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Hace cinco meses presente ante el IPS una denuncia contra un medico oftalmólogo por una practica que implicaba lucro en perjuicio de dicha obra social. Aproximadamente a los tres meses, al no tener respuesta fui a interesarme por el trámite y me di con la sorpresa de que el facultativo había presentado pruebas falsas en su descargo, por lo que ratifique mi denuncia ante la abogada de la oficina de legales. Nunca recibí información de la resolución. Aclaro que mi intención no es obtener un beneficio de ningún tipo.
Como ciudadana conciente de las obligaciones y derechos que me corresponden como afiliada, pretendo que la actitud desaprensiva de profesionales que lucran con la obra social ( de la cual muchas veces nos quejamos porque no cubre algunas atenciones por falta de disponibilidad económica) sea sancionada como corresponde. La burocracia y falta de compromiso para con los afiliados no me hace desistir de mi deber de ciudadana por lo que me dirijo por este medio a los adheridos al IPS para advertir del accionar deshonesto de algunos profesionales que lucran inescrupulosamente con nuestros aportes.
Para defender nuestros derechos (y cuidar nuestros bolsillos) es necesario que controlemos que se realicen las prácticas que presentamos autorizadas, averiguando a que se refieren los códigos puestos en el pedido medico y aunque pensemos que no vale la pena, denunciemos las prácticas fraudulentas. Se trata de corregir desde el llano para que no sigan considerándonos indignos, sumisos, estúpidos habitantes a los que se puede hacer creer, con el discurso de atención a la salud y al bienestar, que todo esta bien. La deficiente gestión del IPS me hizo comprender porque la obra social restringe tanto las autorizaciones para casos complejos. Si seguimos aceptando procederes inescrupulosos sin sanción, pensaran los funcionarios que hemos bajado los brazos en la construcción de un mundo justo.
Carmen Alicia Marcó
Ciudad