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El parque industrial de la ciudad de Salta quedó chico y el ente autárquico que lo administra optó por adicionar algunas hectáreas, con rellenos sobre el río Arenales, mientras se evalúan terrenos rurales localizados más al sur y en las cercanías del aeropuerto para habilitar nuevos núcleos fabriles con iguales beneficios y ventajas promocionales.
Las 130 empresas con las que se cubrió la capacidad del predio de la avenida Durañona y el centenar de firmas que la Asociación del Parque Industrial de Salta (APIS) manifestó tener en su lista de espera son datos alentadores en el escenario productivo y económico de la provincia.
Los movimientos de suelos que avanzan hacia el cauce del Arenales, sin embargo, comienzan a preocupar en los barrios ubicados en la margen opuesta del río, donde se los asocia con los rellenos que hizo la empresa Marosi, cerca del puente de la avenida Tavella, con consecuencias desastrosas para un millar de familias de Ceferino, Villa Angelita y 13 de Abril, que vieron correr al río dentro de sus viviendas y arrasar sus pocas pertenencias en la inundación del 31 de enero de 2011.
Ante la inquietud de vecinos de Norte Grande, San Alfonso, Solidaridad y Gauchito Gil, un equipo periodístico de El Tribuno recorrió el flanco oeste del parque industrial, donde algunas empresas edifican galpones y otras ya están en plena producción sobre los rellenos con los que se adicionó al predio de APIS cerca de una decena de hectáreas entre las calles 3 y 7. Al final de esta última arteria, los movimientos de suelos muestran la mayor cercanía al cauce. En ese sector de meandros, el curso del Arenales tiene uno de los cuellos de botella que geólogos de la Secretaría de Obras Hídricas marcaron como puntos de estrangulamiento a resolver para evitar que los anegamientos se repitan, como un mal crónico, en los barrios, villas y asentamientos ribereños del sur y sudeste de la capital.
Al respecto, un estudio que se inició tras la inundación del 31 de enero de 2011 reveló que el curso avanza hasta dos metros por año hacia barriadas asentadas sobre los terrenos más bajos e inundables. Estos son, en la zona del parque industrial, los de la margen oeste. Sobre la margen este, los barrancos dejan apreciar la diferencia de altitud de los terrenos ocupados por las fábricas, que parecen inmunes a los riesgos de inundación, pero no así a los procesos erosivos que se acentúan tanto por las crecidas como por la falta de definición de la línea de ribera.
Sin línea de seguridad en las riberas
Técnicos de la Comisión de Saneamiento del Río Arenales, que agrupa a organismos de la Provincia y el Municipio capitalino, insisten en la necesidad de apurar las delimitaciones que resultan indispensables para conocer los topes de crecidas máximas, fijar los límites de ocupación en la ribera, elaborar un mapa de riesgo hídrico, estudiar las áreas inundables y definir dónde y cómo deben construirse las defensas y ejecutarse otras obras de regulación y prevención de crecidas.
Desde la Secretaría de Obras Hídricas, el organismo provincial que coordina la Comisión de Saneamiento del Río Arenales, subrayaron que la línea de ribera del río también se necesita cuanto antes para prevenir que la expansión de núcleos poblacionales, establecimientos industriales, plantas depuradoras de líquidos cloacales, vertederos de residuos sólidos urbanos, cortadas de ladrillos y extracciones de áridos acentúen la contaminación, la erosión hídrica y el riesgo de inundaciones.
En marzo de este año hubo familias evacuadas en Solidaridad, San Alfonso y Gauchito Gil. En ese extremo de la ciudad, en medio de la emergencia, volvieron a escucharse desesperados reclamos de obras que eviten los recurrentes desbordes y anegamientos.