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Aníbal Pachano es exigente, severo, implacable, pero también sensible y de llanto fácil. Tiene 57 años, e inició su vida artística a los 12, aunque comenzó con el arte del dibujo a los 2. Un largo y prolífico camino lo ubica en un lugar de privilegio en los escenarios. Una vida, podría decirse, al servicio del arte, en las facetas del baile, la coreografía, la puesta en escena.
Esta es la esencia de “Smail” la obra que anoche presentó en el Teatro del Huerto. Con toques de humor, Aníbal y su hija Sofía y otros artistas, mostraron a los salteños (el jueves lo habían hecho en Jujuy) un music hall sostenido en un recorrido por Los Botton Tap, el tango, el jazz, la moda y el cabaret.
Pachano tiene prestigio por sus cualidades y trayectoria, y ahora reconoce que, además, tiene popularidad desde que es jurado en Bailando por un Sueño.
Defiende el reality de Marcelo Tinelli porque a la gente le gusta, como hace décadas gustaba Pipo Mancera que “hacía 200 puntos de rating”.
“Me hace bien al espíritu”
Nunca imaginó que alguna vez iba a estar en el programa más popular de la tele argentina. “Me tocó, le hace bien a mi espíritu, me fue bárbaro para mi trabajo, la gente conoce lo que hago. De esto se trata la televisión, no tiene otra connotación ni es tan intelectual. Para intelectualizar hay que estudiar filosofía”, resumió.
Aclaró que el teatro le encanta porque es el lugar donde nació artísticamente, pero va tomando cada vez más sentido su participación en la televisión, lo que considera un aprendizaje. Recordó que hace cuatro años que hace televisión y recién ahora está con la tranquilidad necesaria para disfrutar.
Pachano fue de punta cuando se le preguntó por las chicas famosas por protagonizar escándalos en el show de Tinelli. Dijo sin rodeos que “algunas son solo cuerpos plásticos descerebrados”, a las que solo puede tomarles el pelo o tratarlas con humor.
“Van a mostrar la tercera o cuarta silicona que se pusieron más los dientes plásticos que parecen la ballena asesina.. qué podes hablar?”, preguntó.
Consideró que tienen mucho que aprender y que algunas “trabajan de tilingas”, pero “ese es el espectáculo; convivimos con esos proyectos que todavía no logran encaminarse para ser artistas”. Ser un artista, sostuvo, significa mantenerse y no dudó en asegurar que el mayor trabajo de un artistas es perdurar en el afecto del público.
Los Caniggia
Sobre la irrupción de los Caniggia en la televisión argentina, Pachano recordó al padre, Claudio Paul, gran jugador de fútbol, y a una mujer bonita (Mariana Nannis) con un carisma particular que durante muchos años alguien la contrataba por ser la “mujer de” para que diga cosas.
Reconoció que le llama la atención la educación y el respeto que muestran los chicos Charlotte y Alexander. Parecen tener una muy buena relación con la mamá; ella los cuida y está con ellos.
Según Aníbal, los mellizos residentes en Marbella “aportan algo que pegó en la juventud”. Los chicos de hoy tienen eso de hablar poco, divertirse todo el tiempo, piensan en qué me pongo, distintos a su generación cuya prioridad era estudiar para recibirse. “Este -puntualizó- es otro tipo de juventud, con otros valores”.
Lo real, de acuerdo con Pachano, es que los mellizos Caniggia se transformaron en un modelo para los chicos argentinos; si no, no tendrían el rating que tienen, por lo menos en la Capital Federal.
El hombre de la galera describió a cada uno: “ella (Charlotte) es una especie de Barby en movimiento. Me recuerda a los comienzos de Susana Giménez, una mezcla de tilinga y hermosa, entre inocente, inteligente y viva. El chico (Alexander) tiene esa cosa de nene con plata y deportista que vino a jugar, y el juego resultó”.
El juego resultó, dijo, como a cualquiera de los que se ven en ese show. Como al chico (Federico) Bal o a mi exmujer Ana Sans que puede demostrar su capacidad creativa o lo que es Boton Tap, después de los 50; o cuando Sofía (Pachano) baila y demuestra que ella no necesita vender su cuerpo para estar arriba del escenario. Esto es parte de este circo, de este programa que es popular y que gusta a todo el mundo, y el que no le gusta tiene que mirar “La orca asesina” en Discovery Channel, ironizó Pachano.
De una sola faz
Pachano remarcó que “yo hablo arriba y abajo del escenario de la misma manera, con los que quiero y con los que no quiero. Cuando tengo que emocionarme me emociono, cuando tengo que divertirme me divierto”.
Remarcó que no tiene “doble faz”. Es de una sola manera, “con los patos ordenados así, como me enseñaron mis viejos”.
Aníbal nació en Tostado (Santa Fe). Es inquieto, movedizo y contestatario desde que tiene uso de razón. También llorón, “como me ves en la televisión”, por eso su mamá le decía siempre “andá a llorar al campito”. Uno de los tantos dichos que usa a menuso, vinculados con su historia familiar.