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El asesino de 12 personas en el estreno de la última película de Batman mandó un cuaderno con sus planes a un psiquiatra de la Universidad de Colorado, pero el profesor no abrió a tiempo el paquete, enviado una semana antes de la matanza y localizado por la Policía el lunes.
El docente llamó a los uniformados porque pensaba haber recibido una carta cuyo remitente era el asesino James Holmes. El envío sospechoso no era del estudiante, que había abandonado su doctorado en esa Universidad en junio, pero la Policía revisó el correo y encontró otro que sí lo era, estaba en el departamento de mensajería del centro, según reveló ayer la cadena Fox News.
El paquete, según fuentes policiales, estaba sin abrir y había permanecido allí desde el 12 de julio.
El paquete contenía un cuaderno con todos los detalles de cómo Holmes iba a matar a los espectadores de la película en Aurora, un suburbio de Denver. El bloc estaba lleno de dibujos sobre cómo el chico de 24 años planeaba e imaginaba la masacre.
Las autoridades no dijeron por qué el paquete seguía sin entregar. Un portavoz de la Universidad asegura que la Policía pidió que el centro no dé ningún detalle a la prensa.
Holmes dejó su programa de estudios en la Universidad de Colorado a principios de junio, tras un año allí. Era uno de los seis doctorandos en Neurociencia y apenas entabló relación con sus compañeros. Hijo de un brillante académico, Holmes estudiaba con una beca de 26.000 dólares y mostró interés, en especial, en la actividad eléctrica de las neuronas.
La inmortalidad era la meta
El psiquiatra forense Michael Welner afirmó que todos los casos de disparos a masas tienen un motivo común: la búsqueda de la inmortalidad. Al ser consultado sobre la masacre, señaló que “los atacantes tienen diferentes grados de paranoia y de resentimiento con la comunidad en general. Son enfermos psiquiátricos que se convierten en asesinos en masa cuando pasan el umbral y deciden que su indignación es justa y que tienen el derecho de destruir la vida de cualquier persona al azar”.
Por su parte, el psiquiatra Keith Ablow indicó que, tras años de estudio, descubrió que “estos hechos de violencia se remontan a los primeros años de vida de los agresores, e involucran cuestiones como no sentirse amado o haber sufrido abusos físicos o psicológicos”.