Unas 5.000 personas se manifestaron ayer en la localidad española de Sanjenjo (Galicia, noroeste), en una protesta convocada por los afectados por los productos bancarios de riesgo conocidos como participaciones preferentes.
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Unas 5.000 personas se manifestaron ayer en la localidad española de Sanjenjo (Galicia, noroeste), en una protesta convocada por los afectados por los productos bancarios de riesgo conocidos como participaciones preferentes.
Los manifestantes protestaban contra la entidad Novagalicia Banco para exigir que les devuelvan sus ahorros invertidos en dichos productos.
Ataviados con camisetas de colores y procedentes de toda Galicia, en la marcha corearon, entre un estruendo de sirenas y silbatos, consignas contra los responsables de las desaparecidas cajas de ahorros que se fusionaron para crear el banco.
También lanzaron huevos contra una sucursal de Novagalicia, en una marcha que sorprendió a los veraneantes de esta localidad costera.
Los manifestantes se detuvieron unos minutos y lanzaron críticas ante la residencia veraniega del presidente del Gobierno español, el conservador Mariano Rajoy.
De acuerdo a los datos de la Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros (ADICAE), que reúne a miles de afectados por estos productos, en España hay más de un millón de familias “víctimas” de las preferentes, que suman 30.000 millones en depósitos.
Las participaciones preferentes son productos sin vencimiento, con un dividendo condicionado a que la entidad registre beneficios y que solo se pueden liquidar de dos maneras: con un canje ofrecido por el banco, de acuerdo con sus propias condiciones, o vendiéndolas en el mercado secundario.
Los consumidores denuncian que las sucursales bancarias no les informaron de estas características y que, además, ahora les niegan las órdenes de venta para poder sacar al mercado sus preferentes, una situación que definen como “corralito español”.
Pedido de De Guindos al BCE
El ministro de Economía español, Luis de Guindos, cree que la intervención del Banco Central Europeo (BCE) en los mercados para aliviar las presiones sobre la deuda española debe ser contundente y no tener de antemano fijado un límite ni de cuantía ni de duración.
En una entrevista, el ministro señaló que a este tipo de intervenciones “no se les puede poner límite o no se puede explicitar al menos la cuantía con la que se va a intervenir ni durante cuánto tiempo”, para no restar su efectividad.
Respecto a las contrapartidas que tendrá la ayuda europea a España, De Guindos dijo que previsiblemente se definirán en la segunda semana de septiembre.