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El actor Viggo Mortensen es confeso fanático de San Lorenzo de Almagro, ya que vivió parte de su infancia en Argentina.
Viggo Mortensen es uno de los actores más famosos del mundo. Es que en 2001 encarnó a Aragorn en la saga del Señor de los anillos y desde entonces su carrera no se ha detenido. Confeso fanático de San Lorenzo, vivió parte de su infancia en Argentina y su español denota la influencia rioplatense.
En exclusiva para El Tribuno, habló de su nueva película, Todos tenemos un plan, que se estrena el próximo jueves.
¿El film es muy teatral en cuanto al manejo de los silencios?
El uso de los silencios en una película dependen mucho del director y de la edición, porque a veces uno los hace y en el cine no aparecen. Ana es una directora que presta atención que le da valor a las miradas, lo que pasa entre las palabras, pero a veces el director está muy ansioso y no se da cuenta de que están pasando cosas cuando parece que no. A veces se pierde eso.
La historia está ambientada en el Delta, que es casi un personaje más de la trama ¿cómo creés que la recibirán aquellos que no están habituados al paisaje del río?
Mirándolo desde afuera, pronto vamos a ir a presentar la película en España, para ellos va a ser más raro que para los de Salta que la historia esté ambientada en el Delta. Yo creo que funciona, la historia es universal. Lo que pasa, los sentimientos. Un japonés puede imaginar la idea: voy a reemplazar a mi hermano. ¿Y si alguien me saluda, como hago?, ¿me mira, le digo hola? , ¿lo conozco?, ¿lo conozco bien, somos amigos? , ¿lo vi ayer? Esas cosas son muy universales y hay como una ley que no está escrita, que un cuento para ser universal tiene que preocuparse por lo particular, los detalles.
¿Hay actuación en la vida cotidiana, más allá de la pantalla?
A las personas que dicen de todo en cualquier momento, que no tienen filtro, se les suele complicar. Entonces, para sobrevivir siempre te presentás de manera diferente. Hacés una representación, como los actores. A veces cambiás tu vocabulario según la situación: si estás en la aduana o hablás con un policía, o cambia tu lenguaje corporal porque ves una persona que viene caminando o porque tenés miedo. Cambia todo.
Además, en conferencia de prensa, Mortensen, destacó: “Fue interesante la historia de estos dos hermanos, uno que reemplaza al otro. Es un poco lo que yo hago como actor, me pongo la ropa de otro y me pongo a creer en eso lo más que puedo, porque si yo lo creo es probable que alguien en el cine lo crea también. Lo interesante es que Agustín, como mentimos los actores, al mentir, llega mucho más cerca de la verdad sobre sí mismo y aprende cosas sobre su hermano que no hubiera aprendido nunca. La mentira lo lleva a la verdad”.
Finalmente, expreso: “Yo había pensado muchas veces que sería lindo filmar en Argentina. Me habían ofrecido otras cosas y yo no podía o no me gustaban los guiones. El guión de Ana es uno de los mejores que he podido leer en mucho tiempo. Todo funcionó, todo salió muy bien y por suerte pudimos hacer una buena película”.