde se planteó la crisis que atraviesa la actividad citrícola, afectando directamente a la mano de obra intensiva, considerando el aporte que le hace a la economía del país.

Ahora están en discusión paritaria, ¿cuál es la situación?

La relación con el gremio rural en las paritarias de citrus y hortalizas continúa en etapa de discusión. Estamos todavía lejos de llegar a un acuerdo. Dada la situación crítica del sector no es ventajoso ni factible hablar de un incremento que esté por encima del nivel de inflación de este ultimo año. Aumentar el 35% no haría más que jugar en contra de la continuidad de estas actividades y de las posibilidades de mejorar el nivel de personal registrado.

¿Qué problemas enfrentan en el sector de frutos tropicales?

Aquí hay dos problemas que oportunamente lo hemos planteado al Senasa y al Gobierno provincial. Uno está referido a la producción de banana. El Senasa no debe permitir el ingreso de frutas con riesgo sanitario, sin embargo se ha comprobado en el mercado local el ingreso de banana con cigatoka negra. Esta falta de controles fitosanitarios atenta contra nuestra producción enormemente. A nosotros, para exportar citrus a la Unión Europea, el Senasa nos obliga a una selección de frutas ya que somos portadores de una enfermedad llamada cancrosis, por ello exigimos que se hagan los mismos controles a la mercadería, como la banana, que ingresa de los países limítrofes, como Bolivia y Brasil.

La producción de banana disminuyó significativamente en los últimos 15 años. De 8.000 hectáreas que se llegó cultivar en Salta, hoy estamos en 3.500 hectáreas, que no queremos perder. La falta de controles fitosanitarios podría llevarnos a esta situación.

¿Cuál es el segundo problema?

El mango. Al no tener un protocolo de exportación, esta fruta ingresa desde Paraguay y Bolivia sin ningún control en el embalaje, ni identificación, exponiendo a un alto riesgo la producción salteña.

Un aspecto importante es la vinculación con organismos generadores de nuevos conocimientos para los frutihorticultores. En ese marco ¿cómo es la relación con el INTA?

El INTA Yuto Jujuy es el impulsor de una red provincial que busca fortalecer e instalar a la fruticultura como una alternativa válida para productores del norte del país.

¿Y en qué proyectos trabajan con ellos?

Con el Instituto estamos desarrollando un producto con identidad argentina. Esta iniciativa ayudará a estimular la producción de banana, ananá, mango, palta y papaya. Aunque sea difícil de creer, la Argentina tiene capacidades agronómicas para producir estas especies que hoy se importan. Para esto se conformó entre el INTA Yuto, el Gobierno de la provincia y la Asociación de Productores, un cluster de frutas tropicales.

¿Qué nivel de respuesta tuvieron de los productores para conformar esta asociación?

Hoy el cluster está integrado por 70 productores salteños cuyas principales explotaciones están vinculadas principalmente con las frutas tropicales, como banana, papaya, mango, palta, ananá y maracuyá.

¿Qué objetivos se propusieron?

Básicamente impulsar el desarrollo del sector. Aquí es muy importante la función del INTA para desarrollar cultivos genéticamente competitivos y de calidad.

¿Y qué pasos o actividades son necesarias para llegar a esto?

Según los expertos, lo primero es desarrollar variedades resistentes a las condiciones subtropicales imperantes en el norte argentino y desarrollar tecnologías de manejo. Es que al estar en una región subtropical, más de una vez se corre el riesgo de que las cosechas se pierdan por las bajas temperaturas. El plan de competitividad que se impulsó desde el cluster incluye el desarrollo de prácticas para el control de heladas en estos frutales, entre ellas la poda, el riego y la cobertura de los cultivos.

¿Qué líneas de trabajo se plantearon?

Incluyen la mejora de calidad, competitividad, sanidad e incremento de la producción de las frutas tropicales para garantizar la oferta y su distribución de manera uniforme durante todo el año, consolidando una oferta permanente para sustituir paulatinamente las importaciones. La otra línea importante es darle valor agregado a través de su industrialización.

¿Cómo es el mapa productivo de frutas y hortalizas en el norte?

Según los datos que tenemos relevados en la Asociación, unas cuatro mil hectáreas corresponden a la producción de frutal tropicales en la región. Entre estas se destacan 3.500 hectáreas de bananos, unas 300 de mango y 40 de papaya, con un rendimiento promedio de entre 25 y 15 toneladas por hectárea, en el caso de banano.

¿Y ese rendimiento es lo óptimo o es bajo?

Sabemos que el rendimiento promedio de las plantas está por debajo de lo ideal, por esto nos apoyamos en el conocimiento y experiencia que desarrolla el INTA Yuto que es el centro de investigación especializado en los frutos tropicales.
 

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